Un narcoestado
Alberto Vieyra G. viernes 19, May 2017De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Con el asesinato del columnista Manuel Buendía, el 30 de mayo de 1984, sentaría en México sus reales un narcoestado, que agravaría la salud de la República, en la que las mafias nos están matando.
Ese narcoestado se agudizaría en el salinato cuando el hermano incómodo, Raúl Salinas, utilizaba la Conasupo para contrabandear drogas en alianza con los cárteles de Colombia y México.
Ese narcoestado ha llegado hoy a conformar un binomio criminal, que amenaza con extinguir la sociedad mexicana, pues el día que no se asesinan a luchadores sociales, periodistas, sencillos habitantes, etcétera, se escandaliza a la sociedad mientras un puñado de instituciones permanecen con los brazos cruzados.
Sobre ese escabroso tema, mi colega José Gil Olmos, ha escrito un valiente artículo en la revista Proceso, que sobre ese estadonarco resulta una radiografía del México actual.
“Desde hace tres décadas, a partir del salinismo para ser más preciso, en México comenzó a gestarse lo que hoy conocemos como narcoestado.
En esta forma, el crimen organizado y las autoridades se han fusionado hasta ser uno mismo con las consecuencias que ahora sufrimos: periodistas ejecutados, miles de muertes y desapariciones, violencia galopante, gobernadores delincuentes, partidos encubridores, sociedad participante, impunidad cómplice”.
Sí, los funcionarios se limitan sólo a hacer discursos, choros mareadores, a ofrecer condolencias a los deudos, minutos de silencio, cuando que lo que debiera hacer es, con todo el poder del Estado, combatir esas mafias, o por lo menos ofrecer una disculpa por la ineficiencia.
Pero, ¿cómo el Estado que ostenta el monopolio de la violencia, va a combatir a un narcoestado? ¿Verdad que le estamos pidiendo peras al olmo?
Los gobernadores, entre los cuales habrá muchos sátrapas, piden más presupuesto, ¿para qué? ¿para engrosar las filas de una inepta burocracia corroída por el crimen organizado? No, lo que los mexicanos queremos es justicia, no impunidad.
Y, por último, queremos unas instituciones en las cuales volvamos a confiar los mexicanos, que seguramente tendremos que limpiar los mexicanos bien nacidos.
Yo me pregunto, ¿hasta cuándo los mexicanos toleraremos a una partidocracia que ha hecho mancuerna con las mafias para conformar un estadonarco?