Graco y su código de ética
¬ Augusto Corro lunes 24, Abr 2017Punto por punto
Augusto Corro
Algo muy extraño le ocurrió al gobernador de Morelos, Graco Ramírez, que de la noche a la mañana le surgió la idea de proponer un código de conducta para los mandatarios estatales.
El funcionario supuestamente se encuentra muy conmovido por la conducta del ex mandatario veracruzano, Javier Duarte de Ochoa, quien se encuentra preso en Guatemala, en espera de su deportación.
Graco es el presidente de la Confederación Nacional de Gobernadores (Conago), una especie de club de amigos, que se reúnen para hablar de sus intereses personales, muy alejados de los problemas de sus gobernados.
Bueno, pues al ejecutivo morelense consideró plantearle a sus cuates, los gobernadores, la necesidad de que trabajen con ética, transparencia y rendición de cuentas, “pues sino no damos una señal de compromiso de que nos debemos conducir con probidad, esto va a lastimar al país”.
Graco dejó entrever que ya sabía que su colega Duarte de Ochoa saqueaba a Veracruz, “pues hizo una desviación monstruosa (de dinero), abusiva, escandalosa de participación a empresas fantasmas para crear una red de poderes financiero y económico muy grave”.
Agregó: “Yo les dije a mis compañeros: esto que está pasando con estos gobernadores nos está lastimando a todos, porque la gente piensa que todos somos iguales y no somos iguales, yo no soy así”.
Sicilia piensa diferente
El poeta Javier Sicilia, fundador del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, manifestó que “Morelos se parece a Veracruz por la inseguridad, las fosas (clandestinas) y la corrupción”.
Dijo que las inhumaciones ilegales en Tetelcingo y Jojutla deben ser investigadas. Por esta situación, “casi medio centenar de funcionarios deberían estar bajo proceso penal.
También se refirió a las acciones de las autoridades morelenses que arrojaron los cadáveres a las tumbas “sin tomarles ninguna prueba genética, hecho que podría configurarse como una desaparición forzada”.
Por lo anterior el escritor Sicilia se pronunció porque el gobernador Graco Ramírez “sea destituido y sometido a proceso, por sus crímenes”. También agregó que “proporcionalmente estamos (en Morelos) en el mismo nivel que Veracruz. Nosotros somos más chicos que ellos; pero si comparamos las cifras, lo que encontramos en las fosas, lo que sucede en Morelos es tan grave como lo que sucede en Veracruz”.
Sin embargo, las acusaciones contra Graco parecen no afectarle. Al contrario, carga las baterías para atacar a sus adversarios políticos. Por ejemplo, exigió castigar cuanto antes a los ex mandatarios de Tamaulipas, Tomás Yarrington; y de Veracruz, Javier Duarte.
Y claro, darse el lujo de promover un código de conducta para los gobernadores, que ven en los gobiernos estatales minas de oro para saquearlas.
¿Resistiría Graco una auditoria fiscal a su gobierno?
Ni perdon, ni olvido
En la capital guatemalteca, el ex gobernador Javier Duarte de Ochoa, se encuentra detenido en espera de ser deportado a México. Hasta el lugar donde se encuentra recluido llegaron madres de personas desaparecidas en Veracruz, en demanda de justicia.
“¡Javier Duarte!”: ni perdón ni olvido”, gritaron cuatro mujeres que exigen que el ex ejecutivo veracruzano “sea extraditado a México lo antes posible para ser juzgado y castigado, no solo por el desvío millonario de recursos o por enriquecimiento ilícito, sino para que responda también por todas las desapariciones y ejecuciones que se realizaron en el estado de Veracruz durante su mandato”.
El número de desaparecidos durante el sexenio del multicitado Duarte de Ochoa de 2010 a 2016 oscila entre 15 mil 20 mil, dijo Lucy Díaz, dirigente de “El Solecito”, una agrupación que agrupa a madres y parientes de desaparecidos en Veracruz.
Durante el gobierno duertista, fueron asesinados 17 periodistas y 3 permanecen desaparecidos. Veracruz se convirtió en el estado más violento para la práctica del periodismo.
Perredista asesinado
Entre las ciudades más peligrosas de México se encuentra Chilpancingo, Guerrero. Ahí, el miércoles en la noche fue asesinado el secretario general del PRD estatal, Demetrio Saldívar Gómez.
Posteriormente surgieron las voces de protesta de los dirigentes políticos, quienes exigían la detención y castigo de los victimarios. Ya van varios días y las autoridades no tienen la menor idea de quiénes son los asesinos.
En Guerrero, la espiral de violencia es incontenible. La muerte acecha a una sociedad aterrorizada por la delincuencia organizada. Es casi seguro que nunca se conocerá la identidad de los asesinos, ni el móvil del crimen.
Guerrero padece, pues, una impunidad total. Nadie persigue a los delincuentes.