¿Naufraga el Frente?
Roberto Vizcaíno miércoles 28, Jun 2017Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
Apenas aprobaron sus resolutivos para ir a un Frente Opositor con candidato común para la presidencial del 2018, las dirigencias de PAN y PRD fueron absorbidas por un torbellino de amenazas de rupturas internas y lanzamientos por la libre, que las han llevado a repensar esta intención.
Desde las primeras horas luego de su anuncio, ambas fuerzas vieron que no es lo mismo acordar alianzas para lanzar gobernadores y alcaldes, que para intentar ir con un candidato único hacia Los Pinos.
En el PAN Margarita Zavala apresuró el paso y reiteró que, si la dirigencia de Ricardo Anaya no saca pronto la convocatoria para definir al candidato presidencial de su partido, ella podría irse como candidata independiente.
Desde Tamaulipas Zavala indicó que ya basta de indefiniciones que sólo sirven a otros.
En un claro rechazo al Frente con el PRD dijo que es hora que el PAN “defienda sus principios fundamentales”.
Y urgió a una inmediata toma de decisiones al interior de Acción Nacional, pues “cuando se decide tarde y no se avisa a tiempo, cuando se hacen las cosas hasta el final, pues es algo que no ayuda”.
En la otra orilla del Frente Opositor no nato, René Bejarano y Dolores Padierna, que lideran la tribu Izquierda Democrática Nacional y la Asociación Política denominada Movimiento Nacional por la Esperanza, junto con otros personajes y corrientes del partido del sol azteca como Carlos Sotelo, denunciaron no haber sido convocados a debatir el Frente y por lo tanto llamaron a los perredistas a rebelarse en contra.
Para nadie es un secreto que la pareja Bejarano-Padierna son y han sido siempre los más cercanos a Andrés Manuel López Obrador, y quienes encabezan a la tercera fuerza más importante dentro del PRD.
No escucharlos sería, en este momento de la mayor debilidad del PRD dirigido por la senadora Alejandra Barrales, ir a una ruptura impredecible.
Sería muy posiblemente lanzar a la senadora Dolores Padierna, coordinadora de los ya pocos senadores del PRD, a los brazos de Miguel Barbosa y AMLO… o a irse como un nuevo grupo dentro de la Cámara Alta.
No hacerles caso o minimizar sus exigencias, podría provocar una adhesión masiva de perredistas a Morena… o quizá a obligarlos a dar el paso para el registro ante el INE del Movimiento Nacional por la Esperanza y luego buscar el reconocimiento como un nuevo partido político.
Un partido que sería el de la independencia y la autonomía de Bejarano y Padierna (y su grupo), que aprovecharía en 2018 y los años siguientes el declive del PRD, y la posible diáspora que se daría con una muy previsible nueva derrota de Andrés Manuel López Obrador en junio de 2018.
Sería, para la pareja, el momento ideal para independizarse con base en una plataforma importante de militantes, y un programa de izquierda al que ha renunciado justamente el PRD con sus alianzas con el PAN.
En fin, sería justamente seguir el mismo camino que ya transitó López Obrador con la formación de Morena. Una tercera vía para la izquierda mexicana.
Todo esto lo ha advertido Bejarano cuando el pasado 12 de junio, apenas hace 15 días, en una entrevista con Carlos Marín en Milenio-TV, hizo por primera vez las más duras críticas a Andrés Manuel López Obrador y consideró que sus condiciones para unirse a Morena eran inaceptables porque eran las de la sumisión.
Este mismo Bejarano dice hoy que “una alianza con el PAN significaría la puntilla para el PRD… (ya que) un Frente Amplio con el PAN sería una flagrante violación a los acuerdos del Congreso Nacional del PRD; (y que) un arreglo con el blanquiazul sólo sería posible si es con un candidato ciudadano”.
Con las cosas así, sin contar con otros inconformes de uno y otro partido, las posiciones planteadas por Zavala, Bejarano y Padierna significan el hundimiento del Frente que aún no ha nacido.
Coalición no frente
En un activismo que la mayor de las veces pareciera un “arar en el mar”, Manlio Fabio Beltrones ha salido a señalar nuevamente que lo que requiere en estos momentos México no es un Frente o Alianza electoral, sino un pacto para ir a una Coalición de Gobierno.
El Frente sería, dijo, “más de lo mismo”, una alianza para ganar una elección… cuando lo que hay que pensar, es qué va a pasar después con la gobernabilidad en este país.
El Frente o la Alianza no solucionaría la fragmentación de los partidos, ni su falta de ideología.
Sería seguir en la incertidumbre que existe sobre los partidos porque ya no representan nada.
“Y sí, se puede juntar la izquierda con la derecha porque no tienen ningún objetivo común, que no sea el de ganar el poder…”
Acepta que hay confusión entre los mexicanos. No distinguen coalición electoral de gobiernos de coalición.
La Coalición electoral, insiste, sirve para ganar una elección, los gobiernos de coalición para dar la gobernabilidad requerida.
Ya existe esa posibilidad en la Constitución.
Ahora hay que reglamentarla. Eso es posible hacerlo para aplicarla en 2018, porque sería una reforma de gobierno y no electoral.
Operaría si el candidato más votado no alcanza el 42% de los votos. Entonces éste convoca a las otras fuerzas para registrar un proyecto conjunto ante el Congreso, y entonces gobernar en Coalición.
El gabinete (menos los titulares de Marina y Defensa), deberían ser ratificados por el Congreso.
Lo que dice Beltrones es ratificado, aprobado, apoyado por estudiosos del Estado, por políticos en activo, y por analistas, pero las cúpulas partidarias y los coordinadores parlamentarios hacen como que no escuchan.
El caso es que nada de eso se mueve ni en el Senado ni en la Cámara de Diputados, que son los terrenos donde esa posibilidad debiera debatirse y aprobarse.
Agradecidos
El verde Pablo Escudero, expresó ayer su agradecimiento y el del Senado del cual es presidente, por la decisión de los ministros la Suprema Corte de ratificar la validez de la ampliación al periodo de los magistrados electorales.
El tema se había convertido en un motivo de crítica de algunos quienes advirtieron que el Congreso estaba excediendo sus facultades en este tema.
Escudero indicó que, con su fallo, la Corte dejó en claro que lo operado en el Senado fue un legítimo ejercicio de equilibrio entre los distintos Poderes del Estado, que refleja la fortaleza institucional de nuestro país.
Y es sin duda un reconocimiento a la constitucionalidad de las actuaciones del Senado y del Congreso.
Y es que la Corte desestimó un reclamo de inconstitucionalidad interpuesto contra la validez de la modificación al artículo Cuarto Transitorio del Decreto de reformas a la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, con la que se amplió el periodo de los magistrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral.
En los hechos los ministros validaron los nombramientos aprobados en los pasados meses de octubre y noviembre de 2016 por las mayorías legislativas establecidas por la Constitución, que permitieron la integración de la Sala Superior del Tribunal Electoral.
Escudero insistió en que el Senado que preside, actuó con responsabilidad y, en un entorno de pluralidad política, cumplió con la responsabilidad constitucional de realizar las designaciones que aportan al país instituciones sólidas en el sistema de medios de impugnación en materia electoral.
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