¿Habrá extraordinarios en Coahuila?
Ramón Zurita Sahagún martes 11, Jul 2017De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
México es un país en el que los resultados electorales son pocas veces aceptados por los contendientes, los que comúnmente emiten sus quejas sobre fraudes electorales.
No importa si las diferencias entre el ganador y el segundo lugar son amplias, ya que casi nadie queda satisfecho con los votos obtenidos en las urnas.
Las protestas de los perdedores son, en algunas ocasiones, expresiones verbales, de condena y hasta violentas, aunque ahora se recurre a los organismos electorales para hacerlas legales.
Con todo y ello, es sumamente difícil que se proceda a anular los comicios y convocar a un nuevo proceso electoral, con título de extraordinario.
En unos días se conocerá si en Coahuila se puede aplicar la fórmula anulatoria, luego de que se comprobó que los candidatos del Revolucionario Institucional y de Acción Nacional rebasaron los topes del dinero autorizado.
Sumamente cuestionado el proceso electoral en que las cifras dan como ganador al priísta Miguel Riquelme sobre el panista Guillermo Anaya, las autoridades electorales detectaron que uno y otro rebasaron el dinero permitido para esa elección.
Ambos candidatos y sus partidos niegan la versión y se dicen dispuestos a comprobar que se sujetaron al límite establecido.
Y es que en la historia política del país se han detectado rebases de topes autorizados para campaña, sin mayores consecuencias que multas costosas, pero jamás se ha dictaminado que el uso de mayor dinero del permitido obligue a anular el proceso electoral.
Sin embargo, adiciones en las leyes electorales dieron paso a esta posibilidad, la que por primera vez está siendo analizada.
Solamente en tres ocasiones se procedió a la anulación de unos comicios para gobernador: Tabasco tuvo el triste honor de ser el primero y Colima, hasta en dos ocasiones, corrió esa suerte.
En Guanajuato hubo un intento de anulación, pero la decisión fue política y el priísta Ramón Aguirre Velázquez, ganador de los comicios fue convencido para que no tomara posesión y el gobierno se le entregó al partido ubicado en un distante segundo lugar.
Las tres ocasiones en que se anularon comicios tenían como ganador al Partido Revolucionario Institucional, el mismo que triunfó en los procesos electorales extraordinarios. Guanajuato es un caso atípico, donde en 1991 los partidos adversarios del PRI cantaron fraude y aunque el priísta Aguirre aventajó con casi el 20 por ciento de diferencia al panista Vicente Fox Quesada, se procedió a entregarle el gobierno estatal al PAN, pero sin anular los comicios.
Carlos Medina Plascencia procedió a gobernar por cuatro años, en un extraño interinato y se convoca a elecciones extraordinarias por un gobierno acortado de cinco años, donde gana Vicente Fox Quesada.
Manuel Andrade Díaz fue nuevamente a las urnas como candidato del PRI y venció por mayor margen de votos al perredista César Raúl Ojeda Zubieta.
En Colima, el priísta Gustavo Vázquez Montes venció al panista Enrique Michel Ruiz por siete puntos porcentuales, pero la comprobada intervención del entonces gobernador, Fernando Moreno Peña obligó a la nulidad del proceso electoral.
Seis meses después, el PRI repitió candidato en los comicios extraordinarios y el PAN cambió a su abanderado, Antonio Morales de la Peña surgido de una coalición y el resultado fue más cerrado, solamente cuatro puntos separaron al priísta ganador del perdedor.
En 2015 es la segunda ocasión en que los electores de Colima vieron como su voto fue anulado, con todo y que el priísta, José Ignacio Peralta Sánchez fue dado como ganador por poco más de 500 sufragios sobre el panista Jorge Luis Preciado Rodríguez, donde otra vez la intervención de personajes del gobierno estatal motivaron la anulación.
Seis meses después se realizaron los extraordinarios y nuevamente el priísta Peralta Sánchez venció al panista Preciado Rodríguez ahora por cuatro puntos porcentuales.
De los comicios celebrados en tres entidades del país, el pasado cuatro de junio, Estado de México, Coahuila y Nayarit, solamente el segundo de ellos ha sido fuertemente cuestionado.
Con todo y el que mayor atracción tenía era el Estado de México y que la diferencia entre el ganador Alfredo del Mazo y el segundo lugar Delfina Gómez fue de solamente tres puntos porcentuales, la impugnación se hace a través de los órganos electorales y en Nayarit la amplia diferencia en favor del panista Antonio Echevarría desactivó todo tipo de protestas.
Pero en Coahuila se dan con todo, ganadores y perdedores y buscan una segunda oportunidad de contender.
Manifestaciones, denuncias, acusaciones y golpeteo mediático rodea este proceso electoral que definirá en unos días más si son considerados legales los comicios o se convoca a una elección extraordinaria.
Diego Zavala
Diego Zavala, padre de Margarita Zavala, falleció el domingo, por lo que no alcanzó a ver si su hija es o no candidata presidencial, aunque sí logró ver que uno de sus yernos, Felipe Calderón, se convirtiera en Presidente de la República.
Panista de siempre, de cuando este partido era simplemente testimonial, sin ganar elecciones, el padre de Margarita Zavala realizó amplia carrera dentro del partido, aunque no alcanzó a disfrutar de la bonanza de los cargos plurinominales como si lo hizo su hija Margarita, dos veces diputada, una local y otra federal y ahora aspirante presidencial.
Diego Zavala fue de los panistas de antes, aquellos que en la Cámara de Diputados ganaban los debates y perdían las votaciones, pero que ni siquiera eso los desanimaba para continuar compitiendo y construyendo un partido que, por fin, alcanzó la cima del poder en el año 2000.