La gran revelación
Ramón Zurita Sahagún martes 23, May 2017De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Los panistas deben estarse dando de topes, al despreciar la alianza con el PRD en el Estado de México, la que según pronósticos pondría al PRI contra la pared y daría el triunfo a esa coalición de haberse formado.
Dejaron ir la posibilidad de victoria y quedaría enmarcado ese triunfo en la consolidación de una alianza por la gema de corona: la Presidencia de la República.
El perredismo volvió a la vida, con un candidato echado para delante, con capacidad de respuesta que transmite a los electores y que lejos está de ganar, pero dejará en claro que el sol azteca sigue siendo una opción válida en algunos lugares.
Juan Zepeda ha sido la revelación en una campaña electoral, donde los focos de atención se centraban en tres de los aspirantes: la panista Josefina Vázquez Mota; el priísta Alfredo del Mazo, y la morena, Delfina Gómez.
El oriundo de Nezahualcóyotl era visto como un candidato secundario que se ubicaría en cuarto lugar, cuyo principal interés sería el de que su partido alcanzara los dos dígitos en el porcentaje de sufragios. Zepeda rebasó las expectativas, cuando menos hasta ahora, superando según mediciones internas no oficiales a Josefina Vázquez Mota, desbancándola del supuesto tercer lugar que ostentaba.
El perredista no resultó opción para los panistas que confiaron en su ex candidata presidencial, ya que la pretendida alianza giraba en torno al senador Alejandro Encinas, quien desistió de competir por tercera ocasión por la gubernatura mexiquense.
La decisión de Encinas destrozó los planes de alianza, por lo que el dirigente nacional del PAN, Ricardo Anaya Cortés, se dio a la tarea de convencer a Josefina de que compitiera por el gobierno mexiquense y, al mismo tiempo, dialogar y pactar con los otros aspirantes para que la dejasen pasar.
Josefina inició la campaña a tambor batiente y Zepeda no parecía una buena decisión por parte del PRD, aunque al paso de las semanas, los papeles se invirtieron y la panista cayó en las preferencias electorales.
Hoy, la estrategia de Zepeda y su equipo de campaña ha sido acertada, aunque los dos meses de campaña no le bastarán para alcanzar a los punteros, con todo y su sobada frase de que caballo que alcanza gana.
Pero la revelación política de Juan Zepeda lo está llevando por el camino de la soberbia, donde puede sufrir un fuerte tropiezo.
Es cierto que Zepeda no está construyendo todo su empaque basado en su personalidad, simpatías o inteligencia, ya que detrás de eso hay una gran inversión por parte de gobernantes de su partido, los que dispusieron a equipos especiales para llevar dinero y estrategia a la campaña del perredista.
Juan, es cierto, ha resultado toda una sorpresa, pero también lo es que la inversión ha sido cuantiosa, sin llegar a lo escandalosa que es la de Alfredo del Mazo en cuestión de dinero.
Zepeda se está mareando, se subió a su ladrillo y bajarlo no será difícil, aunque el ramalazo será fuerte.
El perredista ha sido de lo más reacio para sumar sus fuerzas a la candidatura de Delfina Gómez y unificar a las izquierdas con el propósito común de sacar al PRI de territorio mexiquense.
Y es que la moda entre candidatos, aspirantes y dirigentes partidistas, es la proclamar su intención de sacar al PRI del gobierno, aunque nadie hace esfuerzo para lograrlo.
Morena y PRD se negaron una y otra vez a declinar a favor del otro; en tanto que PRD y PAN lograron el acuerdo necesario para ir en alianza y el PRI procedió a la pepena de partidos pequeños que orbitan como satélites alrededor suyo.
Uno que sí aprovechó la fiebre delfinista fue Movimiento Ciudadano, quien ni siquiera postuló candidato a gobernador en tierras mexiquenses, pero que días pasados se sumó de facto a la abanderada de Morena.
En esta batalla por mostrar cuál es el partido más oportunista de todos, la competencia es feroz y cada uno compite con gran entusiasmo para jalar agua a su molino, dejando atrás ideologías y principios que los rigen.
Para los partidos políticos resulta más importante el mantener el registro para tener acceso a los dineros públicos que entregar buenas cuentas a sus electores o militantes.
El resultado electoral del Estado de México mostrará la ruta por la que habrán de transitar partidos y candidatos en la elección federal del año próximo y será una dura lección para quienes se han burlado de los electores y pretende enmendar la plana a la brevedad posible.
Silva Ramos ¿el siguiente?
La cacería de políticos tramposos y rateros sigue en Veracruz, donde los reflectores se posan en el diputado Alberto Silva Ramos, considerado dentro del cerradísimo círculo cercano de Javier Duarte de Ochoa.
Silva Ramos fue alcalde Tuxpan, secretario de Desarrollo Social, director de Comunicación Social, diputado federal, presidente estatal del PRI y se mantuvo siempre como el candidato del gobernador a sucederlo, aunque desde las altas instancias del poder frenaron la insistencia de Duarte de Ochoa por dejar como heredero a su amigo.
Ahora, Silva Ramos, mejor conocido como “El Cisne”, se advierte como el siguiente en la cada vez más larga lista de ex funcionarios del gobierno estatal que son acusados de delitos varios. En el caso particular del todavía diputado federal se le imputan parte de los delitos que llevaron a la cárcel a Gina Domínguez, quien ahora despacha en Pacho Viejo, al lado de compañeros del gabinete duartista.
Sólo falta saber si la denuncia en el caso de Silva Ramos procede y si se le finca responsabilidad o se le puede comprobar alguno de los delitos que, se especula, cometió.