Maridaje electorero
Freddy Sánchez jueves 25, May 2017Precios y desprecios
Freddy Sánchez
El frío comercio de las maniobras políticas asomó pronto su rostro con la sorpresiva alianza entre el PAN y PRD para ir juntos a la competencia por la silla presidencial con candidato único, en cuya intención no pocos ven la clara determinación de vapulear las aspiraciones presidenciales del PRI y Morena.
Según ciertos cálculos hechos sobre la alianza y sus propósitos, se considera que difícilmente los militantes perredistas y particularmente los electores con que cuenta pudieran no ver con buenos ojos la alianza con los panistas, tomarán la decisión de sumarse a los colores priístas en las elecciones del 2018..
Más bien, el favorecido con el descontento y la desunión aún más grande que llegue a darse en el PRD (tras la unión con el panismo), según se piensa será el partido Morena. Dos factores en particular pueden alentar la desbandada perredista para beneficio de López Obrador.
Una drástica reducción de las postulaciones para cargos de elección popular entre las “tribus” del PRD y lógicamente que los que se vayan a salir del partido entre más se tarden, más difícilmente conseguirán una candidatura con el apoyo de Morena e incluso el propio PRI, aunque esto último se ve francamente improbable, si bien no imposible.
En ambos casos, sin lugar a dudas, los últimos no serán los primeros y quienes lleguen tarde al reparto de candidaturas, optando por dejar al PRD, se quedarán como “el chinito, nomás milando”.
Y entre los políticos perredistas que decidan quedarse en su partido, las cosas no parecen estar mejor.
La voz cantante a la hora de designar candidatos, sobre todo, el presidencial, lógicamente la llevará el Partido Acción Nacional y no los dirigentes del Partido de la Revolución Democrática, por más que vayan unidos a la contienda presidencial.
En todo caso, los únicos seguros de poder figuran en las listas de candidatos con el aval de ambos partidos, podrían ser los actuales mandamases del PRD y sus incondicionales y cercanos compañeros de partido.
Porque la mayoría de los miembros y directivos del perredismo, divididos en grupos, subgrupos y tetra grupos (o sea los famosos militantes de sus tribus), tanto en el PRD como en las listas de candidaturas comunes con el Partido Acción Nacional que pudieran llegar a pactarse, prácticamente no tendrán cabida, salvo unos cuantos de alto nivel y eso quién sabe.
En cuestiones electorales, queda más que claro que salvo sorpresa en contrario, los panistas y no sus aliados decidirán qué candidato o candidata deberá ser abanderado por ambas organizaciones partidistas para la candidatura presidencial, debiendo ser más bien cercano al interés y voluntad de los panistas que del PRD.
Pensar lo contrario, es una ingenuidad.
Y es que por lo visto el partido del sol azteca, simplemente decidió hacer lo que en dos sexenios anteriores hizo el Partido Verde Ecologista.
O sea, pensar en que la mejor manera de no quedar fuera de la cosecha de posiciones electorales, dependería de su buen olfato para unirse al partido ganador de la presidencial.
Los verdes no se equivocaron, pues primero ganaron con el PAN y luego con el PRI.
Habrá que esperar a ver si con el perredismo sucede lo mismo en lo que por el momento cualquier persona con un poco de percepción política obviamente catalogará la alianza entre PAN y PRD como un maridaje electorero.