Morena y PRD, por la CDMX
Ramón Zurita Sahagún jueves 27, Jul 2017De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
La batalla por conquistar electoralmente la Ciudad de México parece destinada solamente a dos de los muchos partidos que contenderán el próximo año.
Se trata, aparentemente de un duelo entre los que fueron hermanos durante tantos años y hoy se encuentran tan distantes entre ellos que, representando a la izquierda ambos, uno negocia con la derecha y el otro es, presuntamente, el más radical de todos los partidos, sin distingo de ideologías.
Con todo y ello, para los capitalinos el Partido de la Revolución Democrática y el Movimiento de Regeneración Nacional se presentan como las dos únicas opciones reales de gobernar a partir de 2018 la capital del país.
El crecimiento de la izquierda en la hoy CDMX viene desde 1997 cuando el recién creado PRD (con menos de diez años de fundado) se hizo del triunfo en las urnas y desde entonces no la ha soltado. Ganó en el año 2000, 2006 y 2012.
Cuatro victorias consecutivas, incluida la del 2000, en que el ahora adversario Andrés Manuel López Obrador triunfó con los colores de ese partido.
Resulta curioso que ninguno de los que han sido jefes de gobierno del Distrito Federal o hasta el de la hoy CDMX, no militen dentro del PRD y que cuando gobernaron sí lo hicieron con esas siglas.
Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, el primero electo, dejó las filas perredistas. Rosario Robles Berlanga, interina por Cárdenas Solórzano, renunció también al sol azteca y hoy colabora con gobiernos priístas, aunque no milita en ese partido.
Andrés Manuel López Obrador es presidente de Morena; Alejandro Encinas Rodríguez es senador independiente. Marcelo Ebrard Casaubón salió de las filas perredista y coqueteó con Movimiento Ciudadano y Miguel Ángel Mancera Espinosa gobierna con esas siglas, pero nunca ha militado.
La presencia del PRD en la capital del país sigue siendo importante, como da cuenta el gobernar el mayor número de delegaciones, especialmente las tres más pobladas: Iztapalapa, Gustavo A. Madero y Venustiano Carranza, además de Coyoacán, Álvaro Obregón e Iztacalco, entre otras.
El crecimiento de Morena es impresionante, ya que dividiendo el voto de la izquierda consiguió ganar delegaciones emblemáticas como Cuauhtémoc, Tlalpan y Azcapotzalco.
También panistas y priístas lograron conquistar algunas delegaciones como Benito Juárez y Miguel Hidalgo los de derecha y Cuajimalpa y Magdalena Contreras los tricolores.
Con todo y ello, ni panistas ni priístas cuentan con la presencia necesaria para intentar ganar por si solos el voto de los habitantes de la gran metrópoli.
De ahí que ambos partidos intenten realizar alianzas para entrar en la competencia con los dos partidos de izquierda antes mencionados.
Los panistas buscan una alianza con el PRD, lo que daría lugar a un candidato del sol azteca para el gobierno de la CDMX, a cambio de algunas candidaturas a las alcaldías capitalinas. En el PRI piensan lo mismo y establecen la posibilidad de nuevas alianzas con sus eternos socios del Verde (ellos quieren encabezar la planilla), Encuentro Social y Nueva Alianza.
Los otros organismos, Partido del Trabajo y Movimiento Ciudadano no son capaces de presentar candidato propio, por lo que analizarán a quién de los aspirantes respaldarán.
Por eso, la lucha se concentra entre perredistas y morenos, unos contra otros, en feroz competencia, con aliados o sin ellos, como es el caso de los liderados por AMLO, que son reacios a establecer nexos con otros partidos.
Los morenos tienen bien definidos los nombres de sus prospectos: Claudia Sheinbaum, Ricardo Monreal y Martí Batres, con Mario Delgado, intentado colarse a la contienda interna.
Los perredistas no están bien definidos sobre los aspirantes, ya que son muchos, los más de ellos sin posibilidades. Alejandra Barrales, la presidenta del partido es una de sus cartas fuertes, pero también lo es Héctor Serrano, el hombre fuerte de la estructura del partido en la CDMX y parte esencial de la administración mancerista. Por supuesto que Los Chuchos continúan con el anhelo de gobernar la CDMX y si establecen la alianza con Acción Nacional, alguno de ellos podría serlo. Víctor Hugo Lobo, jefe delegacional en Gustavo A. Madero, asoma la cabeza y hasta Juan Zepeda, su reciente figura podría entrar en la competencia. Los panistas se encuentran carentes de figura y la más representativa de ellos, la delegada en Miguel Hidalgo, Xóchitl Gálvez, parpadea para otros lados.
En el priísmo viven una situación parecida, por lo que hay quienes insisten en que Rosario Robles, la titular de Sedatu, podría ser una buena opción o incluso su hija, Mariana Moguel, dirigente del PRI en CDMX. Adrián Ruvalcaba, diputado local alza la mano, aunque nadie cree que le alcance.
Los ahora independientes y autónomos del Partido Verde, tienen en Pablo Escudero su principal figura, el que incluso podría ir en alianza con el PRI, ya que bajo esa fórmula compitió por el Senado de la República, quedando en segundo lugar y con la senaduría de primera minoría.
Faltaría ver quien iría como candidato independiente, donde suenan muchos nombres, unos más que otros.
Con todo y ello, perredistas y morenos continúan sembrados como los favoritos para obtener la victoria.
BARBAS A REMOJAR
La detención Abel Magaña, quien fuese el comunicador del gobierno de Querétaro en los tiempos de José Eduardo Calzada Rovirosa, pone las barbas a remojar de Alberto Silva Ramos, quien tuvo el mismo cargo en la administración de Javier Duarte de Ochoa.
Magaña fue detenido bajo el cargo de enriquecimiento ilícito, como antes sucedió con Gina Domínguez, en Veracruz, quien se encuentra presa.