El caótico Morelos
Ramón Zurita Sahagún viernes 4, Ago 2017De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Morelos se ha convertido en las dos recientes décadas en una de las entidades más convulsionadas del país, donde no paran los horrores, sin importar el sino de los mismos.
La violencia e irracionalidad privan en la mayor parte de los ayuntamientos, donde la inseguridad se ha vuelto una constante.
Protestas ciudadanas van y vienen, sin que las autoridades federales hagan algo al respecto, en medio de denuncias y acusaciones contra el gobernador, el rector, el alcalde capitalino y ciudadanos que encabezan fuerzas opositores al gobierno estatal.
Esa mezcolanza se manifiesta en la irritabilidad del ciudadano común, el que, principalmente, se mantiene al margen de las discusiones, debates, diatribas, maldiciones, denuncias y acusaciones.
A finales de los 90, un político de izquierda, incapaz de ganar una elección en las urnas, Graco Luis Ramírez Garrido Abreu, propició su crecimiento personal, montándose en las protestas ciudadanas contra el entonces gobernador Jorge Carrillo Olea.
El tema de la violencia, la inseguridad reinante y el arribo de los principales capos del narcotráfico al estado, sembró el caos, desató crímenes y dejó en una posición envidiable a Graco Luis, nacido en Tabasco y afincado en Morelos, donde encontró las condiciones propicias para hacer carrera política.
Proveniente del Partido Socialista de los Trabajadores, fundado al alimón con Rafael Aguilar Talamantes, Jesús Ortega, Carlos Navarrete y otros “Chuchos” más, Graco Luis fue diputado de este partido y posteriormente del PRD.
Al sumarse a las protestas ciudadanas en contra de Carrillo Olea, el perredista usufructuó la defenestración del priísta como victoria suya y la placeó por todo el estado, donde inició su identificación como un político activo, de vanguardia y cercano a las demandas del pueblo.
La caída de Carrillo Olea sirvió para que el priísmo perdiera, desde entonces el control del estado y los panistas fueron los ganones, al encontrar la mesa puesta.
Graco Luis no pudo ser candidato por no tener la residencia que establecía la ley, ni ser oriundo de la entidad, pero su presencia entre el electorado creció, aunque no al grado de hacerlo ganador de un proceso comicial.
Sergio Estrada Cajigal hizo una desastrosa administración estatal, aunque no permeó en la población que le otorgó el sufragio nuevamente a un candidato panista, Marco Adame y durante 12 años de gobiernos blanquiazules, la inseguridad creció desmesuradamente, sin que la población saliese de nueva cuenta a protestar por los hechos.
En ese tiempo se aprehendió a grandes delincuentes y, en algunos casos, se abatió a otros, dejando en claro la grave penetración de la delincuencia organizada en la entidad.
Cansados de ello, los electores salieron a votar en 2012 por el cambio que ofrecía el candidato de la izquierda, Graco Luis Ramírez Garrido Abreu, el mismo que se sumó a las protestas para botar al priísta Jorge Carrillo Olea, a finales de los 90.
La oportunidad estaba a tono, quien mejor que él para protagonizar el cambio y más, cuando ofertaba promesas de campaña para 100 días, tres meses y un año de terminar con la violencia e inseguridad, los principales males que arrastraba la entidad.
Sin embargo, nada sucedió en el terreno de los hechos, el gobernador amplió los plazos para los resultados y después de ello se enconchó, entró en confrontaciones de todo tipo y el desaguisado se mantiene hasta la fecha.
La aparición de fosas clandestinas con decenas de cuerpos, los crímenes a mansalva, el asesinato de autoridades, la violencia en su máxima expresión y la inseguridad marcan el destino de la administración de Graco Luis, donde sus enfrentamientos con el rector de la universidad del estado y con el alcalde de la capital, son salpicados por otros acontecimientos.
Con todo y ello, la pésima administración, el descontrol en el estado, los frentes abiertos y el repudio ciudadano, el gobernador de Morelos pretende convertirse en candidato presidencial de su partido, disputando la plaza con sus homólogos de Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera Espinosa y de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo, tirando para arriba, pensando en pegar abajo, donde se encuentra a la mano la dirigencia nacional del partido.
Graco resiente el bumerán del pasado reciente, cuando se sumó a las protestas contra el gobernador del estado que provocaron la caída de Jorge Carrillo Olea. Ahora, las protestas ciudadanas son constantes en su contra y el siguiente gobernador podría ser uno de los que encabezan las manifestaciones en su contra, el rector de la universidad estatal o el alcalde de la capital.
Apoyan empresarios a Gallardo
El alcalde de San Luis Potosí, el perredista Ricardo Gallardo Juárez, fue reconocido por uno de los principales empresarios del estado, Jacobo Payán Lattuf, quien destacó que en poco más de un año ha hecho más que los más recientes presidentes municipales de la capital. Gallardo Juárez se ha destacado por la creación de empresas del ayuntamiento que proporcionan agua, tortillas y otros productos a precios menores del mercado.
Ese tipo de acciones le han provocado una serie de críticas a su administración, personales, algunas de ellas, buscando su desprestigio político, por lo que el reconocimiento de Payán fue en el sentido de un llamado a la población, para que no se dejen de políticos indolentes y que, por el contrario, respalden a aquellos que trabajen conjuntamente con la sociedad para transformar al municipio.
PRD vs MORENA
La lucha se radicaliza entre las dos principales fuerzas políticas de la CDMX. Sostener u obligar a la renuncia del jefe delegacional de Tláhuac, Rigoberto Salgado, es el punto de conflicto entre PRD y Morena, habrá que ver quién de los dos gana, aunque eso no beneficie en nada a los pobladores de esa zona de la capital del país.