Desplumar al Peje
Freddy Sánchez jueves 27, Jul 2017Precios y desprecios
Freddy Sánchez
A falta de muchas cosas que la gente esperaba tener y no tiene, una interrogante habrá que plantearse para el 2018.
¿Querrán los decepcionados, inconformes y desesperados, junto a los indecisos y temerosos buscar un cambio radical en el manejo presidencial?.
De ser así, obviamente, ni los priístas ni panistas son garantía de un cambio de esta naturaleza. El Partido Acción Nacional tuvo la oportunidad histórica de realizar un cambio de fondo en el país para complacencia de la mayoría y no pudo o no quiso durante dos sexenios.
Los priístas, por su parte, una vez que lograron retomar el mando presidencial promovieron cambios estructurales nunca antes vistos en México y a pesar de conseguirlo, millones de connacionales con capacidad de voto parecen estar dedicados a “deshojar la margarita” con motivo del cambio sexenal.
Una parte de estos electores queriendo ver con “buenos ojos” las realizaciones del PRI, pensando posiblemente en la conveniencia de esperar otros seis años para que los beneficios de los cambios se hagan sentir indubitablemente trayendo bienestar familiar para todos.
Otra porción votante del electorado, más bien se apresta a devolverle el mando al panismo, dada su insatisfacción ante los avances en favor de la colectividad y desde luego están a la vista los electores más que prestos a conceder el beneficio de la duda a López Obrador, convencidos de que su gobierno sería el único capaz de proceder a un cambio radical.
Esta parte de los electores, lógicamente rechaza que el tabasqueño sería un remedo del “chavismo” o algo peor aún como la secuela funesta de Maduro en Venezuela, a lo que tanto le temen millones de compatriotas dudando que con “El Peje” vendría ese gran cambio para elevar las condiciones de vida de los que menos tienen sin afanes populistas para crear un ejército de incondicionales alimentado por dádivas y mendrugos institucionales en tanto una burocracia en el poder y sus aliados económicos gozan de privilegios.
El caso es que la molestia de muchos con el PRI y el PAN, es un hecho irrefutable que alienta el voto en busca de cambios en el país que apresuren y autentifiquen el bienestar colectivo y no sólo de las camarillas con poder político y económico.
Y dado que la irritación conlleva acciones desesperadas, si persiste y se acrecienta la desaprobación de una parte importante del electorado con respecto a lo que se ha hecho desde el actual gobierno priísta y lo que no se hizo o fue insuficiente durante los dos ejercicios panistas en la presidencia, la posibilidad de que López Obrador gane la contienda presidencial dejaría de ser meramente remota.
Una cosa favorece en ese sentido al tabasqueño. El panismo y el PRI por lo pronto no parecen contar en su haber con un prospecto para abanderar sus aspiraciones presidenciales en el 2018, que por sí solo sin que tenga que depender de artificios y maniobras electorales, pudiera gozar de la confianza electoral que un alto porcentaje de electores siguen viendo con el resquemor de entregársela sin temores a López Obrador.
Así que lo que suceda en los próximos meses con el manejo de las candidaturas presidenciales de oposición al “Peje” y naturalmente los avances o retrocesos en las promesas de bienestar para el pueblo con la ejecución de las acciones institucionales derivadas de las reformas estructurales, influirá en la decisión que tomen los electores cuando llegue el momento de elegir al sucesor de Enrique Peña Nieto.
Y la verdad es que nadie en su sano juicio puede vaticinar en este momento que López Obrador volverá a perder, aunque sea por mínimo margen en el conteo de los sufragios, en tanto no ocurra algo que signifique un súbito descenso en los apoyos al tabasqueño, lo que equivaldría a buscar el medio adecuado para desplumar al “Peje”.