¡Otro regalazo a las petroleras privadas!
Francisco Rodríguez lunes 17, Jul 2017Índice político
Francisco Rodríguez
Como afirman destacados juristas y estudiosos, existen dos tipos de deudores fiscales. Los que lo hacen por elusión, hurgando entre los intersticios de la norma la posibilidad de defenderse hasta donde se pueda de una desproporcionada e injusta imposición tributaria… y los que caen en la evasión, lisa y llana, afrontando las consecuencias legales. Esta diferencia ha sido suficientemente explicada por el abogado mexicano Miguel Buitrón, en el programa Juzgue Usted, que el escribidor conduce en la señal televisiva adn40.
Siguiendo esa doctrina, así lo han sostenido en el foro y la academia brillantes juristas fiscales, que cargan con las consecuencias de defender los peculios amenazados de los contribuyentes mexicanos, extenuados después de invectivas, dilaciones, tortuosidades, chantajes y enjuiciamientos penales de la SHCP y de su brazo armado, el SAT, por pretender esquivar la guadaña de Meade Kuribreña, siempre dispuesto a hacernos la vida de cuadritos.
En un sistema injusto como el que padecemos, y ante las reformas fiscales regresivas de Videgaray —que han paralizado la planta productiva, secado el circulante monetario del país y acumulado los recursos públicos— no queda de otra que buscar los mecanismos para equilibrar las injusticias, inequidades y desproporciones. Es la autodefensa fiscal.
En un país que no ha visto en este llamado sexenio una sola obra pública que compruebe la procedencia del pago de nuestros impuestos a una claque que ha llevado al extremo el saqueo generalizado del patrimonio nacional, que sólo se dedica a proteger, enaltecer y loar a corruptos y esbirros, es hasta justificado que la gente busque todas las formas de proteger sus ahorros, su inversión.
En un país en el que los 8 billones de pesos sexenales que deberían canalizarse al rubro de la seguridad pública y nacional, se han utilizado para mercar la importación indiscriminada de armas y equipos obsoletos del extranjero que “sudan” grandes comisiones para la casta dorada del círculo íntimo y favorecido de Los Pinos… … en este país, donde los dineros que deberían fortalecer la paz ciudadana y la convivencia armónica se destinan íntegros a la protección y encubrimiento de los narcotraficantes, al pago de medios de comunicación obsecuentes a la rapiña, al desenfreno y la masacre de más de 150 mil ciudadanos víctimas de las organizaciones delincuenciales del trasiego…
… ninguna autoridad tributaria tendría la autoridad ni la solvencia moral para coaccionar y ajusticiar a los causantes por el pago de tasas desproporcionadas en relación a los nulos servicios prestados, menos el morro para erigirse en verdugos de los cautivos, que sostienen con su dinero una estructura burocrática gravosa y lesiva, caracterizada en sus altos niveles por conductas burocráticas esquizoides y antipatrióticas.
En un país en el que los funcionarios de gran pomada se atreven a echarle la culpa a la lluvia de los pésimos materiales e ingeniería que se utiliza en las carreteras de la muerte — para proveer a funcionarios— es razonable y justa la autodefensa jurídica. Es legítima la protección ciudadana contra los rateros de cuello blanco.
Al fin y al cabo, los mexicanos hemos sido testigos de los bajos instintos que los motivan para dedicar los grandes presupuestos públicos a proteger a sus cómplices del narcotráfico, a privatizar la educación estatal, a tratar de entregar la Patria a toda costa a los verdugos del extranjero.
No puede ser de otra manera en este país, donde los funcionarios federales y estatales tienen la desfachatez de subsidiar con el 35% del capital de inversión carretera a la empresa española Aldesa, constructora del socavón criminal de Cuernavaca, sustrayendo esos fondos de las reservas para el retiro, las Afores de los trabajadores pensionados. Simple y sencillamente, criminal en grado extremo.
La autodefensa fiscal, aquélla que ejercen los ciudadanos, cuando por la vía pacífica se enfrentan en procedimientos administrativos, jurídicos y en procesos penales a los savonarolas de petate está suficientemente justificada. En el terreno de la litis debe triunfar aquél al que asistan mejores razones, justos reclamos. Más derechos para mejores razones.
No obstante, como si lo anterior fuera poco, existe otro tipo de defraudadores del dinero de la nación que la SHCP está obligada a recaudar para satisfacer las necesidades colectivas: los que utilizando su poder político instrumentan las artimañas requeridas para favorecer a un grupito de descastados que abusan de su condición privilegiada pasando sobre la ley… y sobre todos los demás.
Es el caso de las defraudaciones fiscales en la destrozada industria petrolera que, de presentarla en las reformas estructurales (sic) como promisoria empresa productiva estatal, la han convertido en una alcahueta de los peores intereses, al diseñar una medición fraudulenta de hidrocarburos explotados por particulares y agentes gubernamentales del extranjero. Ello, para alivianarlos en el pago de la llamada renta petrolera y, claro, de impuestos. Un gran fraude a la nación. ¡Otro más!
Se trata de un fraude con premeditación, alevosía y ventaja. Las tres máximas agravantes del tipo penal. Lo que hace que el delito en contra del patrimonio nacional no prescriba jamás. Que se trate de un ilícito grave, calificado al máximo con un nivel normativo que exige severidad y seriedad para ejecutar las sanciones previstas en el marco constitucional.
