Historia a la francesa
Freddy Sánchez martes 16, May 2017Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Los ecos del desenlace de la sucesión presidencial en territorio francés, inaudibles para unos y estridentes para otros, seguramente permanecerán largo rato y cobrarán mayor fuerza conforme haya elecciones similares en otras partes del mundo y México no será la excepción.
El enfado, más bien hartazgo contra los políticos tradicionales, que en Francia llevó a sus electores a probar algo diferente, es más que probable que se expanda por el globo terráqueo en futuros procesos electorales en los que esté en juego la primera magistratura.
Todo dependerá de que surja o no una figura emanada primordialmente de la sociedad civil para decir ya basta de políticos de viejo cuño, pensando lógicamente en que hay que dar la oportunidad a quien goce de un carácter independiente de la vieja política y sus practicantes tradicionales, porque el descrédito que cualquiera trae cargando es mayor a la esperanza de que por fin llegue al poder alguien que no piense en proteger mucho más los intereses de grupo que en crear las condiciones para un mejor país quedando a cargo de gobernarlo.
Queda claro pues que los franceses que eligieron por suficiente mayoría a su actual presidente, fueron incitados por un profundo sentimiento patriótico, al echar a la calle a los políticos de siempre, cansados de sus constantes y fallidas e incluso fraudulentas promesas de actuar en bien de la comunidad.
De ahí, el vuelco electoral francés en favor de un hombre distinto. Lejos de ser un político tradicional, menos aún un devaluado vejestorio de la política, sino por el contrario un joven político, probablemente inexperto en las lides de la política que inspiró la confianza de llegar al poder para promover un verdadero cambio en bien de la colectividad.
Autoproclamado no radical, sino moderado, no creyente del conservadurismo radical ni del socialismo o comunismo extremista, el nuevo presidente de Francia es el personaje en quien los franceses (tras una segunda ronda en la competencia presidencial), por mayoría de votos nombraron como encargado de comandar los actos de gobierno para una trasformación a fondo en materia de políticas públicas, con el propósito de romper con favoritismos en beneficio de grandes grupos de poder económico y político.
Dos grandes retos enfrentará el presidente Macron, que son exactamente los que mayormente afectan a millones y millones de habitantes del mundo: la corrupción y el desempleo.
Así que los ojos de todo el planeta estarán atentos a lo que promueva y haga en los siguientes meses. Antes de que se procesen distintas elecciones presidenciales en varias partes del entorno mundial, incluida la sucesión presidencial mexicana.
Su éxito o fracaso influirá necesariamente en aquellas otras nominaciones presidenciales a futuro.
Pero por lo pronto, no cabe duda que lo sucedido en Francia ha dado paso a un deseo de cambio para darle la oportunidad de llegar al poder a quienes provengan de la sociedad civil y no estén sujetos a imposiciones y mandatos de la política tradicional y sus séquitos de manipuladores interesados en poner en cualquier cargo de poder a quien se muestre sumiso a sus fines.
Para los aspirantes independientes a ocupar la Presidencia de la República en México, por lo tanto, el antecedente francés les abre una gran ventana de oportunidad para derrotar a los políticos tradicionales.
Lo que quizás sea improbable, aunque no necesariamente imposible, si con motivo de las elecciones presidenciales en México se repite una historia a la francesa.