Relevos presidenciales
Ramón Zurita Sahagún viernes 5, Nov 2010De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Los tres principales partidos político viven una etapa de recomposición interna, con vistas a su preparación del proceso electoral presidencial del 2012. En el PRI, las cosas ya parecen definidas a favor del coahuilense Humberto Moreira Valdez, aunque falta afinar detalles. En el PAN la lucha se vuelve sórdida y en el PRD la disputa es soterrada.
Los tres partidos llegan a sus tiempos de renovación en las dirigencias nacionales, aunque solamente el tricolor y el blanquiazul abrieron la competencia para ello, el PRD mantiene como secreto de estado el tiempo en que habrá de renovarla.
Para los priístas la situación es compleja, ya que el aspirante más mencionado para ello se ha quedado rezagado y el surgimiento de Moreira Valdez cambio el tablero de posicionamiento.
Emilio Gamboa Patrón se advertía encaminado al relevo de Beatriz Paredes Rangel. Su ascenso a la dirigencia del sector popular lo enfilaba hacia ello y los resultados electorales en Veracruz y Oaxaca, le despejaban el camino.
Fidel Herrera Beltrán y Ulises Ruiz Ortiz habían dejado en el camino sus mejores argumentos, el primero con un proceso electoral cuestionado y unas grabaciones que le afectaron en lo político y en credibilidad.
Ruiz Ortiz perdió su mejor aval que era ser el mejor operador electoral del PRI, situación que se desdibujó con la pérdida del gobierno estatal ante los opositores.
El gran bombero o el plan “B” apuntaba hacia el senador Jesús Murillo Karam, quien se mantiene en esa opción, aunque su cercanía con el gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto lo ha relegado de esa posibilidad.
Por eso, el surgimiento de Humberto Moreira Valdez, gobernador de Coahuila fue un bálsamo para los priistas, ya que se trata de un rostro nuevo que permitiría al partido tricolor un cambio de fachada.
Con el destape de Moreira Valdez y el reculamiento de Gamboa Patrón, Herrera Beltrán y Ruiz Ortiz y el bajo perfil de Murillo Karam, los priístas se alinearon en torno al desafiante Moreira.
Y aunque no todo está escrito, el gobernador de Coahuila se enfila hacia la sucesión de Beatriz Paredes Rangel con mayor ánimo que sus posibles contendientes.
Moreira ofrece una visión diferente a los planteamientos de sus adversarios internos, ofrece un proyecto joven, vibrante, moderno y pertenece a una generación distinta.
Fungió como secretario de Educación del gobierno de Enrique Martínez, después fue electo alcalde de Saltillo y desde ahí compitió por el gobierno estatal, ganando con amplitud a sus adversarios.
Gamboa, Herrera y Ruiz pertenecen a una generación distante y se han acomodado sexenio tras sexenio en posiciones de diferentes niveles.
Gamboa desde la comodidad del asfalto entró a la competencia electoral hasta que el PRI perdió la Presidencia de la República y lo hizo bajo el cobijo de las plurinominales.
Primero senador y después diputado protegido por las cuotas de su partido.
No fue el mismo caso con Herrera y Ruiz, los que han batallado en las urnas para obtener cada una de las posiciones detentadas.
Cuatro veces diputado federal, una más senador y gobernador, es parte del historial del todavía gobernador de Veracruz, mientras que Ruiz pasó por la diputación local, la federal, el senado y el gobierno de Oaxaca, siendo votado en las urnas.
Con todo y ello, sus proyectos parecen haberse quedado anclados en el pasado, con el lastre que les representa la elección del pasado cuatro de julio.
Ayer, Moreira Valdez rindió su quinto informe de gobierno, el que aprovechó para reunir a una gran comitiva de priistas que espera lo respalden en su búsqueda de la presidencia nacional de su partido.
El caso de los panistas es todavía más complejo, ya que los dados de la elección se encuentran divididos por las malas señales que provienen del gran elector.
Unos apuestan sobre Roberto Gil Zuarth, otros a favor de Gustavo Enrique Madero Muñoz, según creen les indican los designios de Los Pinos, los menos van con Francisco Ramírez Acuña, mientras que Cecilia Romero y Judith Díaz, son consideradas simplemente como música de acompañamiento.
La situación confusa prevalece en torno a si Gil Zuarth es candidato elegible y si en verdad tare el apoyo presidencial, de ser así nadie impedirá su llegada a la dirigencia nacional de su partido.
Madero Muñoz fue considerado, en un principio, como el ungido por la dirigencia real del partido, aunque hay quienes mantienen la duda sobre ello y prevalecen varias interrogantes sobre el papel que juega en este proceso interno.
Ramírez Acuña surge como el tercero en discordia, si los enconos entre los dos anteriores son demasiados y no se logra un entendimiento, de otra forma se encuentra demasiado lejano de la posibilidad de ocupar la vacante que dejará César Nava Vázquez.
Los tres personajes en diputa real dentro el PAN pertenecen a generaciones distintas, ubicadas dentro del partido.
Ramírez Acuña mantiene una vieja militancia, la que le permitió ser diputado federal un par de veces y gobernador de Jalisco, además de efímero secretario de Gobernación.
Madero Muñoz es un poco más joven y su función como coordinador de la bancada panista en el senado lo convirtió en un personaje de relevancia, aunque de bajo perfil.
Gil Zuarth es la revelación del panismo en el actual sexenio y deambula de un lado a otro, siempre con presentado como un gran operador con mucho futuro.
En el caso de los perredistas, los Chuchos, por conducto de Jesús Ortega se apropiaron de la dirigencia nacional y ahora se niegan a cumplir con lo pactado en la entrega de la presidencia del partido, sin importar que con ello fracturen y dividan aún más al PRD.