Narro, “El Nopalito”
Francisco Rodríguez jueves 25, May 2017Índice político
Francisco Rodríguez
Por más que se le esculque, en México ningún acto de autoridad del presidente Peña Nieto —elegido por el 15% de los votantes; ahora con menos del 15% de aceptación— tiene consecuencias legales. Astutos investigadores penales se han devanado los sesos buscando los orígenes de este fenómeno sin solución, tan arraigado, como todas sus manifestaciones de ineptitud y voracidades similares.
Cambiar las leyes no es suficiente. Deben cambiarse las conductas. En este caso, sólo puede hacerse tamaña empresa a través de castigos ejemplares. Dejar constancia de que nunca más volverán a permitirse. Desgraciadamente, hemos llegado al extremo del supuesto, a la configuración clara del delito que exige penalidad inmediata.
Ante los datos duros de la realidad, los empoderados no responden con decisiones cerebrales, es imposible. Recurren a transformar los líquidos viscerales en una especie de consejeros que les indican el camino a seguir. Su respuesta es producto del miedo. Las secreciones de ese tipo siempre son malas consejeras.
Hace unos días, el gabinete recibió una filtración proveniente de los escritorios de la casa encuestadora de uno de los afamados empresarios de la demoscopía. Obviamente, se trataba de un documento confidencial sobre las campañas y las preferencias electorales en el Estado de México, sumamente desfavorables al candidato del gobierno, que el empresario encuestador se había comprometido a no publicar jamás, por aquello de la confidencialidad, usted sabe, ejem, ejem.
En las entrevistas sobre preferencias electorales, la candidata de Morena a la gubernatura registraba una ventaja de 12 puntos porcentuales sobre su más cercano competidor, Del Mazo. Además, se registraba un rechazo absoluto, casi el 40% de los potenciales electores manifestaron a los encuestadores que nunca votarían por el PRI.
El documento cayó como bomba en Los Pinos. De inmediato se tomaron tres decisiones: asegurarse de que efectivamente jamás sería publicado, inyectarle una cantidad demencial de dinero extra a la campaña tricolor en el Edomex y empezar a buscar al Nopalito a modo —remember Pascual Ortiz Rubio— que cargara con la responsabilidad priísta en el 2018.
Lo primero se logró “caminando, Che”, como decía el ex entrenador argentino de la selección azteca, Ricardo La Volpe. Lo segundo ha provocado uno de los mayores terremotos de información de la campaña en curso: Paulo Díez, abogado de Infraiber, hizo pública la transa esquizoide para producir el dispositivo. Lo tercero, es francamente de risa loca y pasmo nacional.
Lo primero se ejecutó tal cual. Es público y notorio que no se ha dado a conocer la encuesta en ningún medio. Todos publican las cuchareadas que se manufacturan con empeños dignos de mejor causa, pero que no convencen a nadie, porque finalmente lo menos que pueden es aceptar ese negativo 40% de los que jamás volverán a votar por el PRI.
Quienes normalmente opinan en ese sentido, lo sabe todo el mundo, es que ya se han pasado a las filas antisistémicas de los votantes llamados sibilinamente indecisos, y lo más seguro es que su voto haya migrado hacia trincheras opositoras, recipientes de la insatisfacción generalizada que ha provocado la exhibida impudicia electoral mexiquense.
En cuanto a lo segundo, Videgaray giró instrucciones Meade, titular de Hacienda, para que la dependencia a su cargo emitiera un crédito puente de mil 600 millones de pesos, acumulables a los otros miles que ya se derrocharon los pasados dos meses para apuntalar a Del Mazo.
Como usted sabe, cuando aparece una lanota mostrenca de ese tamaño, ningún mexicano tiene derecho a denunciar su existencia, de seguro producto de un delito. La ley del mercado de valores atribuye esa facultad ¡a la Secretaría de Hacienda!, usted sabe, en México los delitos financieros sólo se persiguen a petición de la SHCP. Los delitos de cuello blanco circulan como telegramas de un mismo escritorio. Quienes los cometen y los investigan… ¡son los mismos!
Cuando los abogados de Infraiber se decidieron a denunciarlo ante la Unidad de Inteligencia Financiera, ese monstruo carísimo, repleto de analistas ignorantes y presuntuosos, comandado por el ex procurador mexiquense Bazbaz —porque no se pre$tó al enjuague de la terrífica muerte de la niña Paulette— presto a sacrificar a cualquier paisano, la institución de marras contestó con una firma sin nombre ¡que no tenía competencia para investigarlo!
Finalmente, se supo entre los corrillos de los mapaches priístas que esa lana sin origen ni fondo real será destinada a comprar un millón de votos, de a 1 mil 600 pesos cada uno.
Los operadores de OHL seguirán demostrando urbi et orbi que ahí está la mina de oro electoral.
