La moneda está volando ¿voy bien o me regreso?..
Freddy Sánchez jueves 1, Jun 2017Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Una pregunta que deberá hacerse cada político en México, en particular los que están a cargo de los institutos partidistas, sus aliados, simpatizantes, amigos, comparsas y cercanos de ocasión, una vez que se conozca el resultado electoral en el Estado de México.
Cualquier escenario ameritará una cuidadosa lectura de los acontecimientos, a fin de tomar decisiones sobre las estrategias personales a seguir con motivo de la sucesión presidencial.
Y es que si bien lo que ocurra en el Edomex, no necesariamente pintará con exactitud el escenario que vendrá para el 2018, inequívocamente dará pauta a una panorámica indicativa y obligará reacomodos y alianzas entre los que buscan la mejor posición en la lucha por la silla presidencial.
De sus habilidades para identificar fortalezas y debilidades entre los contendientes presidenciales, dependerá su buen o mal futuro político para el próximo sexenio.
En ese sentido, cabe suponer que una derrota del priísmo pondría en estado de emergencia al gobierno en turno en el mando presidencial, a efecto de echar mano de mejores herramientas no sólo de control e inducción electoral sino de cohesión entre grupos afines que apoyen sus planes de mantenerse a cargo del gobierno federal.
De lo contrario, el Partido Revolucionario Institucional quedaría expuesto a volver a salir de Los Pinos.
Una posibilidad en la que en el PRI nadie quiere siquiera pensar, aunque todos saben que no se puede descartar, en especial si el Estado de México lo ganara el partido de López Obrador.
Y lógicamente, lo mismo habría que temer con el triunfo en la entidad mexiquense de alguno de los candidatos del Partido Acción Nacional o el Partido de las Revolución Democrática.
Organizaciones partidistas éstas últimas que tendrán la oportunidad de reconsiderar o reafirmar sus propósitos de una alianza electoral para el 2018.
Los resultados electorales en el Edomex obligarán a una redefinición de estrategias en torno a la competencia presidencial y con ello se verá la renovación de acuerdos o la disolución de estos entre actuales aliados políticos e incluso los que ahora se ven como adversarios irreconciliables.
Así que muchas cosas pueden cambiar, en vez de permanecer igual.
Eso dependerá de lo que acontezca en el Estado de México, después de la jornada electoral más importante del sexenio y cuyo resultado a estas horas, nadie con certeza sabe cuál será.
Las encuestas son contradictoras y los vaticinios también.
Y eso necesariamente nos lleva a una conclusión: de cualquier partido político puede ser el nominado para gobernar el Estado de México.
De ahí, la gran trascendencia de lo que suceda entre los mexiquenses y su inclinación electoral, a favor o en contra de los cuatro más fuertes contendientes.
No será en el Estado de México donde se decida la sucesión presidencial, pero sí el futuro del Partido Revolucionario Institucional, el Partido Acción Nacional, el de la Revolución Democrática y de Morena, en torno a lo cual, lo único cierto y seguro que se puede afirmar es que la moneda está volando.