Rulfo, cien años
¬ Javier Cadena Cárdenas miércoles 17, May 2017Termómetro
Javier Cadena Cárdenas
En uno de los primeros capítulos de la serie de televisión “El joven Papa”, el personaje que encarna al secretario de Estado del Vaticano, le dice al personaje que actúa como el recientemente nombrado Vicario de Cristo: escriba y dé a conocer su primera encíclica.
Y para animarlo le hace un juego de ideas que muestra muy bien el sentido que en el mundo tiene la lectura.
Le comenta que no se preocupe por el contenido ya que -y aquí radica lo interesante-, le asegura que a las encíclicas papales les sucede lo mismo que a la obra “En busca del tiempo perdido” del escritor francés Marcel Proust: todos hablan de ellas pero muy pocos las han leído.
Esta aseveración expresada en un programa televisivo, de manera lamentable es cierta y se puede extender -por desgracia- a casi todos los escritores, y se dice que casi a todos porque de seguro existen algunos que sí son leídos, aunque por circunstancias desagradables del destino, no son los que crean verdadera literatura, y como un simple ejemplo es bueno recordar que en México quien obtiene mayores regalías económicas por su obra como escritor, es Roberto Gómez Bolaños, mejor conocido como “Chespirito”.
Y para seguir hablando de México, hay que traer a la memoria que un par de autores sobresalen porque todos los conocen al menos de nombre, pero muy pocos los han leído: Octavio Paz y Juan Rulfo.
Del primero hace tres años el país estuvo inmerso en la celebración del centenario de nacimiento, y del segundo este 2017 se está llenando de homenajes y celebraciones también por su cumpleaños número cien el martes 16 de mayo.
De Paz, todos hablan de su obra “El laberinto de la soledad”, y de Rulfo se menciona principalmente “Pedro Páramo”, y aunque ambas obras -o al menos parte de ellas-, son lectura obligada en el sistema educativo nacional en la materia de Literatura Mexicana, muy pocos las han leído completas, pero eso sí, todos hablan de ellas, o al menos del título de ellas.
Mientras la obra completa de Paz, es amplia y diversa, la de Rulfo se circunscribe a tres títulos: “Pedro Páramo”, “El llano en llamas“ y “El gallo de oro”, y de ellos se han hecho versiones cinematográficas.
Pero algo relevante sucede con estos grandes escritores ya desaparecidos: aunque a los dos se les alaba por su obra, al primero se le ataca por su posición ideológica, y al segundo se le agradece la parquedad de sus expresiones en temas no literarios.
Y aunque Octavio Paz y Juan Rulfo son nombres que todos han escuchado -y al menos una obra de cada uno está en los estantes de la mayoría de los hogares mexicanos-, lo cierto que aun hoy son dos autores en busca de lectores de a pie, no solo de especialistas y académicos.
Y a cien años de su nacimiento, Rulfo bien que se los merece.