Los operadores de OHL, los mismos que han administrado las alzas oficiales en las cuotas de las carreteras del Circuito Exterior Mexiquense y del Viaducto Bicentenario que, desde principio de siglo, apoyan los apetitos cívicos de los candidatos a gobernadores y presidentes del Grupo Atlacomulco.
Y eso que hasta ahora el escándalo financiero de los estropicios que se han cometido en la campaña del Estado de México apenas asomó la trompita. Imagínese usted qué pasará cuando se le levante las crinolinas a todas las bolsas, maletas y cajas que los priístas han utilizado para ganar a como dé lugar… ¡y no lo logren!
Este nuevo escándalo financiero de la dupla Videgaray-Meade se suma a la lista de ilícitos del mismo tipo para convertirse en automático en las líneas de investigación penal que desde ya se integran para el momento oportuno. El trapito y el remedio ya están.
Atemorizado por los datos duros que reflejó la encuesta electoral en comento, el adelantado Videgaray empezó a circular bulletsde prensa, muy cotizados y pagados por Meade en la SHCP, en donde hacía saber a la opinión pública —del reducido grupo de los interesados—, que ya se había retirado de la puja por la candidatura presidencial.
Que había llegado el momento de pensar en una personalidad recia y atractiva ¡como la del secretario de Salud, José Narro Robles! ¡Sácale punta a ese lápiz! De inmediato acudieron al imaginario popular las imágenes del episodio chusco del Nopalazo. Y es que Videgaray había encontrado al perfectoNopalito para consumar su felonía en el 2018.
Ahora piensan que Narro puede conmover al electorado mexicano
Videgaray —va a entregarle el país a Trump en charola de plata— está absolutamente convencido de que Narro es el candidato sustituto y él, el provisional sustituto. El crédito puente electoral para satisfacer sus pantagruélicas ambiciones, hoy sin sustento popular. Pero amanece pensando que es Plutarco Elías Calles. Empiezan los coletazos cuando las vísceras secretan los consejos.
La materia gris está de vacaciones, desde hace décadas. No es posible que Videgaray y sus palafreneros piensen, de Peña Nieto p’abajo, que el viejito Narro pueda conmover al electorado mexicano. No es posible que el PRI vaya a salir con esa figura decadente a disputar el voto de 60 millones de sufragantes. Es una volada escatológica.
Ni en los sueños más rocambolescos, ni en la imaginación más pueril cabe esa alternativa de solución al atasco del ex partidazo en el poder. Ni su desastrada figura, ni la de su valedor Videgaray podrían alcanzar dos dígitos de votación, jamás. El daño causado es de otro nivel. No se soluciona con alka-seltzers.
Pero el planteamiento ahí está. Formó parte de las tres decisiones del caprichato para enfrentar la crisis de gobernabilidad que los está atormentando. Ojalá quede en esas insensateces y no se vaya a traducir en el despropósito de robar la elección o a reprimir salvajemente a los votantes, pues las vísceras son malas consejeras. Son la materia gris de los reptilianos, bipolares y esquizofrénicos, cual los que padecemos.
Ambas, robar y reprimir a los votantes, causarían un incendio social y un bochorno público e internacional que no podrían aguantar. ¿Usted qué haría?
Índice Flamígero: El corresponsal de este espacio en Torreón, Coahuila, don Miguel Ramírez, escribe: “ Necesité leer varias veces el blog para confirmar que era Índice Político y que la columna la escribía Francisco Rodríguez, porque lo que él afirma acerca de la coalición PAN-PRD me dejó con cara de what?, ya que no veo racional que para la elección presidencial del 2018 estos dos partidos antípodas se unan. Sólo lo han hecho para gubernaturas y presidencias municipales. La declaración de Anaya y Barrales no pasa de ser una ocurrencia que no tendrá ni el mínimo apoyo de la gente, y no la hacen para obstaculizar al PRI sino a López Obrador. Aunque Barrales ya va de salida, creyó haber dejado una semilla que con el paso del tiempo germinaría, pero no será así. El PRD, que sigue en su proceso de desaparición, está muy urgido de cualquier cosa que le permita seguir disfrutando del presupuesto y por eso es que llega a cualquier extremo para lograrlo. Esta acción de estos dos partidos es semejante a las calumnias tan burdas que se dicen de AMLO: en lugar de debilitarlo lo fortalecen, ya que para una parte muy importante de la sociedad mexicana la distancia que separa al tabasqueño del prototipo del político mexicano se mide en años luz. Pero como en México cualquier aberración se puede presentar, no deberíamos descartar que PAN y PRD tengan un candidato común para el 2018, que no sería ni la Dama del rebozo mordido ni Ricardo Anaya. ¡Agárrense, a lo mejor proponen a Diego Fernández de Cevallos!
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