Apuñalan credibilidad de instituciones
Francisco Rodríguez martes 13, Jun 2017Índice político
Francisco Rodríguez
Orondos, campantes, los de Zacazonapan festejan el regreso de prácticas electorales y gubernamentales cavernícolas. Los supuestos triunfos contra la voluntad popular, logrados a base de mendacidades, trampas a la ley, escamoteo de las voluntades, compra de votos a mansalva, logrados con la impunidad que les brindan las fuerzas armadas. ¿Festejan? Un sueño guajiro.
La realidad está tan lejos de lo que creen estas mentiras disfrazadas. No tardará en exhibirse con toda crudeza, con lujo de violencia, y con saña inaudita contra los que no saben todavía que se han sentado no en las sillas de los palacios de gobierno estatales, sino en auténticos barriles de pólvora seca, bombas de tiempo que ni mandadas a hacer.
Si creen que Alfredo III y Miguel Riquelme gobernarán estados donde sus procederes sean obedecidos a rajatabla, sus caprichos encontrarán eco inmediato en la población, obediente a sus mandatos, es hora de que deberían darse cuenta que los mandaron a la guerra sin fusil. Les espera un panorama indescifrable de inconformidad, repulsa y agresividad.
Los votos comprados no alcanzan para otorgarles legitimidad, menos gobernabilidad, mucho menos estabilidad. Sus períodos apuntan a ser los más aciagos de la historia contemporánea. El escenario cívico no es propenso para empezar de cero, previo borrón y cuenta nueva. Esos tiempos se acabaron en el Estado de México, Coahuila y el país.
Los tribunales electorales, los institutos de lo mismo, el Poder Judicial en su conjunto, con las decisiones esquizofrénicas que les caracterizan, han demostrado palpablemente, ante propios y extraños, que México ya no es un país de mayorías, sino un mosaico de minorías privilegiadas, una oligarquía sin fundamento posible.
Un país sin punto de encuentro, sin alternativas ciudadanas, donde el respeto a la ley se ha cambiado por el señorío del dinero, por las influencias de las dinastías heráldicas, por el imperio del más fuerte, del mejor armado, del postor que aporte más al bolsillo de quienes deciden. El rumbo, el ritmo y el destino están asilados en la casa de la locura.
Un país gobernado por una cúpula, donde se pactan los beneficios en función de la capacidad de fuego, de extorsión, soborno y chantaje entre los investidos y los grupos delincuenciales, que campean a lo largo y ancho del sufrido territorio nacional. El país de nunca jamás.
El país donde mandatarios y delincuentes pelean, compiten no para anularse, sino para privilegiarse. Para hacer saber, fuera de toda duda, a los patrones gabachos del narcotráfico quién es el más adelantado en obsequiar sus peticiones, quién es el que mejor merece sus confianzas y sus reconocimientos. El pueblo debe esperar.
En el trayecto de esa competencia demencial, los atletas de la liquidación luchan para tener los derechos originales de asesinatos, represiones, criminalizaciones sociales, demolición de estructuras policíacas, jurídicas y mercantiles, para facilitar el dominio de los extraños, para ser los mejores palafreneros del rumbo.
Hemos llegado a la orilla del abismo. Los plazos de la supervivencia bajo este esquema están agotados, precipitados al vacío por los mismos causantes del estropicio. Las posibilidades de un mínimo acuerdo nacional se han ido al caño. Los presupuestos, los préstamos exteriores están enfocados a servir a los favoritos, a quienes obedecen sin chistar.
Sí antes se pensaba en la posibilidad de algún entendimiento, esa solución ya no existe en estos páramos. Los acuerdos son de cartón, para el consumo de los ingenuos, son un catálogo de buenos propósitos para ser reproducidos y aplaudidos por textoservidores de prensa impresa y medios radioeléctricos que buscan afanosamente su espacio en este festín.
Los costos de la restauración priísta, del restablecimiento de los impostores de siempre, son hoy mucho más caros y lacerantes que ayer: la miseria que hoy alcanza a más de cien millones de mexicanos, el rezago educativo, que ha querido ser atendido por mejorales laborales y administrativos, el retraso secular en todos los renglones, son síntomas de un sistema inservible.
Se pretende entronizar a los cacicazgos regionales, los barruntos de balcanización son el pan nuestro, lo evidencian el debilitamiento del Estado, de alguna forma hay que llamarlo, frente a los poderes informales y a la capacidad del estado de fuerza de los intereses especiales a modo de los que creen que mandan.
El corporativismo sustentado en la corrupción, el patrimonialismo rampante y ordinario que privilegia todo lo privado sobre los intereses públicos, la influencia descomunal de los socios,coyotes y familiares en las decisiones públicas, la mezcla de los negocios con la política…
… la pérdida de control sobre los orígenes del dinero que inclina el triunfo en las balanzas de la competencia electoral, son la cereza amarga de este pastel macabro.
