Triquiñuelas electorales
Alberto Vieyra G. lunes 8, May 2017De pe a pa
Alberto Vieyra G.
En la vida electoral de México, célebres se han vuelto viejas prácticas en materia de defraudación del voto, como operación manitas, carrusel, tamal, el ratón loco, embarazo de urnas, etc.
También famosos se han hecho muchos mapaches electorales, encargados de llevar a cabo esas triquiñuelas.
Esas deshonestas tácticas que constituyen delitos electorales sentarían sus reales en el PRI, pero ya en el poder la partidocracia panista, perredista, y tal y tal, las reproducirían con singular alegría y perversidad.
Según sea el partido gobernante en turno y según sea la importancia de la entidad en la que habrá elecciones, el PRI o cualquier otro partido, con todo el poder del Estado, ya sea estatal o federal, mueven a toda su estructura empleando millonarias cifras de dinero para conseguir el voto de manera amigable, pero bajo presiones de toda índole.
Saben en dónde se ubican los bastiones priístas, panistas, perredistas y de otras hierbas de olor. Y con miras a las elecciones del 4 de junio en Nayarit, Coahuila, Veracruz y Estado de México, el PRI y demás partidos, han destacado ya a sus mapaches más diestros en defraudación electoral, encabezados por diputados federales locales y senadores con fuero constitucional para evitar que la PGR, a través de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade), les finque delitos, pues esos mapaches poseen fuero y son intocables.
Por ejemplo, en el Edomex ya está en marcha la “operación apapacho”, pero ¿en qué consiste semejante práctica que busca allegarle al candidato del PRI, Alfredo del Mazo Maza, casi 400 mil votos? ¡Muy simple!
Clandestinamente, cerrados y atrancados a piedra y lodo, y sin celulares para que nada se filtre, los promotores del voto que reciben como apapacho entre 2 mil 500 y hasta 50 mil pesos y con pilón de apapachadores abrazos; son en su mayoría maestros, quienes deben convencer en las comunidades más alejadas y fregadas, a los electores papás para que voten por Alfredo del Mazo, a cambio de despensas, dinero en “efe”, materiales para construcción, etc.
Como reguero de pólvora han corrido ya las versiones y los lugares en los que esos mapacheriles promotores del voto se reúnen, para recibir el adiestramiento de parte de la diputada federal por el estado de Coahuila Carolina Viggiano, esposa de Rubén Moreira. Pues dicha legisladora ya hizo fama mapacheril en Hidalgo, dónde le allego más de 100 mil votos a Omar Fayad, según documenta con los pelos de la burra y también la revista “Proceso”.
La ley electoral prohíbe orientar o presionar el voto mediante dádivas o amenazas durante las campañas o el día de la elección. La sanción corresponde a una multa de 10 a 100 días de salario mínimo, y de seis meses a tres años de prisión, en civiles.
Pero en el caso de servidores públicos, aquel que condicione prestación de servicios o programas en favor de voto hacia algún candidato, desvíe recursos oficiales económicos, humanos o materiales de la dependencia a la que pertenece hacia algún candidato o campaña, la multa es de 200 a 400 días de salario mínimo, y de uno a nueve años de prisión. ¡No alcanzan fianza!
Pero como la diputada Carolina Viggiano tiene fuero constitucional, le van a hacer lo que el aire a Juárez, y si algún mapache cae, será de pacotilla. Y como la PGR es priísta, se hará de la vista gorda y todos harán triquiñuelas a sus anchas.