Encrucijada
¬ Augusto Corro lunes 1, Nov 2010Punto x Punto
Augusto Corro
Urgen medidas que frenen las masacres. La semana pasada la sangre corrió incontrolable. ¿Se tocó fondo? Vienen más masacres. Los tres niveles de gobierno se encuentran en una encrucijada. Algún camino se tendrá que seguir, porque México su Ejército y policías es decir, toda la fuerza pública son rebasados por la narcoviolencia que busca a sus víctimas entre la juventud. Así quedó demostrado en las últimas matanzas de Ciudad Juárez, Tijuana y Nayarit y las decenas de desparecidos en Acapulco y en otros lugares del territorio mexicano. Se vive en el medio, en la zozobra total y no se vislumbra esperanza alguna de tranquilidad, de retorno a la normalidad.
Sin embargo, las autoridades no quieren entender que su estrategia falló y que es necesario buscar nuevas formas o maneras de enfrentar a los narcotraficantes, quienes controlan a decenas de municipios, a más de medio México, para ser más precisos. Esas ciudades o pueblos cuyos alcaldes enfrentan, ahora, la medida centralista que los obligará a soltar sus policías para que se integren a un mando único. Otra medida arbitraria de autoridades irreflexivas que confunden a la ciudadanía.
Si decenas de municipios se hallan infiltrados o controlados por la delincuencia, es natural que la sociedad viva en el caos. Bajo la amenaza de plata o plomo, o por la necesidad de conseguir dinero o por las amenazas de los narcos, los policías municipales, los eslabones más débiles sucumbieron ante las amenazas o las ambiciones de la delincuencia. Imposible pensar en el retorno a la tranquilidad en esas poblaciones donde ni siquiera se cuenta con guardianes del orden y los alcaldes amenazados o no colaboran con los narcotraficantes.
La sociedad presencia, un día sí y otro también, como se desmorona el municipio y sus alcaldes son asesinados porque se negaron a aliarse con los delincuentes. En el presente, las policías municipales se hallan a punto de desaparecer. Ante la ola de violencia, son pocos los que se animan a arriesgar su vida. Ellos constituyen el hilo más delgado en esa cadena de violencia incontenible. Son los representantes de la ley más vulnerables, porque son los menos preparados para la lucha en todos los sentidos: las armas no son tan potentes como las que usan los narcos. No reciben el entrenamiento adecuado. Su preparación física es nula y la mayoría de ellos rayan en el analfabetismo. El mando de una policía única en el país tendrá que enfrentar todavía muchos problemas. Pasar por muchas pruebas, porque la corrupción y la impunidad en los municipios no desaparecerán de la noche a la mañana.
Mientras se buscan salidas a la ola sangrienta, en los Estados Unidos ni se preocupan. Al contrario, mañana martes, en California se decidirá si se legaliza o no el uso de la marihuana. Lo que ocurra en el vecino país podría afectar o no a México. Aunque no es lo mismo ser productor que consumidor. Los cambios en las leyes estadounidenses siempre sirven para perjudicarnos. Se da, pues por hecho que seguirá la guerra entre los narcos por las mejores rutas y mercados para llevar las drogas al mercado más grande de adictos a los estupefacientes.
Por lo pronto, el gobierno federal panista no muestra interés por la legalización de la marihuana ni de otra droga. El tema de los estupefacientes es un dolor de cabeza que nada lo calma ni tranquiliza. Lo que suceda en California podría afectarnos más que beneficiarnos, entre otras cosas, porque s de aprobarse la legalización los proveedores tendrán mayor demanda de la droga y en caso de rechazo de todas maneras seguirá la guerra.
En fin, la sociedad se halla aterrada, el miedo la invade. Cuando no son los propios narcos los que agreden a trabajadoras humildes de las maquiladoras, la propia policía tirotea a jóvenes que protestan contra los representantes de la autoridad. Miles de muertos, secuestrados o desaparecidos, torturados en una guerra sin estrategia. No hay para donde hacerse, como se dice coloquialmente. Urge salir del atascadero, de la encrucijada sangrienta.
CIRCO Y MAROMA
La semana pasada, un par de mujeres semidesnudas protagonizaron un escándalo en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF). Irrumpieron en el pleno para despojarse de sus ropas y mostrar unas pancartas con supuestas exigencias políticas en contra de las autoridades de la delegación política Gustavo A. Madero.
Según se informó, el autor intelectual de ese show es el ex diputado Edgar Torres Baltasar, quien tiene cuentas con la justicia por defraudar con promesas falsas de conseguir viviendas a decenas de personas, incautas. Torres Baltasar representa al tipo de perredista abusivo y prepotente que amedrenta a todo mundo con el fin de alcanzar sus ambiciones personales. Sin escrúpulos, el mencionado sujeto le pagó 2 mil pesos a cada una de las mujeres, que por cierto son sus empleadas en la Secretaría de Transporte y Vialidad del Distrito Federal, para que se desvistieran ante los legisladores locales.
Se le preguntó al delegado de GAM, Víctor Hugo Lobo Román que quien se encuentra detrás de Torres Baltasar. El funcionario contestó lo siguiente: “Bueno, una pregunta importante, pero sin duda hay que ver donde está trabajando, hay angustia en algunos cacicazgos ya rebasados, cacicazgos que han perdido presencia en nuestra ciudad, en nuestro partido y que sin duda seguramente les entra alguna preocupación de ver que ya no tienen presencia, ni confianza, ni credibilidad con la gente e intenta buscar este tipo de mecanismos para llamar la atención. Entonces, sin duda habrá que ver donde está (Torres Baltasar) y hay que decirlo claramente, pues se encuentra en la Secretaría de Transporte y Vialidad, el secretario, el señor Armando Quintero, pues debe ser quien lo está claudicando, quien está queriendo agarrar banderas aunque se en contra del pueblo mexicano con tal de aparecer y generar un poco de base social”. ¿Más claro?
Así las cosas, Torres Baltasar es un pájaro de cuenta que como su colega Julio César Godoy Toscano se empeñan en dañar la imagen del Partido de la Revolución Democrática (PRD) al no controlar sus ambiciones personales. Por cierto, a éste último los diputados del sol azteca ya lo relegaron. Nadie le habla. Demasiado tarde. ¿Y quién controlará las ambiciones de Quintero y su peón Torres Baltasar? Con esos perredistas los militantes del sol azteca ya no necesitan enemigos.