La credibilidad de todas las instituciones del Estado ha sido apuñalada. La puntilla, que todos observamos desde el tendido fue la artera decisión del gobierno federal de pactar con absoluta inmunidad con los diversos cárteles de la delincuencia organizada, para no quedar al margen de los moche$ que resultaron de la merca de la amapola negra.
Por eso, festejan el retorno de la demencia. Las huestes de los poderes armados, de las iglesias instituidas, de los partidos políticos, de las judicaturas, de los aparatos legislativos de todos niveles, son ya comparsas y caravanas de los capos que imponen sus reglas entre los azorados y demolidos ciudadanos.
La devaluación galopante e incontrolable que padecemos es la forma eficaz para acabar con los bolsillos de la gente de bien. Se han encarecido todos los bienes de consumo indispensable y masivo, la sobrevivencia está ya fuera del alcance de casi todos. Meade sigue devolviendo miles de millones a empresas defraudadoras a nuestras costillas.
Para el gobierno es mejor cuidar los indicadores ¿fundamentales?
Pero eso no importa. Para el gobierno es mejor cuidar los avances en lo que llaman indicadores fundamentales, que se reducen a uno: publicitar a todo tren que el dólar pierde valor ante el peso. Se atribuyen la genialidad de las medidas, sin explicar cuáles fueron. Ninguna les corresponde.
Los indicadores de la fragilidad del peso frente al dólar se mueven del otro lado de sus narices. No saben ni a qué hacen referencia. Lo mismo que quienes promueven desde el exterior la subida del peso en unas horas, pueden hacerlo al revés en minutos. Es un juego de especuladores que escapa a la comprensión de sus cabecitas locas.
Los bancos europeos, ingleses y españoles operan en México no por las condiciones de confianza y credibilidad del gobierno, sino por los altísimos precios que ponen a sus servicios de cajeros y ventanillas, los más caros de Occidente, los que les generan las utilidades para poder compensar las pérdidas que sufren en otras latitudes y solventar sus burocracias.
Las mafias operan por el respeto a su inmunidad. Por el pasmo y la indolencia, por establecer un freno, por ayudar a la tranquilidad de los ciudadanos. Todo se carga a nuestra cuenta.
Entonces, ¿qué festejan? ¿Por qué no nos dicen que de eso se trataba? ¿Usted qué haría?
Índice Flamígero: 1994: “Faltaban sólo once días para el cambio de gobierno. Esa reunión secreta entre los equipos económicos, saliente y el entrante, era el síntoma inequívoco de un problema que se convertiría en la crisis económica más severa de la historia mexicana reciente. Los presidentes, en ejercicio y electo, calculaban costos políticos y consecuencias económicas. Cada uno fijó su posición, propuso y negoció. ¿Llegaron a algún acuerdo? ¿Pudo ser mejor? ¿O peor? ¿Cómo llegó el país a un punto tan crítico? ¿Hubo alertas? ¿Alguien en la comunidad financiera se dio cuenta? ¿Pudo evitarse? En sólo 9 meses, México enfrentó una serie de eventos políticos y financieros que ningún estratega podía haber previsto juntos en ningún escenario, pero causaron el deterioro de la economía hasta dejarla en la situación que discutían esa noche en el círculo más alto del poder. ¿Cuál fue la gota que derramó el vaso? ¿Cómo se desató la debacle? ¿Cometió errores graves el nuevo gobierno con sus cambios en la conducción de una política económica que había sobrevivido a los sucesos complejos de ese año? ¿Cuál fue ‘el error’?…” Tal es la llamativa publicidad que recibe ya el nuevo y revelador documental de TV Azteca Opinión con los testimonios de personajes que protagonizaron ese momento histórico y analistas que lo observaron en primera línea, además de la explicación clara, paso a paso, de especialistas al frente de un amplio equipo periodístico y creativo altamente especializado de Azteca Documentales. La primera entrega es este sábado 17 de junio a través de la señal de la televisora del Ajusco. + + + Es muy posible que la colega Denisse Maerker Salmón desconozca que está codemandada —junto con Televisa— por el veracruzano Rafael Cruz Tronco, a quien se infamó haciéndolo pasar por padre de uno de los mozalbetes conocidos como Los Porkys de Costa de Oro, en el municipio veracruzano Boca del Río. Y es que no obstante que se aclaró en tiempo y forma que Cruz Tronco no era padre de ninguno de ellos, en una edición reciente se le volvió a infamar. La conductora y el presidente del Consejo de Administración de Televisa tienen que presentarse a declarar hoy mismo ante la juez 34 de lo Civil de la Ciudad de México, Raquel Margarita García Inclán, so pena de ser multados. + + + La mañana del más reciente domingo fue encontrado muerto en su domicilio el conductor del programa de Radio Educación “Del Campo y de la Ciudad”, el compañero Sergio Canales. Durante más de 20 años Sergio Canales abrió los micrófonos de Radio Educación a los distintos movimientos sociales e indígenas en el país y por su conducto se pudo hacer material la solidaridad de –y con– los que luchan. Descanse en paz.
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