Los beneficios del poder
Ramón Zurita Sahagún miércoles 12, Jul 2017De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Ahora que están de moda las remembranzas, especialmente lo sucedido en los comicios de 1988, hay que destacar que una de las grandes virtudes de la política mexicana es la desmemoria de quienes a ella se dedican.
La mayor parte de los políticos mexicanos (¿todos?) son olvidadizos y con una memoria corta, que les impide recordar hechos del pasado reciente.
El caso más ejemplar de ellos es el de Manuel Bartlett Díaz y sus dichos sobre lo sucedido en el proceso electoral federal de 1988, pero no es el único, ya que otros personajes relacionados con esa fecha y con otras, pronto sufren de amnesia.
Porfirio Muñoz Ledo fue el gran animador de aquellos comicios en los que ganó la primera senaduría para un partido de oposición (lo de Jorge Cruickshanck García no cuenta porque fue en alianza con el PRI) y como el gran orquestador de la estrategia política del Frente Democrático Nacional, pronto se olvidaron sus pecados del pasado.
Uno de ellos fue lo sucedido precisamente en los comicios para gobernador de Nayarit, en que se pactó la candidatura al Senado de Cruickshank García, a cambio de que el dirigente del Partido Popular Socialista reconociera el triunfo del priísta Rogelio Flores Curiel, sobre el candidato de su partido, Alejandro Gazcón Mercado.
Todos daban por hecho la victoria del pepinosocialista y de pronto las cosas cambiaron, adjudicando el triunfo al candidato del PRI y garantizando la alianza PRI-PPS, con el primer candidato a senador no priísta.
Porfirio, entonces presidente nacional del PRI y Jorge Cruickshank, dirigente del PPS, sellaron el acuerdo y menos de un año después el presidente del partido fundado por Vicente Lombardo Toledano asumía como el primer senador de oposición en la era del PRI.
Ese antecedente de Porfirio en su tiempo como presidente del Revolucionario Institucional no fue tomado en cuenta y cuando afloraron las verdades de lo sucedido en 1988, se supo que el propio Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano había tenido conversaciones con Carlos Salinas de Gortari, en los momentos más críticos de la jornada poselectoral.
La versión, negada en un principio por el propio Cuauhtémoc, fue difundida por Porfirio y, al final, aceptada por Cárdenas Solórzano.
Curiosamente los dos artífices de la manipulación electoral del 88 terminaron en el partido de izquierda, aunque en el caso de Bartlett Díaz lo hizo en el PT, pero marchó al lado de Cuauhtémoc Cárdenas en las protestas por la reforma energética.
El otro, el que concertó la reunión entre Cárdenas y Salinas lo hizo como militante del PRD, partido fundado por el primero de ellos. Manuel Camacho Solís fue diputado federal y senador de ese partido.
Sin embargo, dejando de lado algunas cosas de aquel negro 88, vale la pena destacar que fue el verdadero parte aguas de la democracia mexicana.
Gracias a lo sucedido en ese proceso electoral, a las protestas surgidas, al manejo mediático, la ciudadanía se sensibilizó y el gobierno e dio cuenta que tenía que marcar la apertura en muchos aspectos.
De aquellos acuerdos soterrados nacieron una nueva ley electoral, el organismo que regiría los comicios, dejando de lado la Comisión Federal Electoral que presidía el mismo secretario de Gobernación.
Se procedió a reformas necesarias para el avance del país, entre las que destacan las relaciones con el estado Vaticano, cambios en distintos artículos constitucionales, incluido el 82 que frenaba las aspiraciones presidenciales de los mexicanos que tuvieran padre o madre no nacida en el país.
La desincorporación de empresas paraestatales y el nacimiento de una nueva generación de empresarios ricos y políticos asociados con ellos.
Un paso importante fueron los primeros triunfos opositores conseguidos en Baja California y las protestas ciudadanas que consiguieron echar abajo las victorias priista en Guanajuato, san Luis Potosí y Michoacán, aunque sin reconocer la victoria de los opositores, si obligó a que los ganadores de los comicios Ramón Aguirre, Fausto Zapata y Eduardo Villaseñor, fueran relevados pronto de sus cargos. En el caso de Aguirre ni siquiera asumió como gobernante.
Lo surgido de aquello que fue considerado como un gran fraude electoral, fue la oportunidad de construir un nuevo México que no fue posible por diversas razones, algunas responsabilidades del gobierno y otras de los partidos y sus dirigentes y de la propia ciudadanía que se conformó con lo menos.
Uno de los propósitos de aquel encuentro entre Salinas y Cárdenas fue el de limpiar la elección, compromiso que se cumplió con la quema de las boletas electorales, con lo que no quedó evidencia de lo sucedido y si hubo o no fraude electoral o si ganó o no Carlos Salinas de Gortari.
Otra reforma
Los gobernadores se encuentran decididos al cambio legal en el nuevo Sistema de Justicia Penal, por lo que lo solicitarán al Congreso de la Unión, por medio de la Conago.
La salida de miles de reos de distintas cárceles del país mantiene nerviosos a los gobernantes, ya que si éstos solicitan una revisión de sus expedientes lo conseguirán.
Según los gobernadores, se busca un exacto equilibrio entre los derechos de los imputados, por lo que deben respetarse todas sus garantías, pero estas no se pueden poner por encima de los de las víctimas.
Por eso, los gobernadores firmarán un manifiesto para pedirle al Congreso de la Unión, que legisle en esa materia.
Es un tema que preocupa a todos los gobernadores, la posible salida de reos, algunos peligrosos.