Policías procesados
¬ Augusto Corro viernes 26, May 2017Punto por punto
Augusto Corro
Los policías municipales son el hilo más delgado que a cada rato se revienta. No tienen ninguna preparación. Sus bajos salarios los orillan a aliarse con la delincuencia organizada. Se tiene la impresión que los uniformados se encuentran más dispuestos a servirles a los criminales que a la sociedad.
Los ejemplos de esas irregularidades se multiplican. Hace mucho tiempo que se perdió la confianza en los cuerpos policiacos municipales. En los últimos años, la participación de los representantes de la ley en hechos delictivos fue más allá del escándalo.
En Iguala, Guerrero, los uniformados se involucraron con la narcodelincuencia en el secuestro y desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa. En otras ciudades, los policías municipales no oponen mucha resistencia a la corrupción.
El tema viene a cuento porque en Zihuatanejo veinte policías fueron vinculados a proceso por los siguientes cargos: delincuencia organizada, portación de armas de fuego y cartuchos.
Los uniformados, según se informó, tomaron el control de la Policía de Zihuatanejo y se pusieron a las órdenes de un capo apodado “El Cadete”, de la banda criminal “Los Viagras”.
El martes pasado, militares, marinos, federales y estatales detuvieron a 60 policías municipales. De éstos, 40 fueron puestos en libertad, porque no tenían relación con la delincuencia organizada. Los 20 restantes tendrán que rendir cuentas ante el juez.
Alcaldes, en la “ordeña”
Cuatro alcaldes poblanos son investigados por su posible participación en el robo y comercio clandestino del combustible “ordeñado” a los ductos de Pemex, en el Triángulo Rojo.
Los ejecutivos municipales que se encuentran en la mira de las autoridades federales son:
Pablo Morales Ugalde, de Palmar de Bravo; José Luis Rechy, de Cuyoaco; Néstor Camarillo, de Quecholac, e Inés Saturnino López Ponce, de Tecamachalco. Hasta el momento, un presidente municipal se encuentra en la cárcel: Isaías Velázquez Reyes, de Atzitzintla.
Los alcaldes mencionados tienen relaciones muy estrechas con los jefes de los “huachicoleros” o son dueños de gasolineras, donde se vendía el combustible robado.
Parece que la lucha contra los “ordeñadores” va en serio, pues las áreas de inteligencia financiera federales decidieron no dejar un hilo suelto en la investigación.
Menos dinero a partidos
Al gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval, se le ocurrió la idea de reducir el financiamiento público a los partidos políticos.
En concreto, cancelarles la entrega de recursos públicos en años no electorales.
El asunto es discutido en la Cámara de Diputados estatal. Los legisladores de los diferentes partidos políticos no se ponen de acuerdo: la lana es la lana. El negocio, pues.
La democracia mexicana es una de las más caras del mundo. Entre los beneficiados directos se encuentran los partidos. Por ejemplo, en 2017, el Instituto Nacional Electoral (INE) destinó a las organizaciones políticas 4 mil 138 millones de pesos.
Ese dinero se ocuparía en gastos domésticos, de campaña y propaganda. Sin ningún esfuerzo los institutos políticos sólo tienen que estirar la mano y dar las gracias por esos regalos millonarios.
Es positiva la razón de sólo subsidiar a los partidos políticos en año electoral, pero sería mejor no darles nada, pues a todas luces, los recursos que reciben son excesivos.
La discusión de los diputados jaliscienses sobre el mentado financiamiento es parte del teatro político, del gatopardismo, que todo cambie, para que todo siga igual.
Los huracanes
Estamos en temporada de ciclones. Los desastres naturales no se detienen. Los más afectados son aquellos que viven en los márgenes de los ríos, o en las faldas de los cerros. Se corren los riesgos de inundaciones deslaves y derrumbes que se pagan con vidas humanas.
En el presente, las autoridades federales se comprometieron a reducir los peligros de los desastres naturales. Ojalá. En años anteriores, la frivolidad de los gobernadores fue notoria. En vez de estar pendientes de las amenazas de los ciclones, preferían divertirse en fiestas.
Así ocurrió cuando Ángel Aguirre administraba Guerrero. El 13 de septiembre de 2013, cuando la tormenta tropical “Manuel” pegaba en esa entidad, el funcionario era el anfitrión de una cena de gala.
Miles de comunidades no fueron avisadas por ninguna autoridad de la magnitud de la tormenta. Al mandatario no le interesó la alerta. El reporte de los daños ocasionados por “Manuel”: 95 personas muertas, miles de damnificados y ríos desbordados.
Feliz fin de semana.