San Isidro Labrador
¬ Salvador Estrada jueves 1, Jun 2017Folclor urbano
Salvador Estrada
La urgente necesidad de aplicar un programa hidráulico para evitar las inundaciones se pone de manifiesto en la gran Ciudad de México cuando el caudal del agua se acumula en las calles y causa el caos vehicular, y llega a las casas.
Capturar el agua de lluvia sería uno de las primeras medidas a aplicar en la gran capital y otra llevar a cabo una campaña para poner la basura en su lugar y hacer trabajos de desazolve, que permitiría correr el agua por el drenaje y no en las calles. Para no tirar basura en la calle las autoridades deben de colocar en las esquinas “tambos” para que ahí se deposite y no colocar cestos que nadie ve y que se saturan. Y sancionar a quien se le sorprenda tirando basura.
Aplicar esas tareas a la larga evitaría tantas pérdidas materiales por causa de las inundaciones, como las ocurridas el lunes pasado en la zona sur de la ciudad en las dele gaciones Coyoacán, Tlalpan y Xochimilco.
La explicación de las autoridades ante “el diluvio” que se vivió es la siguiente: “desafortunadamente las condiciones nos han ocasionado que las lluvias se concentren en la parte urbana, si caen en la parte urbana no importa si llueve 80 milímetros porque todo se va al campo. Aquí el problema es que los servicios hidráulicos se saturan y eso nos genera encharcamientos e inundaciones”.
Pero después de las inundaciones viene el recuento de los daños, entre los cuales se encuentran las oficinas del Instituto Electoral de la Ciudad de México, cuya sala de trabajos “se quedó nadando” y filtraciones en la biblioteca de la UNAM, pero sin daños mayores, pero los edificios que sí se inundaron fueron la Universidad del Pedregal, el Colegio Madrid y el Tec de Monterrey.
Muchas familias de esas delegaciones vivieron la noche del lunes pasado “el diluvio en su casa” y veían como subía y subía el nivel del agua y se inundaban sus habitaciones y no podían hacer nada.
Los afectados están resignados y dolidos y recuerdan que “por más que intentamos no pudimos salvar cosas”, sobre todo los que viven en la delegación Tlalpan, que fueron rescatados en ¡lanchas! Aquí se debe resaltar la labor de la policía en ayuda de los damnificados.
Las pérdidas materiales son cuantiosas, porque más de mil casas quedaron inundadas y sus habitantes se quedaron con las pérdidas de su mobiliario y sus artículos electrodomésticos y electrónicos.
La tormenta registrada alcanzó 98.5 milímetros por metro cuadrado, una de las más intensas en los últimos 17 años, informaron las autoridades capitalinas.
Y si después de la tormenta viene la calma. Ahora, los afectados por la tromba a quién le pedirán ayuda para resarcirse de sus pérdidas y no perder la calma.
Y, ojalá el pronóstico del tiempo cambie, pero se anuncian más lluvias para el resto de la semana y “otro diluvio” sería como castigo del cielo, por lo cual es necesario encomendarse a San Isidro Labrador, para pedirle “que quite el agua y ponga el sol”.