TV Azteca documenta la política salvaje
Francisco Rodríguez miércoles 21, Jun 2017Índice político
Francisco Rodríguez
La primera entrega de la trilogía de documentales producidos por TV Azteca sobre la gran crisis económica, política y social de los años 1994-1995 ha revelado ante los ojos del televidente, no sólo un testimonio sobre el valor civil necesario para utilizar en beneficio de la población la libertad de expresión, sino un análisis serio del que se derivan algunas reflexiones útiles para los tiempos modernos.
“Error: ficción, miedo, debacle”, convoca a los mexicanos a hacerse demasiadas preguntas sobre las auténticas razones de la quiebra del Estado nacional, la crisis de confianza en las instituciones y el rompimiento del tejido social, hasta llegar a las condiciones en que nos encontramos. Un país casi sin esperanzas fundadas.
Una nación que se ha debatido entre las ocurrencias de los ignorantes, las ambiciones de los gobernantes y la pasividad de los ciudadanos, que nunca saben lo que pasa a sus espaldas, que desconocen lo que se fragua detrás del telón de los arreglos de grandes decisiones, de las proclamas de los próceres de turno, casi siempre ajenos al concepto de Patria.
El desmantelamiento del Estado y de sus posibilidades de rectoría del desarrollo nacional se llevó a cabo desde que el delamadridismo-cordobismo-salinismo se trepó al poder, obedeciendo a ciegas la dictados de los financieros neoyorquinos a través del FMI y del Banco Mundial. Hacer del control de la inflación y de las variables macroeconómicas la razón de ser del poder público.
La orfandad del aparato productivo nacional, asaltado por la apertura comercial indiscriminada para favorecer la entrada de toda la mercancía chatarra de importación que se maquilaba en los países de detrás de la Cortina de Hierro, en el Pacto de Varsovia, con bajos salarios y financiamiento estadounidense…… fue el gancho para hacer creer a los consumidores que ya estábamos en el Primer Mundo, mientras se abandonaban a su suerte las actividades agropecuarias, la planta industrial y comercial instalada y el robustecimiento del mercado interno. Las clases medias daban rienda suelta a su confort, a costillas de la pérdida de empleos y producción en el campo, haciéndonos miserablemente dependientes del extranjero.
A partir de esa condición de orfandad productiva y de entreguismo del salinismo a los designios extranjeros, el entonces llamado Presidente fue convencido por la dinastía Bush de que el Espíritu de Houston debía ser la filosofía del desarrollo mexicano. Hasta ahí iban bien. No contaron con el triunfo de los demócratas y el arribo de William Clinton al poder.
En los primeros cinco años de Carlos Salinas de Gortari en el poder, cuando se presumía de la estabilidad monetaria y de que ella se debía a que los aparatos comerciales estadounidenses operaban en México como si se tratara de un estado anexado, igual que el quetzal cuando estaba a la par del dólar, gracias a que el país era de la rockefelliana United Fruit Company. Tan sencillo de entender, tan difícil de aceptar.
Mientras las tripas de los menesterosos crujían, por no poder adquirir los comestibles de importación de primera necesidad, y Raúl Salinas Lozano —el padre de CSG— acaparaba el negocio de esas importaciones, desde un consejo de comercio creado ex profeso, los industriales dueños de los parques de ensamblaje automotriz y los coyotes de la exportación de perecederos agropecuarios nadaban en la abundancia.
Dos mundos en un mismo país. Las desigualdades aberrantes clamaban por justicia para los miserables. Desde entonces, exigían castigo para los hambreadores. Se repite la historia siempre que se encuentran en el poder los descastados entreguistas que sólo obedecen a las profundidades de sus bolsillos, siempre demandantes de moneda y sangre.
Sí, Salinas de Gortari entregó un país prendido con alfileres. Los alfileres de la traición al pueblo, el que heredaba los asesinatos de Colosio y Ruiz Massieu, por haberle declarado el primero la guerra a los capos del narco, muy contados en aquél tiempo. El sistema optó por defender la seguridad de los trasegadores, como lo hace hoy con los asesinos de Tlatlaya, Ayotzinapa, Tanhuato, Apatzingán, Reynosa, Nochixtlán y todos los que usted añada.
