¿Qué buscan Gamboa y Manlio?
Ramón Zurita Sahagún miércoles 19, Jul 2017De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Son constantes los señalamientos sobre el futuro de Emilio Gamboa Patrón, unos lo ubican en la presidencia nacional del PRI, otros más, los menos, le ven espolones para ser candidato presidencial.
El político priísta ni suda ni se acongoja ante estas menciones y se atrinchera en el Senado de la República, a sabiendas de que su presencia le es indispensable a su partido.
Gamboa Patrón forma con Manlio Fabio Beltrones la dupla de priístas omnipresentes en todos o casi todos los sexenios como piedras fundamentales de lo que es el Partido Revolucionario Institucional.
La diferencia entre ambos políticos es que uno, Gamboa Patrón sabe esperar los tiempos y no le comen ansias por ser candidato presidencial. Manlio Fabio busca con desesperación convertirse en el abanderado presidencial.
Los dos saben que el tiempo de ser figuras y referentes políticos se les agota, por lo que preparan a sus cachorros para destacar en el mismo ámbito que lo hicieron ellos.
Tanto Gamboa Patrón como Beltrones Rivera canjearían sus sueños por los de sus hijos, llegar, cuando menos, al Senado de la República el año próximo, aunque protegidos por el manto de sus padres que se alistarían uno para ir a la Cámara de Diputados y el otro al Senado de la República.
La experiencia que acumulan a lo largo de su permanencia en activo dentro de la administración pública y el Congreso de la Unión, los convierte en manjar para quienes aspiran a convertirse en candidato presidencial.
A Gamboa lo quieren convencer de que la pobreza política de los aspirantes del PRI lo convertiría en presidencial con sólo expresarlo, pero él no se marea, conoce sus limitaciones y está convencido de que no ganaría una elección en su cuadra.
Las tres veces que ha sido legislador, lo consiguió por el principio de representación proporcional, dos veces al Senado y otra más como diputado.
Nunca ha querido ser candidato al gobierno de Yucatán, aunque se ostenta como yucateco, ya que sabe que los votos no le alcanzarían para ganar, por lo que está preparando a su hijo menor (Pablo) para ser, cuando menos candidato.
Por eso, Emilio Gamboa prefiere aguardar los tiempos prudentes para canjear su experiencia y contactos por una senaduría para su hijo (el gobierno de Yucatán se ve lejano por su juventud) y aprovechar la marea para irse a una diputación, por la vía que más le gusta, la plurinominal.
El coordinador de los senadores priístas sabe que su fuerte es la negociación y que sus relaciones con los principales empresarios del país, le dan la categoría necesaria para seguir siendo un personaje importante dentro de su partido.
Su paso por el Seguro Social, el Infonavit, la Lotería Nacional, Fonatur y la Secretaría de Comunicaciones, lo convierte en un político conocedor de la administración pública federal, que sabe como operar desde dentro y desde fuera, como lo revela su función de subsecretario de Gobernación, vinculado con los medios de comunicación y su paso por dos campañas presidenciales, una ganada, la de Miguel de la Madrid, y otra perdida, la de Francisco Labastida Ochoa.
Manlio Fabio no tiene tanta experiencia en la administración pública federal, solamente su paso de dos años por la Subsecretaría de Gobernación, pero cuenta con su función como gobernador de Sonora, dirigente nacional del PRI, líder del sector popular, tres veces diputado y dos senador (la primera solamente fue de oídas (ya que a los tres meses pidió licencia).
A diferencia de Gamboa Patrón, Beltrones Rivera ya fue presidente nacional del PRI y sus resultados no fueron acordes con su fama, ya que bajo su dirigencia el PRI perdió siete de 12 gubernaturas en disputa.
Él quiere ser candidato presidencial, pero al igual que Gamboa, conoce los tiempos y sabe que de no pasar, podría alcanzar una negociación favorable, en la que su hija Sylvana, actual diputada federal, pasara al Senado de la República y si en el camino se le atraviesa una diputación federal no la rechazaría, consciente de lo difícil que sería que padre e hija estuviesen en la misma cámara.
Claro que no se podría descuidar al yerno de Manlio Fabio y esposo de Sylvana, Pablo Escudero, quien es su alfil dentro del Partido Verde y dispuesto estaría a pasarse a las filas del PRI si es que estos deciden integrarse a la alianza opositora.
Cada uno de ellos es sumamente pragmático y dispuesto a todo tipo de negociación que les permita continuar su carrera política.
A ellos no les acongoja el riesgo que corre el PRI de perder la Presidencia de la República, ya que saben que en ésta (la LXIV Legislatura) o la siguiente legislatura conseguirán su propósito y a la otra un espacio para ellos mismos.
Emilio y Manlio saben que sus servicios son esenciales para su partido y que serán requeridos, mientras el PRI siga manteniéndose como hasta ahora, como un partido competitivo, sin importar si gana o no una elección.
El peso de la ley contra Duarte
Cuántos de esos gobernadores que hoy piden todo el peso de la ley en contra de Javier Duarte de Ochoa, se encontrarán en una circunstancia similar en menos tiempo del que se imaginan.
¿Actuarán de la misma forma y pedirán se ejerza la ley en toda su aplicación, si es que alguna vez se encuentran ante un juzgador? Los hay muchos, cuyas historias llenarán páginas y podrían enfrentar una contingencia similar en cuanto terminen sus respectivas administraciones.