México, en el hoyo
Alberto Vieyra G. viernes 14, Jul 2017De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Los mexicanos estamos literalmente en el hoyo.
Bueno sería que estuviésemos en el hoyo de dona, donde se encuentran los yacimientos petroleros mexicanos más extraordinarios jamás encontrados, custodiados por marines norteamericanos.
Pero no. Estamos en el hoyo en materia de malformaciones sociales, galopante inseguridad en la que todos los días sabemos de macabras matanzas a lo largo y ancho del país, en corrupción e impunidad, vacíos de poder e ingobernabilidad, irrefrenable carestía de la vida en la que los hambreadores de México reetiquetan mercancías todos los días, sin que haya gobierno que les pare el alto, y ahora para colmo, los gigantescos agujeros en carreteras, se tragan a automovilistas y lo más chistoso, es que no hay culpables.
A cien días de su flamante inauguración, se abrió en el ‘Paso-Exprés’ de Cuernavaca, un enorme agujero en el asfalto que se tragó un vehículo con un padre y un hijo dentro.
El pomposo titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, rápido y furioso concluyó que las aguas y la acumulación de basura son las únicas culpables de la tragedia, mientras lugareños habían alertado al gobierno federal y al estatal de Morelos de una evidente tragedia puesto que la obra fue realizada con los pies.
Monumental irresponsabilidad de Ruiz Esparza, quien por cierto ha sido el responsable de los multimillonarios negocios del sexenio peñista en materia de obra pública a nivel federal. Digamos que Ruiz Esparza es algo así como el operador de los bussiness del sexenio.
Ruiz Esparza sabía que la empresa española Aldesa, además de cobrar el doble de lo previsto al iniciar la obra, más de 2,200 millones de pesos por 14.5 km de una carretera de relumbrón, sabe que en la obra se utilizaron los materiales más chafas, y que a sólo 100 días de haber sido inaugurada por Peña Nieto y el gobernador del estado de Morelos, Graco Ramírez, quien está paseándose fuera de su estado todo el tiempo, se colapsó, cobrando loa vida de dos inocentes mexicanos, que fueron un cero a la izquierda, pues él estaba dedicado felicitando a la Selección Nacional de México por su ratonero triunfo ante El Salvador, y enviando condolencias a Margarita Zavala por la muerte de su padre Diego Zavala.
Sí, funcionarios también estaban en la baba, mientras los mexicanos en Morelos, estaban en el hoyo.
Lo asombroso es que Tláloc es el único responsable. No señores, no quieran dormir al velador. Ya habían sido advertidos por la comunidad y hay pruebas. Eso refleja un clarísimo delito que se tipifica como negligencia criminal de la autoridad por omisión.
Ante esa flagrante conducta de los dizque gobernantes, las familias de los afectados están en todo su derecho de demandar al Estado y cobrarle una millonada, por nada más y nada menos, que negligencia criminal.
Sí, éste es el meollo del hoyo de Cuernavaca, y es el meollo de los hoyos de impunidad que hay en el país, donde imperan millones y millones de trampas de la muerte, que van de gigantescos baches, banquetas como si hubiesen sido bombardeadas, arboles a punto de caerse, vehículos sobre las banquetas, alcantarillas destapadas, cables de luz caídos, y un largo etcétera; y en todos los casos se trata de una diligencia criminal de la autoridad y sólo basta que los ciudadanos afectados se armen de valor y denuncien ante el ministerio público.
Verán que los irresponsables gobernantes se ponen a chambear rápido y furioso porque si no las arcas no les alcanzarán para pagar millonarias indemnizaciones. ¡Aunque usted no lo crea!