¡Aguas con Antorcha Campesina!
Francisco Rodríguez martes 30, May 2017Índice político
Francisco Rodríguez
Recóndito, secreto como un arcano, ronda en el profundo subconsciente mexicano reconocer que somos un país burlado, una colectividad de pendejos. Es la fecha en que no podemos explicarnos cómo confiamos los destinos nacionales, la dignidad e integridad del patrimonio público a una pandilla de rateros. Nadie se avienta el tiro de apechugarlo.
No sabemos qué es lo peor que puede seguir pasando. Somos el objeto del desatino y el entreguismo constante de un descastado como Videgaray, hemos puesto el manicomio en manos de un loco. Ni “San Mamerto”, el de las causas imposibles, puede ya hacer algo por nosotros. Si alguien pensaba que ya no se puede caer más bajo, estaba equivocado.
Estamos a la espera de una condena minúscula para el güero de rancho, Gerardo Ruiz Esparza, el que ha subastado abiertamente a la nación y nos ha expuesto ante los ojos del mundo como trapaceros de baja monta, el que se atrevió a negociar con mercachifles la venta completita del Centro SCOP, un monumento nacional. La condena va a ser como aquel parto de los montes, de donde sólo salieron ratones.
Mientras nos distraen con ese circo inconsulto y anticlimático, ellos preparan el gran fraude electoral, ése que nos puede meter a una vorágine de terror y represión sin límite, al alimón del enfrentamiento previo de los batallones delincuenciales de la priísta Antorcha Campesina de Aquiles Córdova, con los bravos y temerarios antisitémicos de ese territorio.
Cuando un Estado corrupto no tiene una alternativa válida que ofrecer como cabeza de turco a la multitud, recurre al golpismo, a la provocación que precipita la sangre, que enmudece a los tranquilos. En este caso se equivocan, ningún ganador se va a conformar e irse con su golpe. Ésta puede ser la canallada que desate la tormenta.
Todos los indicadores económicos y políticos que soportan la viabilidad y la tranquilidad del país están destrozados. No hay mañana. México es un satisfactor imposible de disfrutar para el grueso de más de cien millones de mexicanos que se debaten en la miseria. ¿Qué no se dan cuenta del barril de pólvora sobre el que estamos sentados?
Aquella entrevista concedida por Aurelio Nuño, donde después de que el periodista le hizo notar que había muchos miembros de su partido que no estaban de acuerdo con Peña Nieto, el improvisado burócrata le contestó: “de esos hay muchos, pero los que ganamos el 2012 estamos aquí, en Los Pinos”, una expresión de alucinados, que ya es una joya de la ignorancia.
“Los que ganamos, somos los que rodeamos y tenemos la confianza del Presidente. Los demás priístas que hagan y digan lo que quieran. Nosotros no nos vamos a mover”, dijo el titular de Educación Pública, que es capaz de llevarnos al último anillo del infierno. Voraz e ignorante, como pocos.
La declaración de Nuño es una concepción de lo que significa una generación política, es una deslenguada infame de oportunismo delincuencial que avergonzaría a cualquier pueblo. Frente a esos improperios palidece lo que diga cualquier dictador de pacotilla, cualquier potentado de polendas, cualquier loco del paraje que alguien pueda invocar.
Y sí. Pueden estar como perros de fonda apaleados, pero como dice el corrido potosino, “el orgullo los levanta”. Son letales para el pueblo, pero jamás reconocerán que se equivocan y nunca aceptarán la verdad, aún en el fondo de una ergástula, pues sus pobres criterios son ortodoxos. Sólo buscan el dinero.
Eso los obnubila e inhabilita. Es el máximo credo de su pobre humanidad.
La mentalidad de ujieres, que posee a los políticos es evidente. Osorio Chong, Videgaray, Meade, Narro, Nuño y todos los que pueda recordar son chiquititos y modositos.
El 99% de los mexicanos que los ignora, incluyendo niños, acreditado por encuestas que se han hecho públicas, representa la ilusión de que finalmente serán juzgados, aquí o afuera, eso ya casi no importa. Si sus estropicios y traiciones no pueden ser condenados en esta tierra de embutes judiciales, manejados por los parientes de Humberto Castillejos Cervantes, ¡qué más da!
Aunque pueda decirse que siempre hemos estado en manos de ignorantes que han saqueado nuestras riquezas y el país de todos, aunque a las llamadas clases políticas les ha interesado un cuerno poner en riesgo nuestra supervivencia y la de nuestros descendientes, esto es otra cosa.
Jamás presenciamos una inmundicia corrupta de este tamaño. La que nos ha arrinconado muchas veces en el período a extraviar nuestra identidad y el fundamento de todos los valores patrióticos y nacionalistas, en el mejor sentido de la expresión, en el único que existe.
