Factores biológicos y ambientales influyen en la obesidad
¬ AAPAUNAM jueves 25, May 2017AAPAUNAM INFORMA
Jorge Delfín Pando
De acuerdo a estudios recientes de las académicas Laura Escobar Pérez, de la Facultad de Medicina de la UNAM y Angélica Palacios, de la Asociación Mexicana de Diabetes, existen factores biológicos y ambientales que influyen en la obesidad y se conoce que entre las mujeres hay mayor prevalencia y esas diferencias resaltan de acuerdo a la región del país o tipo de localidad en que viven. A pesar de la implementación de diferentes programas para contrarrestar o evitar el sobrepeso y la obesidad en México, su incidencia sigue en aumento. Al comparar encuestas nacionales de Salud y Nutrición de 2012 y 2016, se observa la misma tendencia y eso significa que algo no estamos haciendo bien.
En su conferencia efectuada en el auditorio “Fernando Ocaranza” de la Facultad de Medicina de la UNAM, señalaron que nuestro país está sufriendo la doble carga de la mala nutrición, por deficiencia o por exceso, ubicándose en una situación alarmante.
Sabemos, que existen diferentes factores para el desarrollo de la obesidad, como son los biológicos y los ambientales. Entre los primeros se encuentran las alteraciones biológicas y endócrinas, así como la herencia, mientras que entre los factores ambientales está el estilo de vida, el trabajo y la alimentación.
A continuación explicaron que la probabilidad de que una persona sea obesa por aspectos biológicos es de 30 a 40 por ciento y el resto por aspectos ambientales, que pueden ser modificados o controlados. De los rasgos biológicos emergen cinco genotipos: el “ahorrador”, que se refiere al momento en que el ser humano estuvo expuesto a períodos de hambre, y el cuerpo, en lugar de gastar, ahorraba, por eso tendemos a acumular grasa. A ello se suman el hiperfágico, sedentario, de baja oxidación de lípidos y el de adipogénesis.
También se debe considerar la herencia como factor importante. Se dice que si ambos padres son obesos, el riesgo de que el hijo lo sea es de entre 50 y 69 por ciento, por tanto, deben tomarse medidas, incluso previas a la concepción. Otros elementos biológicos son las alteraciones endócrinas, como síndrome de ovarios poliquísticos, hipotiroidismo o resistencia a la insulina, mientras que entre los factores ambientales se encuentra el estilo de vida sedentaria, el trabajo, el transporte, las formas recreativas, alimentos de alta densidad energética y el consumo basado en el hedonismo más que en la necesidad de alimentarse.
Un factor más es el psicológico. El 55 por ciento de las personas con depresión tienden a incrementar su masa grasa o el peso corporal. Alguien deprimido no tendrá ganas de salir a hacer ejercicio o a comprar sus alimentos. El problema no sólo se relaciona con la alimentación, pero si hay una alteración en el estado de ánimo, puede presentarse un trastorno de la conducta alimentaria, por lo que es necesario tratar estos pacientes desde una perspectiva multidisciplinaria.
Es responsabilidad compartida el mantener un peso saludable. A los profesionales de la salud les corresponde identificar las problemáticas del paciente, orientarlo y tratarlo de manera integral y apegarse al tratamiento adecuado. La intervención en los estilos de vida, junto con un programa de conducta, son herramientas que han demostrado eficiencia para controlar el sobrepeso.
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