Ahora dicen que el promedio de temperaturas en México es de 15.56ºC
Para el caso de la renta y los impuestos sobre exploración y extracción de hidrocarburos, los contratos suscritos con productores particulares y públicos, deben someterse a parámetros y condiciones de medición únicos, que granticen el cumplimiento y fiscalización de dichos instrumentos. Hay que recordar que el petroleo es una mezcla de hidrocarburos líquidos que cambia su volumen, cuando cambia la presión y/o la temperatura.
En México, por décadas, Pemex ha reportado la producción de hidrocarburos a una temperatura de referencia de 20ºC, y los equipos e instrumentos en los laboratorios se calibran también a 20°C.
Pero resulta que ahora la SHCP y la CNH están de acuerdo en que la temperatura que se use para medir y reportar la producción de Pemex y de los nuevos jugadores en la explotación de hidrocarburos sea la que se utiliza en Estados Unidos (15.56 ºC), pero eliminándole además dos cifras significativas de aproximación en el resultado de la transformación de 60°F (15.5556°C). A esto los técnicos mencionan, es el equivalente a “enfriar” la producción, lo que significa disminuir el volumen de lo medido respecto de lo que se reportaría a 20ºC, con el consecuente impacto en el pago de los derechos por extracción y en el impuesto por la comercialización.
Hoy los documentes cocinados en la CNH y la SHCP están en revisión de la Cofemer, antes de ser publicados en el DOF. Esta instancia está obligada a oir y poner sobre la mesa los argumentos de los técnicos nacionales que estiman que este cambio en la temperatura de referencia tendría un impacto equivalente a la pérdida económica de más de dos millones de barriles por año —que, claro no desaparecen, se quedan en manos de otros.
Un negocio redondo para los coyotes, auténticos huachicoleros chupeteadores de los depósitos nacionales. ¡Y el gobierno presume que corretea a los huachicoleros locales!
En México, esos coyotes —que presumen haber encontrado riquísimos yacimientos, de los que Pemex sabía desde hace 10 años por lo menos— han pagado y pagarán renta e impuestos ridículos, mismos que han compensado y compensarán sobradamente en el extranjero, con otras medidas más pesadas y abultadas de petróleo que creen suyo, sometido a refinación. En ese “bisne”, hasta la fecha, el coyote nacional y extranjero han ganado, en términos redondos, el equivalente a 7 mil barriles de petróleo diarios.
Esto representa un atraco permanente no sólo a los vientres petroleros de la nación, sino un impacto fiscal contundente a las arcas hacendarias, en favor de los coyotes del oro negro. Una práctica que debe erradicarse, no sin antes infligir a los rateros el correctivo penal necesario para enderezar los reportes diarios de producción de aceites petrolíferos.
Muchos millones de dólares que pertenecen a la nación son escamoteados por defraudadores de la delincuencia organizada que también opera en el petróleo, con la debida autorización. Todos ellos son los huachicoleros. Aquí también los ladrones gritan: ¡Agarren al ladrón!
Obviamente, las mediciones fiscales de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público están en absoluta complicidad con los calibradores de los industriales de la extracción y distribución, por lo que de ninguna manera se pueden corregir estos fraudes por una vía procedimental. Es necesario tomar cartas en el asunto y castigar al mayor nivel a estos huachicoleros del comercio a espaldas de la gente.
Cuando los más experimentados técnicos al servicio de la vieja guardia de Pemex han expresado sus diferendos con los técnicos fiscales de la SHCP, obviamente han sido reprimidos y despedidos en el acto. Desde la dizque autónoma Comisión Nacional de Hidrocarburos se ejecutan las órdenes del llamado Presidente y del titular en funciones, Luis Videgaray, su candidato presidencial tricolor en turno, luego de que le han bateado a Narro, a Nuño y a Meade. ¿Usted qué haría?, pregunta el jefe de los huachicoleros que despacha en Los Pinos.
Índice Flamígero: Hoy comienza el show del “perseguido” Javier Duarte de Ochoa en los tribunales mexicanos, lo que acarreará aún más desprestigio al gobierno. Todo está arreglado, planchado. Los “errores” de la PGR —carece de peritajes que den sustento a sus “acusaciones”— y de la Fiscalía Veracruzana —acusa al ex gobernador sin presentar documentos, cual es la costumbre sólo mediática del sucesor—, y el hecho de que será juzgado bajo los términos del Nuevos Sistema de Justicia Penal Acusatorio, permiten avizorar que más tardará en entrar a chirona que en salir de ella. Más descrédito, pues. + + + Y la rumorología está imparable. Que hay cambios en el gabinete. Que Miranda, Meade y De la Madrid salen de él. El primero, para hacerse cargo del gobierno del Estado de México, ya que en Los Pinos saben que el primo Alfredo no puede solo. Los otros dos, para “pelear” la candidatura presidencial priísta. Y que a Sedesol irían Osorio Chong y/o Eruviel Ávila; a Hacienda, José Antonio González Anaya, quien dejaría Pemex en las uñas de Enrique Ochoa Reza; la “sobrina” a la dirigencia nacional del PRI y así por el estilo. Pero falta aún la última palabra, la decisiva: la de Luis Videgaray, ¿no cree usted? + + + Y es que todas estas adivinanzas parten del supuesto de que la sucesión presidencial se decide aquí, en Los Pinos, cuando la realpolitiknos dice que “las palabras mayores” se pronuncian en Washington.
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