Jamás observamos los mexicanos esta ridícula manera de perder el equilibrio emocional, este imperio de instintos básicos que han desmadrado el tejido social y el escenario nacional, este intercambio pueril de neuronas y hormonas que no sabíamos que podían existir al mando de cualquier país que se respete. Este desenfreno de todos los sentidos.
Nunca atisbamos lo que podría pasar: que los llamados gobernantes se ajustaran a los caprichos y desmanes de sus favoritos, cobrándose agravios de maltratos sufridos en la infancia, pactando complicidades con la delincuencia organizada y el trasiego de psicotrópicos y anfetaminas propulsoras, imponiendo reformas precipitadas y a contrapelo de la población.
Infiltrados hasta la médula por las ideas invasivas y anexionistas
Ahora, estos peleles del imperio, han entregado el país en las manos de financieros internacionales por la vía del endeudamiento bestial, la desregulación indiscriminada, la privatización de todo, el desmantelamiento del Estado, el ofertismo fiscal, el regalo del petróleo, el gas, la electricidad, el agua, la diversidad biótica, la minería, a cambio de unos centavos para su bolsillo.
Han sido infiltrados hasta la médula por las ideas invasivas y anexionistas de importación para configurar un rancho sometido a capataces, jamás una nación de principios. Ellos sólo quieren que la realidad se ajuste a sus caprichos y prevaricaciones. Estamos en manos de una runfla de mentecatos sin oficio ni beneficio.
Han convertido a la sociedad en un gran circo, no sólo de la simulación política, sino de todas las formas de suplantación posibles, de metonimias que suplantan hasta los significados. Piensan o les han hecho creer que su retórica de Ocoyoacac sustituye y mejora toda historia posible, todo valor existente. ¡A seguir pidiendo el 40% de comisión, al fin lo instituyó Ruiz Esparza y ya se va!
En pocos días seremos testigos de que la ultima ratio, la manzana de la discordia que enfrenta al país es la elección en el Estado de México. Todo se reduce a una arbitrariedad, a una extravagancia de badulaques buenos para nada.
El costoso capricho para imponer a todo trance al pariente es la última burla democrática que puede detonar la tormenta.
Si la ejecutan robándose la elección en tribunales como absolutamente todo indica, será la lápida que los entierre junto con sus pellejos aborrecidos por los mexicanos bien nacidos.
¿Usted qué haría? ,pregunta desde Los Pinos el que piensa en Aquiles Córdova y en los violentos paniaguados de Antorcha Campesina —manipulados por Enrique Miranda, titular de Sedesol— como el veneno ideal para asegurar el territorio de su inmunidad y sus delirios corruptos y entreguistas.
Índice Flamígero: Si en Radio Fórmula existiese un código de conducta al que debieran ajustarse sus conductores, no hay duda de que José Cárdenas debería ser sancionado. Más que titular de un noticiero, el coleguita se ha convertido —y los concesionarios y patrocinadores se lo han permitido— en un opinador sesgado, que se tutea con los secretarios del despacho presidencial, lo que evidencia su parcialidad, y trata de imponer a quienes no son de su coleto sus propios puntos de vista. Más que entrevistas, sus encuentros y desencuentros con actores políticos y sociales, parecen ser interrogatorios policiacos. Y aunque presume que en su espacio se escuchan “todas las voces”, a final de cuentas la que invariablemente se impone ¡a gritos! es la de Cárdenas. Ser periodista no convierte a ninguno de nosotros en ciudadano de excepción. Lo menos que merece la audiencia de ese espacio de opinión —que no informativo— es que el conductor le presente una disculpa. + + + Y no, no hay “alianza” del partido Morena con la maestra Elba Esther Gordillo. Lo que sí hay es el apoyo de maestros de la sección sindical del Valle de México a una compañera que ahora es candidata al gobierno mexiquense. Nada extraño, pues en los tiempos en los que la maestra lideraba a su gremio, se constituyó una Comisión de Acción Política, integrada por profesores militantes en todos los partidos políticos, que respaldaba las aspiraciones político electorales de los miembros del SNTE. Así llegaron a las cámaras locales y del Congreso de la Unión, lo mismo que a alcaldías y gubernaturas, maestros de toooodos los partidos políticos. + + + Fake news: Salieron a los medios Ricardo Anaya, por el PAN, y Josefina Vázquez Mota, candidata, a decir que la familia de ésta había sido exonerada por la PGR de los delitos de lavado de dinero. La PGR los desmiente: no han sido exonerados ni el padre ni los hermanos, siguen bajo investigación.
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