El país que mata a sus periodistas
¬ José Antonio López Sosa miércoles 17, May 2017Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
En eso nos hemos convertido, en una nación donde asesinar periodistas es parte del mosaico delincuencial que desde hace años es el común denominador en nuestra sociedad.
¿Por qué referirse al país y no a los delincuentes que los asesinaron?, dirán los defensores de la clase política en turno, la respuesta es más que simple, porque ni gobierno, ni sociedad hemos tenido la preocupación —hablo en términos generales—, por en verdad, resolver alguno de estos crímenes y evitar que sigan sucediendo.
Para la justicia mexicana un periodista asesinado resulta parte de la estadística, no observan lo grave que resulta que por ejercer una profesión en libertad, que tanto requiere el estado mexicano, vaya de por medio la vida misma, algo verdaderamente surrealista y dantesco.
La fiscalía adscrita a los periodistas en la Procudaduría General de la República (PGR) no es más que un ente burocrático gastando del erario, que no ha podido resolver uno solo de los casos a lo largo y ancho del país.
Ningún partido político en el ejercicio del poder tiene compromiso alguno con los periodistas en México, ya no digamos para preservar la libertad de expresión, ni siquiera para garantizarles la vida.
Somos un país que mata a sus periodistas, somos una sociedad que no se siente alarmada porque le maten a sus periodistas, tenemos un gobierno al que no le importa que quienes ejercen el periodismo tengan el elemental derecho a la vida.
Si bien es cierto, el crimen organizado amenaza a distintos flancos de la sociedad, el incremento de los índices delincuenciales no refleja más que una incapacidad de los distintos niveles de gobierno por solucionar el problema.
Sexenios van, sexenios vienen, campañas van, promesas se rompen y seguimos como ayer, como anteayer, como seguramente amaneceremos mañana: con un país que ve morir a sus periodistas sin preocupación alguna.
México es una vergüenza ante el mundo en esta materia, no somos un país en guerra pero las cifras de atentados y asesinatos a periodistas son más elevadas que países que están en francos conflictos armados.
¿Hasta cuándo?, es la pregunta de todos los días.
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