El día que marcó al PAN
Ramón Zurita Sahagún miércoles 3, Nov 2010De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
El 4 de noviembre se convirtió en una fecha inolvidable para el país, por todas las consecuencias que acarreó el trágico accidente en el que murieron, hace dos años, varias personas, las más de ellas sin vinculación alguna.
Fue el día en que el PAN se quedó sin candidato presidencial, el Presidente sin su mejor amigo, la Secretaría de Gobernación sin el único personaje que pudo desempeñar esa función en el presente sexenio, y dos decenas de hogares quedaron enlutados.
Es cierto que la víctima más famosa fue Juan Camilo Mouriño y después de él y de José Luis Santiago Vasconcelos, los nombres se pierden en la bruma del recuerdo y de que el 4 de noviembre del 2008 fue un día triste para el país, en el que quedaron evidencias de muchas torpezas.
La pérdida de Juan Camilo es hoy más significativa que entonces, por la serie de problemas que enfrenta el Presidente para la aplicación de sus políticas, la falta de un operador gubernamental, la lucha interna desatada en el interior del PAN y la falta de un prospecto presidencial posicionado.
El 4 de noviembre de 2008 significa para el Presidente de la República su némesis y descarna la carencia de cuadros políticos dentro del partido en el gobierno.
Juan Camilo fue no solamente el hermano de Felipe Calderón, su amigo, confidente, operador y estructurador de la política. Era su mejor aliado y el único con la capacidad para mostrarle al Ejecutivo federal las torpezas cometidas.
Con Mouriño, el Presidente no habría que tenido que buscar dos secretarios de Gobernación que mostraron grandes carencias y que hasta el momento no han sido capaces de servir de interlocutores con los actores políticos.
Fernando Gómez Mont y Francisco Blake Mora se habrían tenido que quedar en sus sitios originales, el primero como uno de los abogados más prósperos del país y el otro como relegado secretario de Gobierno de Baja California.
La incertidumbre en torno al candidato presidencial del PAN no existiría y el joven Mouriño Terrazo estaría en la misma órbita en que se encuentran Enrique Peña Nieto y Marcelo Ebrard Casaubón. Los panistas no estarían quebrándose la cabeza en torno a las posibilidades de Ernesto Cordero, Alonso Lujambio, ni intentando improvisar con Juan Molinar Horcasitas, Javier Lozano Alarcón, Josefina Vázquez Mota o buscando la fórmula para frenar a Santiago Creel Miranda.
Felipe Calderón Hinojosa tendría a su confidente, su amigo, su hermano, su compañero de tertulias y su hombre de más confianza. Los secretarios de Marina y Seguridad Pública tendrían completo el cuarteto.
Tal vez, piense, la lucha contra la delincuencia organizada tendría otro cariz y los resultados podrían ser otros.
Es posible que César Nava Vázquez no hubiese llegado a la presidencia nacional del PAN, ni que el dirigente nacional del PAN fuese evidenciado como un mentiroso, que Roberto Gil Zuarth se convirtiera en el influyente panista que es hoy y que los resultados electorales del 2009 y 2010 fuesen diferentes y que las alianzas entre derecha e izquierda no se hubiesen concretado nunca.
La disputa interna que se vive dentro del PAN, con la mano calderonista a la vista, podría no ser tal y, tal vez, se guardarían las formas y los relevos dentro de la dirigencia nacional no serían como en la época del priísmo salinista.
El desasosiego del Presidente no sería tanto, ni la incredulidad ciudadana en torno a los accidentes sería tan grande.
De no haberse producido el incidente en que murió Mouriño, tal vez Santiago Vasconcelos hubiese cambiado la historia de la lucha contra el narco.
Tampoco habrían muertos tantos inocentes, cuya única culpa fue circular por esa zona, en el momento en que cayó el avión, ni quedarían tantas dudas sobre lo ahí ocurrido.
*Arely Gómez González es una de las más firmes aspirantes a consejera del IFE, ya que se establece es la carta fuerte del PRI y que los diputados de este partido empujarán por su inclusión.
Se trata de quien fuese fiscal para delitos electorales, sin que se notara su presencia, pues pasó de noche por esa posición, donde recibió un fuerte apoyo para asumir el encargo.
Arely, como se sabe, es hija del doctor Leopoldo Gómez y Arely González Garrido y cuenta con grandes nexos en distintos niveles empresariales y políticos.
Su mamá es hermana de José Patrocinio González Garrido, ex secretario de Gobernación, ex gobernador de Chiapas y ex senador de la República, entre otras funciones. Es, por lo tanto, nieta de Salomón González Blanco, el secretario del Trabajo más longevo de la época moderna de México, quien colaboró con tres presidentes de la República: Adolfo Ruiz Cortines, Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz, además de ser gobernador de Chiapas en la administración de José López Portillo.
Como si fuese poco, Arely es sobrina nieta (nieta de una hermana) de Tomás Garrido Canabal, el legendario gobernador de Tabasco y es hermana de Leopoldo Gómez González, vicepresidente de noticiarios de Televisa.
Por hoja curricular familiar no para, por sus éxitos y logros en la actividad pública no se distingue.
Ahora que los vínculos familiares son cuestionados, se tomará en cuenta la herencia familiar de la mencionada.
*Terminó octubre, mes trágico para la lucha contra el crimen organizado y desorganizado, que sentó un histórico número de muertes en todo el país.
Tepic, Ciudad Juárez, Tijuana y la ciudad de México registraron una serie de asesinatos masivos de jóvenes.
También en ese período se cometió el asesinato de extranjeros, por lo que habrá que esperar una nueva embestida desde el exterior, dada la incapacidad de las autoridades por resolver esos asuntos o detener a los responsables.