Sin fuero, sin chapulines, sin corruptos y prepotentes: consenso priísta
Jorge Luis Galicia Palacios lunes 14, Ago 2017Como veo, doy
Jorge Luis Galicia Palacios
- Meade, Nuño, Osorio y Narro, los más mencionados entre el PRI para la presidencial
- La Revolución… ¿slogan de campaña?
Sin nombre de candidato aún pero unidos, así salieron los diez mil delegados priístas que se dieron cita en la celebración de la XXII Asamblea Nacional del PRI.
No les importó el cansancio que les representó viajar largas horas con tal de ser protagonistas en la definición de nuevos estatutos, documentos básicos y líneas estratégicas de acción de su partido con miras a la madre de todas las elecciones, la presidencial de 2018, y el reto de los nuevos tiempos políticos.
Quienes estuvieron presentes en este magno evento no recuerdan haber vivido un momento similar en los últimos años entre la militancia tricolor, comparado solo tal vez con las emotivas concentraciones que hace seis años lograba su entonces candidato a la presidencia de la República, Enrique Peña Nieto, quien paradójicamente hoy no es un mandatario que goce de la popularidad alcanzada como candidato y los dos primeros años de su gobierno, etapa en la que se impulsaron las llamadas reformas estructurales en materia educativa, energética, telecomunicaciones, fiscal, transparencia, y otras modificaciones al andamiaje constitucional.
Es cierto, la imagen del primer mandatario no pasa por su mejor momento, pero eso no obstó para que sus correligionarios lo aclamaran, lo ovacionaran, le mostraran su afecto y respaldo total a tres semanas del 5° Informe de Gobierno, y el presidente Peña (como en tiempos de campaña) se dejó querer por sus afines políticos. Otra vez el sudor, las selfies, los apapachos, el apretujón, el pellizco, los piropos, y muchos malabares para saludar a la mayor cantidad de gente posible, tal como sucedió en 2012, cuando en tres meses recorrió el país en busca del voto.
Hoy no está en campaña, EPN es presidente y a casi un año de dejar el poder llegó en busca del respaldo de su partido, sus dirigentes y cuadros, y los encontró.
Previó a su arribo al gigantesco domo del Palacio de los Deportes, los asambleístas aprobaron a mano alzada el dictamen que surgió de las cinco mesas temáticas nacionales, donde el punto que mayor interés tuvo entre la militancia tricolor se centró en el tema de los estatutos, en la que hubo propuestas para que no se modificaran los candados que impedían que la candidatura presidencial recayera en gente externa al partido y a los priístas se les exigía por lo menos diez años de militancia para poder aspirar a tener el respaldo del PRI en pos de ese cargo.
Al final, por unanimidad, se aprobó la posibilidad de que uno ó una militante o simpatizantes del PRI puedan ser candidato a la presidencia, sin mayor requisito que adherirse al ideario político tricolor y hacer suyos los principios y programa de acción emanados de la referida asamblea.
Ese punto le permite al primer priísta del país y a la dirigencia nacional del PRI considerar en la sucesión presidencial a personajes como José Antonio Meade y Aurelio Nuño Nuño, titulares de Hacienda y Educación, respectivamente, sin que ello quiera decir que se descarte a otras cartas fuertes como Miguel Ángel Osorio Chong y José Narro Robles, de Gobernación y Salud, todos ellos ahí presentes en el magno evento. En la Asamblea no estuvo el canciller Luis Videgaray, y aún ausente se habló de él.
En el PRI también puso un candado contra los denominados legisladores “chapulines”, el cual prohíbe la postulación consecutiva por la vía plurinominal. Otros puntos fueron: eliminar la figura del fuero; combatir la corrupción y la inseguridad; trabajar para terminar con el hambre y desaparecer la pobreza extrema.
En términos generales, esas son las decisiones más trascendentales que forman parte del dictamen aprobado en la XXII Asamblea Nacional del PRI y ahora solo resta poner a prueba al priísmo con esas nuevas reglas, si las cumplen estarán en la competencia de 2018.
VA MI RESTO.- “Cambiemos todo lo que debamos cambiar: mantengamos todo lo que debemos mantener Una sociedad sólo se conserva en la medida en que puede cambiar, pero, a la vez sólo cambia en la medida en que puede conservar.
“Quienes no conservan algo del pasado, difícilmente construyen algo para el futuro”, habría pronunciado en uno de sus discursos el gran político e ideólogo veracruzano, Jesús Reyes Heroles, y esa idea fue retomada en uno de sus mensaje por Enrique Peña Nieto, el cual se transmitió en un video al priísmo presente en la XXII Asamblea Nacional.
Hace siete años se conmemoraron doscientos años del movimiento armado independentista y cien años de la revolución mexicana. Este último conflicto culminó en un movimiento social y político, el más importante del siglo XX, tal vez por ello los priistas -a más de cien años de la revolución- nuevamente han puesto en su discurso este concepto que evoca al pasado pero también vislumbra futuro.
Hablan del inicio de una revolución, de la revolución de hoy: sin discriminación; para fortalecer el campo; para garantizar el acceso a la salud; que esta se hace desde las escuelas y con energías renovables; es digital; menos asistencialista, etc. Etc.
Dicen que con Peña Nieto ha iniciado la nueva revolución, ojalá que no sea un concepto solo de uso político o mero eslogan de campaña, porque de que hace falta una revolución eso ni dudarlo, ojalá que la idea no se quede corta ante los retos del país, y hasta ahí porque como veo, doy.