Los partidos bisagra
Ramón Zurita Sahagún viernes 30, Jun 2017De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
El Partido de la Revolución Democrática pasó de ser un partido contendiente a los principales cargos de elección popular en disputa a un organismo político bisagra, cuya participación se concreta a la aportación de un reducido número de votos, necesarios para el triunfo de los partidos grandes.
De esa forma, queda desplazado de la disputa del poder, pero con la fuerza de negociar alianzas que le permitan obtener algunas candidaturas de importancia y cargos en el gobierno, si logran la victoria en las urnas.
En un corto plazo pasó de disputar los gobiernos estatales y la Presidencia de la República a conformarse con abanderar algunas alcaldías y diputaciones locales, pero no un gobierno estatal.
En tan solo dos años dejó de ser competitivo y buscó la alianza con otro partido poderoso, como lo es en este caso el PAN.
Los perredistas saben que solos, sin alianzas, perderán las tres plazas de gobierno que tienen en su poder, en los comicios del año próximo: Ciudad de México, Tabasco y Morelos
Esas tres entidades continúan manteniendo sus preferencias por la izquierda, pero vienen siendo desplazados por Morena.
Por eso, para los perredistas resulta importante formar el frente opositor en que convocan a participar al Partido Acción Nacional y otros organismos menores, lo que les devolvería las posibilidades de triunfo en esas y otras competencias electorales.
La Ciudad de México, antes Distrito Federal, mostró una vocación perredista desde que en 1997, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano se convirtió en el primer gobernante electo en las urnas y cada tres años lo refrendaba con una copiosa votación.
Andrés Manuel López Obrador, Marcelo Ebrard Casaubon y Miguel Ángel Mancera Espinosa, ganaron con el emblema del partido del sol azteca, donde se sumaban otros partidos menores al proyecto, tal y como ahora parece tener que hacerlo el PRD.
Morelos y Tabasco son gobernados por vez primera por un militante del sol azteca, luego de la victoria alcanzada en la misma fecha por Graco Luis Ramírez Garrido y Arturo Núñez Jiménez.
Es cierto que en ambos estados el PRD se había mantenido competitivo, pero nunca consiguió ganar los comicios antes del 2012 y ahora se considera difícil que mantenga la estafeta.
Morena, nuevamente se asoma como el gran adversario en ambos estados, aunque en Morelos, el PAN tiene una buena clientela y de consolidarse el frente opositor, podrían armar la estrategia de alianza entre el partido de la izquierda y el de la derecha.
Claro que depende del tipo de frente opositor que hagan y si en dicho acuerdo va implícito el de alianzas en los gobiernos estatales en disputa que serán nueve.
Si antes el PRD era el partido al que buscaban los otros partidos de izquierda para consolidar una coalición o alianza en busca del triunfo electoral, ahora el gran concentrador será, por un lado el PAN y por el otro Morena.
El PRD abanderó muchos candidatos que consiguieron la victoria en distintos estados del país, tanto en el norte, como en el sur y centro, se levantaron airosos con la victoria.
En varios de ellos lograron triunfos consecutivos como Baja California Sur, Zacatecas, Michoacán y Chiapas, en otros solamente fueron flor de un día como Tlaxcala, mientras que en los restantes fueron de acompañamiento del PAN.
Veracruz, Puebla, Sinaloa, Durango y otras entidades más fueron ganadas por la alianza PAN PRD, mientras que Oaxaca representa la única victoria, hasta el momento del Partido Convergencia, convertido después en Movimiento Ciudadano, aunque el gobernador Gabino Cué Monteagudo se pasó después a las filas del PRD.
Y es que en el pasado reciente, los perredistas usaban a otros organismos políticos menores (PT y Convergencia o Movimiento Ciudadano) como los partidos bisagras que les daban el puñado de votos que requerían para triunfar en algunos comicios, lo que ahora harán ellos para el PAN, si se construye el frente opositor.
Otros de esos partidos bisagra han sido el Movimiento Ciudadano y el Verde Ecologista de México.
El primero de ellos ya gobernó Oaxaca con uno de sus militantes, mientras que el segundo lo hace en Chiapas, donde su militante logró el respaldo de los priístas para ganar la elección en 2012.
Gabino Cué Monteagudo y Manuel Velasco Coello, son junto con Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón, gobernador de Nuevo León y Miguel Ángel Mancera Espinosa, son los únicos gobernantes que en la historia moderna de México han ganado una elección sin ser militantes del PRI, PAN o PRD.
Los dos primeros lo hicieron como parte de la militancia de Convergencia y Verde, respectivamente y los otros dos sin ser afiliados de ningún partido político.
Ahora tanto el Movimiento Ciudadano como el Verde analizan la posibilidad de ser partidos añadidos al frente opositor planteado por Acción Nacional y el de la Revolución Democrática.
Y aunque el PT ha sido permanente aliado del perredismo, parece ser que ahora optará por construir su alianza con el Movimiento de Regeneración Nacional.
¿Encharcamientos o inundaciones?
Al gobierno capitalino que encabeza Miguel Ángel Mancera Espinosa le gusta decir que el exceso de agua en calles y casa, se debe a encharcamientos, sin importar que esos lleguen a rebasar el metro de altura. Las inundaciones no existen su vocabulario político.
Desestiman la acumulación del líquido producido por la lluvia, sin importar las desgracias que ello ocasiona, ni las pérdidas humanas o materiales que se producen, simplemente son lluvias atípicas que se producen esporádicamente.
No les importa que esas lluvias atípicas se produzcan varias veces al año en la capital del país y la escasa ayuda económica que presta a los damnificados no satisface en nada sus necesidades y reaccionan a tiempo pasado.