Los “Peje Pinos”
Freddy Sánchez jueves 6, Jul 2017Precios y desprecios
Freddy Sánchez
¿El bueno, el malo o el feo?..
Obviamente, el primero tendría que ser el elegido en cada grupo político, con alianza, a fin de hacer frente al único candidato presidencial, casi seguro.
Andrés Manuel López Obrador, quien sólo por azares del destino no estaría presente en su tercera participación consecutiva en la lucha por la Presidencia.
Una ausencia, que dadas las actuales circunstancias del país (con una insatisfacción en alza de la sociedad), prácticamente nadie avizora.
Y menos, después de los resultados electorales en el Estado de México, en los que “El Peje”, no “Morena” ni Delfina su candidata al gobierno mexiquense, resultó casi el ganador en la contienda.
Fue apenas “por un pelito” que el priísmo logró retener la gubernatura, lo que de no haber sucedido, tendría a López Obrador en “los cuernos de la luna”, junto con sus reiteradas aspiraciones presidenciales.
Un sueño largamente acariciado por el tabasqueño y al menos una tercera parte del electorado que vota y se aferra a ver a su amado líder como supremo comandante de la política nacional.
Eventualidad, que para muchos connacionales sigue siendo improbable, pero que en un “chico rato” se puede convertir en realidad, si esos otros dos tercios del electorado que en pasadas elecciones presidenciales no votaron por “El Peje”, se mantienen divididos a falta de un candidato que los unifique a favor del PRI, el PAN o el PRD, y por lo mismo, la atomización de los sufragios resulta favorable a cualquier de los contendientes que tenga una tercera parte de los votantes a su favor y pudiera darle el triunfo presidencial por una mínima diferencia en el conteo total de los sufragios.
Eso sucedió cuando Felipe Calderón sólo por un porcentaje menor apenas logró superar al tabasqueño, en esa disputada contienda presidencial de hace ya casi dos sexenios.
Una historia que podría repetirse en el 2018, tomando en cuenta lo sucedido recientemente en el Estado de México.
Un bloque opositor contra el PRI, armado por panistas y perredistas, de llegarse a elegir a un candidato o candidata con buen arrastre popular y habilidosas estrategias electorales, lógicamente representaría un gran obstáculo para conservación priísta del poder presidencial, pero igualmente ayudaría a López Obrador a emparejar su tercera parte de votantes incondicionales frente a dos porciones divididas entre los del PRI y el PAN.
Confiar ciegamente en las maquinarias electorales de cada organización partidista y la unidad entre sus clientelas electorales, puede bastarle a uno u otro de los grupos políticos con mayores posibilidades de ganar en la contienda presidencial y volver a derrotar a “El Peje”, aunque sólo sea por unos cuantos miles de votos.
Empero, el enfado de millones de electores con capacidad de voto (en el supuesto de que se animaran a hacer valer ese derecho), puede darle un giro inesperado a la elección en favor de Morena. Nadie podría garantizar lo contrario, a menos que uno de los dos candidatos presidenciales opositores al tabasqueño, en verdad logre atraer la simpatía y confianza de los indecisos y particularmente los que ven con resquemores el arribo de López Obrador a la Presidencia.
De ahí pues, los opositores al tabasqueño están obligados a escoger un buen candidato ( no malo ni mucho menos feo), porque de no hacerlo los de Morena estarían encantados de que su gran mentor se vaya a vivir de por vida a los que bien podrían llegar a llamarse los “Peje Pinos”.