Los financieros del traidor Ernesto Zedillo —quien se negó a hablar para el documental “Error: ficción, miedo, debacle”— cumplieron su parte en esta miasma de corrupción. Corrieron a avisarle a los financieros locales, a los banqueros del exterior y a los mayores tenedores de Tesobonos, un mugre disfraz de la especulación monetaria para que sacaran las divisas del país. Ése fue el error de diciembre…y de todo el sexenio salinista.
El país quedó temblando, al borde de la desesperación, pero por culpa de 12 años de administraciones entreguistas que no supieron el daño enorme que habían hecho a los mexicanos, ique sabiéndolo les importó menos que un rábano podrido. Y en esas estamos.
Préstamo de Clinton a Zedillo, condicionado al consumo aquí de drogas
Pero faltaba lo peor. El traidor Zedillo, producto de un dedazo de William Clinton, pidió prestados 50 mil millones de dólares al gabacho para cubrir la falta de cash, palabreja que lo atormentaba. A raíz de eso, Clinton decidió embarcar a México en una verdadera tragedia: convertirnos, de un plumazo, de país de tránsito de la droga, a consumidor conspicuo de psicotrópicos, anfetaminas y opiáceos.
Clinton cerró las fronteras estadounidenses para que no pasara al otro lado más droga que la necesaria para su consumo voraz, el mismo que había confinado a los hijos de las élites estadounidenses en resorts de rehabilitación, separándolos de la actividad política e industrial donde querían tenerlos cómo sucesores los jefes del pandero económico del país de los huesos y las calaveras.
El anterior no sólo es un dato comprobado, forma parte de la confesión impúdica que hace unos meses hizo el tutor de la Lewinsky en el auditorio de la Universidad patito del Valle de México. Una vergüenza, un escupitajo en la cara de los próceres zedillistas, los mismos que acabaron rematando la soberanía nacional como subastadores de las rondas petroleras.
El continuum presidencialista del inútil Fox y del beodo Felipe Calderón no se apartó un milímetro del guión salinista-zedillista. Acudieron a los mismos procedimientos, con las mismas prácticas e idénticos beneficiarios. No hubo transición democrática, fue la silla la que cambió de posaderas. Impulsaron permisividades a los gobernadores que acabaron rompiendo el saco con su ambición desaforada.
Demuestra el primer capítulo de la trilogía de Azteca Documentales —cuya productora es Adriana Delgado— con la programación en manos de una nueva generación de innovadores informativos, que los gobernantes mexicanos creen únicamente en el valor del dinero, por encima de cualquier otro criterio de pudor. Porque el dinero no tiene alma, patria, ni colores… simplemente es dinero.
Cuando a la ignorancia y a la baja catadura de la formación ajena a nuestras raíces, se suma la ambición desenfrenada, el país se torna inhabitable. Se convierte nada más en lo que ahora tenemos: una claque en el poder complicitada con los carteles delincuenciales más sangrientos de la historia nacional. Los amos de la justicia por propia mano y del degüello en despoblado. Todo, autorizado, “conforme a Derecho”, gustan decir los salvajes.
El TLC salvífico del salinismo, el que nos iba a llevar al Primer Mundo, acabó siendo la patente de corso para los exportadores automotrices de los imperios y de un puñado de coyotes y hambreadores de la agroexportación a quienes el gobiernito subsidia. El abandono del campo atiza la hambruna y la desesperación de cien millones de mexicanos, sin rumbo ni puerto.
Las actividades financieras del rancho grande, acaparadas y manejadas al arbitrio del grupo cordobista-salinista-zedillista, que ocupa la Bolsa de Valores para blindar los atracos y de los endeudadores de las familias Hank González y Vázquez Raña. Los presupuestos nacionales,y el oro en metálico de las reservas, en la bolsa de Videgaray, escondidos en paraísos fiscales, a la espera de su “destape” para hacerse eternamente inmune.
Parece una película horrenda de ciencia ficción. La realidad es que los mandarines han sembrado las raíces profundas del miedo y del dolor, pero también han arribado a la debacle, como reza el título del pedagógico documental de TV Azteca (en la cual este escribidor colabora). En buena hora nos presenta las opciones de cualquier derrotero posible. Allá nosotros si no entendemos. Allá nosotros si no decidimos cambiar el rumbo del país, o cuando menos cambiar de borrachos.
