Gato ruso
Alberto Vieyra G. lunes 14, Ago 2017De pe a pa
Alberto Vieyra G.
La mañana del 7 de diciembre de 1941, la armada imperial del Japón, atacaría por sorpresa la base militar más importante de Estados Unidos en el Pacífico, Pearl Harbor, ubicada en Hawai.
Se trataba de inutilizar esa base norteamericana mientras Japón se apoderaba de numerosas islas en el océano Pacífico, casi todas ellas propiedad de Inglaterra.
El sorpresivo y furioso ataque, que agarró ‘dormidos en sus laureles’ a los gringos, ocurriría a las 7:48 de la mañana, y en él, participaron 353 aeronaves japonesas que incluían aviones caza, torpederos y 6 poderosos portaviones.
Los ocho potentes acorazados norteamericanos estacionados en la base militar, quedaron en pocos minutos fuera de combate, un buque-escuela fue hundido, al igual que tres cruceros y un minador.
Los norteamericanos perdieron, en la base militar de Pearl Harbor, 188 aeronaves, murieron 2,403 estadounidenses y otros 1,178 resultaron heridos.
El ataque japonés resultó para Washington y Franklin Delano Roosevelt, como ponerle un par de banderillas a un toro, y sería suficiente para que los Estados Unidos entraran de lleno a la Segunda Guerra Mundial, que dejaría un saldo de más de 58 millones de muertos. ¿Por qué hago historia? Mire usted.
Los perros del mal, se pelan los dientes, pero allá en mi tierra aprendí que ‘perro que ladra no muerde’.
Estados Unidos con su lunático y demente Donald Trump, y Corea del Norte, con otro lorenzo a la cabeza, Kim Jong-un, llevan ya algunos días que están como Gabino Barrera, ‘echando mano a sus fierros como queriendo pelear’, para demostrarle al mundo quien tiene más armas nucleares y quien es el mero mero del planeta.
El último misil twiteriano lanzado por la bestia trumpiana, desde su guarida vacacional en New Jersey, le advirtió a Corea del Norte que Estados Unidos está listo para la guerra:
“La solución militar está completamente preparada, asegurada y cargada, en el caso de que Corea del Norte actúe de manera insensata. ¡Espero que Kim Jong-un encuentre otro camino!”, escribió.
Y es que Corea del Norte ladra y ladra amenazando a Trump, con que atacará una base aérea norteamericana en Guam, que está por aquellos barrios dominados por las naciones asiáticas.
Sí, están ladra y ladra, pero recuerde que ‘perro que ladra no muerde’.
Ahora que, viéndolo bien, si se agarran, no será cosa de quitarle un dulce a un niño, ese niño está como “Chabelo” y el peligro de una Tercera Guerra Mundial no está conjura, al menos eso advierten los rusos, y efectivamente el asunto está en ruso.
Y es que mire usted, la semana pasada, un misterioso avión espía ruso voló sobre el cielo de Washington, retratando a muy baja altura los puntos neurálgicos del imperio capitalista: la Casa Blanca, el Pentágono, el Capitolio, la Torre Trump, el Campo de Golf de descanso donde la bestia trumpiana toma sus vacaciones, y tal y tal, y les puso a los gringos la carne como a los pavos en vísperas de Navidad, pues desde los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, ninguna nave había volado tan bajo.
Pero ¿sabe usted qué es lo peor?, que la nave rusa tuvo permiso de Washington para espiar a los potentados de gringolandia. ¿No le parece que aquí hay un ‘gato ruso’ encerrado en la Casa Blanca?
¿Por qué el Pentágono permitió que un avión espía ruso sobrevolara edificios emblemáticos del poder de Estados Unidos?