Tribunales mediáticos
¬ Mauro Benites G. miércoles 10, May 2017Municiones
Mauro Benites G.
Que tristeza para este comentarista y creo que para la gran mayoría de los mexicanos, la situación político-social que vivimos actualmente.
La falta de credibilidad en los órganos de gobierno para aplicar la justicia, y ante el desprestigio de los partidos políticos, los medios de comunicación -prensa escrita, radio, televisión y sobre todo, las redes sociales- se han convertido en el primer factor para la formación de opinión pública, en tribunales e incluso en jueces.
Así, los medios ocupan el primer lugar en el rango del acontecer político. Ellos son la esfera pública donde el resto de los actores están pendientes y hasta temerosos por alcanzar un lugar o tener un espacio de proyección audiovisual.
En ese marco, la política mexicana dejó de ser el arte del bienestar social, de construir y pasó a ser rápidamente un ejercicio de dilapidación y linchamiento, el espejo en que se ven los protagonistas de las continuas historias escatológicas, si, escatológicas, de la política mexicana, a algunos actores involucrados en este su mundo no les gusta y por lo tanto disparan amenaza a los medios, acusándolos de ser fiscales, justicieros, los jurados y los verdugos.
Sobre esa lógica están planteando su muy subjetiva opinión, que el uso y abuso de las imágenes y textos han agudizado el desprestigio del sistema de aplicación de justicia en México.
Asegurando que su difusión es contraproducente, en tanto está invadiendo el terreno de las instituciones y minándolas. Aunque estos argumentos tienen una pizca de razón en la forma, carecen de validez en lo real. Algunos de los fenómenos por lo que se cuestiona a los medios tienen su origen precisamente en la crisis de las instituciones, más en el Poder Judicial y la falta de un verdadero ejercicio de la democracia.
Pese a que no puede haber una televisión, como medio de comunicación con la sociedad, si no hay un entorno social democrático, los medios electrónicos más, han ocupado en México espacios vacíos, sustituyendo a toda institución gubernamental y más en el ámbito de justicia, debilitada o poco eficaz en su funcionamiento.
De esta manera los medios de comunicación en todas sus facetas han reemplazado las tareas del Congreso, de las autoridades en sus tres niveles, y de los órganos de procuración de justicia.
Así las acciones de algunos medios son a veces alimentadas por el morbo, casi siempre promovidas por el propio poder público, que quisiera aprovecharse de la confusión reinante que en ocasiones llega a perfilarse como una anarquía de medios, y llegar a la confusión, desconfianza y el fomentar la apología de la impunidad.