Nada que festejar en el PRD
¬ Augusto Corro lunes 8, May 2017Punto por punto
Augusto Corro
El 5 de mayo se cumplieron 28 años de vida del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Nada que festejar. El PRD lleva varios años de lucha interna que lo llevó a desintegrarse poco a poco.
Claro, los factores que tienen al partido del sol azteca en la lona son varios. Principalmente su divisionismo. Además, ese instituto político se olvidó del contacto con la gente. Sus líderes optaron por una línea de servilismo frente a las autoridades federales.
En su discurso por el aniversario, la dirigente amarilla, Alejandra Barrales, dijo que su organización política trabaja para recuperar la confianza de la gente.
Quizá se trate de una excelente idea, pero en los últimos años, la cúpula perredista, dormida en sus laureles, se olvidó de ideología y se fue por su propio camino.
La tribu conocida como “Los Chuchos”, de Izquierda Unida (IU) se apoderó del PRD y frenó su crecimiento. Los principales fundadores del PRD abandonaron las filas amarillas, ante la imposibilidad de echar de esa organización a “Los Chuchos” y sus intereses.
Uno de esos líderes, Andrés Manuel López Obrador, dejó al PRD en el 2012, y Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, en 2014.
En los meses recientes, el PRD se sacudió con la salida del PRD de once senadores, encabezados por el coordinador amarillo, que optaron por militar en otro partido.
Un hecho importante marcó el destino de la dirigencia perredista: la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, Guerrero.
En la noche del 26 de septiembre y la madrugada del 27, los estudiantes fueron perseguidos y detenidos por policías municipales coludidos con la delincuencia organizada.
El asunto, luego de varios años, continúa sin solucionarse completamente. En la cárcel se encuentra el ex presidente municipal, de Iguala, José Luis Abarca, de extracción perredista, como uno de principales autores de esa tragedia.
Cuando ocurrieron esos hechos, Guerrero estaba gobernado por Ángel Aguirre, también perredista, quien renunció al cargo para someterse a una investigación por el secuestro de los muchachos. En conferencia de prensa efectuada días después de la desaparición de los jóvenes, el entonces líder del PRD, Carlos Navarrete, aceptó que su partido se equivocó en la selección de Abarca y ofreció disculpas y pidió perdón por el caso Iguala.
Demasiado tarde. El mal estaba hecho. Navarrete fue sustituido por Agustín Basave, quien no pudo meter en cintura a las tribus perredistas y estuvo poco tiempo en la dirigencia.
El PRD llegará muy debilitado a las elecciones presidenciales del 2018. En los comicios de la Ciudad de México tampoco se ve su fuerza de otros tiempos.
¿Se encuentra el perredismo en vías de extinción? ¿Usted qué opina amable lector?
“LOS HUACHICOLEROS”
La muerte de cuatro militares y seis civiles en “El Triángulo Rojo” impactaron por la violencia desatada contra las autoridades.
Ya se esperaba ese desenlace fatídico, porque ya era un secreto a voces la actividad clandestina de la ordeña de ductos de combustible.
Hechos registrados con anterioridad mostraron la confabulación de diferentes sectores en el robo de hidrocarburos, en la zona poblana donde se encuentran la tubería de Pemex.
“Los chupaductos”, como también se les llama a los delincuentes, llevan varios años de realizar esa actividad ilícita, que, ante la tolerancia de autoridades locales, ya no llamaba la atención. Se veía como un hecho cotidiano más.
Más de un alcalde se encuentra metido en problemas por colaborar o participar directamente, en la “ordeña” de ductos de gasolina.
El presidente municipal de Atzitzintla, Puebla y cinco de sus uniformados, fueron encarcelados por su presunta participación en la muerte de tres agentes que investigaban el saqueo del combustible.
Se anunció que para esta semana, la fuerza pública buscará ponerle fin al robo de combustible, en “El Triángulo Rojo”.
No será fácil, porque los grupos criminales involucraron a mucha gente, que por su silencio o su participación, obtiene beneficios.
El comercio de la gasolina robada es algo común en aquella zona poblana. El combustible “ordeñado” se ofrece a particulares y cuesta la mitad del precio al que se vende en las gasolineras. El problema ahí está, en espera de solución. Los peligros son múltiples y tendrán que terminarse. No hay de otra.