El error, la ficción, el miedo y la debacle, se han posesionado de la vida mexicana, un episodio de horror cívico sin paralelo en la historia del país. Bienvenida la visión informativa del nuevo espectro de TV Azteca. Eso se llama hacerle honor a la encomienda, prestigiar la concesión del pueblo a sus periodistas de vanguardia. ¡Enhorabuena!
Índice Flamígero: En los terrenos del procurador Raúl Cervantes Andrade circula este mensaje de WhatsApp: “Hoy, vivimos días difíciles en la PGR. No solamente es la situación de los compañeros muertos en Guerrero, emboscados por no planear el operativo, por no tener refuerzos y por no contar con perímetro de seguridad, como dictan las reglas de combate. Esto es sólo la gota que derrama el vaso con estos mandos ineptos que llegaron con Omar García Harfusch. Hablo del hartazgo de todos los policías federales ministeriales por el cobro de estadías (para lo cual, por cierto, nos hicieron firmar un oficio donde “negamos” que se nos pida cuota por parte del director general de Protección a Personas), es también la falta de gasolina, la carencia de equipo de trabajo, el no pago de viáticos, la cancelación del bono de fin de año y los innumerables castigos que se nos imponen cuando se nos quiere hacer firmar una puesta a disposición en la que uno ni siquiera participa, entre otras cosas. Hoy la Policía Federal de México, Ministerial (como el procurador dice que nos llamamos), está descompuesta con la llegada de Omar y sus amigos de Investigaciones de la Policía Federal. De todos es sabido que el asunto de Guerrero fue mal ejecutado porque iba el mero director de Investigaciones a reventar una casa donde le dijeron que había dinero. A eso se dedican estos azules que se hacen pasar por investigadores, a saquear, son unos delincuentes vestidos de policías, que denigran el trabajo que por años hemos realizado los verdaderos federales. De todos es sabido que a El Licenciado Dámaso (López) le robaron 2 millones de dólares del departamento de la Anzures y aún así exhibieron a su señora en las cámaras de televisión. El Licenciado ya mandó a su hijo, El Mini Lic, a preguntar quién fue el que le hizo la grosería a su mamá. No tienen llenadero, venden las plazas, designan escoltas previa ‘cuota de recuperación’ y piden renta a los compañeros que quieren tal o cual asignación. Al regional caído hace unos días en Morelia, lo mataron porque los mandos de la Ciudad de México se chingaron una lana y no cumplieron, se trató de un mensaje para el director general de Mandamientos. Mientras Vidal Diaz-Leal se dedica a chingarnos con arrestos y comisiones lejos de nuestras familias, para que no nos quejemos, sus directores generales saquean al país con la indiferencia del procurador. De antemano les decimos que si pretenden desamparar a las viudas, hijos y familias en general de los compañeros caídos en Guerrero, por no tener oficio de comisión, les vamos a hacer un pedo mundial. Queremos que le paguen a todos los deudos puntualmente sus seguros de vida, sin excusas pendejas. Los quiero convocar compañeros 103, a que hagamos un paro nacional de labores exigiendo que la visitadora investigue las circunstancias en que se realizó el operativo donde murieron los compañeros en Guerrero, y de resultar alguna irregularidad (como sabemos las hay) se deslinden responsabilidades administrativas y penales. Los convoco a que exijamos la renuncia de Vidal Díaz-Leal Ochoa, y la remoción inmediata del amigo de Sidronio Casarruvias, Omar Hamid García Harfusch, quien conociendo las circunstancias del estado de Guerrero, donde fue jefe de los azules, debió enviar refuerzos para el operativo. ¿Será que también Vidal Diaz-Leal es amigo de El Tequilero y le echó una llamadita para avisarle que iban para allá los geos? ¿Cuántos muertos más tenemos que poner de este lado para que el procurador quite a estos delincuentes impuestos por Luis Cárdenas Palomino y Genaro García Luna? ¡Estamos hasta la madre!” Y tienen razón, ¿no cree usted?
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