El problema son los hombres, ¡y las instituciones!
Francisco Rodríguez martes 18, Abr 2017Índice político
Francisco Rodríguez
Durante décadas este escribidor escuchó decir a los líderes conspicuos del sistema, lo mismo los de dentro del gobierno, los partidos políticos, los sectores empresarial y obrero, en las organizaciones campesinas, las iglesias y el Ejército, que si algo funcionaba mal, en cualquier terreno, “el problema no eran las instituciones, sino los hombres que las operaban”.
Era un retintín en tercera persona que funcionaba a las mil maravillas para escurrir cualquier bulto, desviar la profundidad del cuestionamiento, zafarse de las eventualidades y hasta para usarse como latiguillo de sus discursos. Era la época dorada del aparato, había cómo defenderse. Era la trinchera oportuna para que los oficiantes del rito político se resguardaran de las críticas y el oprobio.
Hoy, cuando desde el poder se instigan todos los hechos de sangre y depredación contra los habitantes, en función de las tasas de ganancias esperadas por los que gobiernan, cuando ya no es posible detener el pavoroso mecanismo que produce la indigencia y la miseria generalizada, ya no es posible hablar así. Porque todos sabemos quién es el responsable de la angustia colectiva, del terror exacerbado frente al premeditado secuestro, al robo, al chantaje, al asesinato proditorio, maquinado y alevoso. Hoy el problema de ingobernabilidad e injusticia compete a las instituciones y a los hombres que las operan. Son un binomio inseparable e indiscutible.
Hoy campea el cinismo rampante. El morro total. La deslegitimación en pleno de todo y de todos. La exhibición de impudicia que ha dado el INE negándose en redondo a investigar cualquier violación o desacato a la ley en el proceso electoral del Estado de México es algo de no creerse. Un autogol de pronóstico. Nos demuestra que, sólo en el rubro electoral, durante cuatro años los mexicanos hemos tirado cien mil millones de pesos al caño para mantener la estructura de un Instituto Electoral plagado de aviadores, impostores y validos para acuerpar a un perfumadito como Lorenzo Córdova, que cuando se le impele a intervenir en ese cochinero, se excusa en el tono más lamentable y acojonado.
Todavía le alcanzó el tiempo para filtrar entre los representantes ciudadanos y de los partidos ante el INE un programa de reticulación distrital que recorta los asientos para los partidos de oposición en las entidades perdidas y aumenta las curules en los territorios ocupados por el PRI.
Su majestad el moche ha sentado sus reales en todos los partidos políticos para hacer la lucha desigual. Todo lo deja en manos del sano juicio de los electores a la hora de la soledad de conciencia ante las urnas. Ninguna autoridad electoral, ministerial o judicial lo ayuda a soportar el criterio surgido de su individualidad solitaria.
Porque también la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales ha pasado a ser una quimera fantasiosa. En un país que todo lo define en el populismo de la dádiva electoral ante autoridades ciegas, mudas y sordas, todo puede suceder. Sus autoridades son capaces de acercarse al golpe de Estado, antes que a la verdad y la justicia.
Hasta el impresentable Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, asesino de los ciento veinte mil mexicanos en la guerra contra el narcotráfico, se llena la boca lamentándose “que hemos dejado la política en manos de gente corrupta”. Sólo falta que después de asestarse el fraude, el INE tenga la desfachatez de atraer la calificación de los procedimientos utilizados por el PRI para ganar. Cosas veredes, Sancho.
Por ése y otros motivos, tiene mayor legitimidad en el Imperio lo que les diga su socio operador en México, El Chapo Guzmán, investido por el juez de Brooklyn como el mayor fiscal de cargos de la corrupción mexicana. No puede ser de otra manera, el de Badiraguato fue un trabajador leal para sus intereses, su ciclo se cumplió, pero tiene la opción de empinar a todos aquéllos que le mataron a su gente, para entronizar a sus pandillas personales, como Edgar Veytia, el ensangrentado procurador nayarita, jefe del cártel de gobernadores del noreste y Pacífico mexicano.
Están a punto de saberse los nombres de los verdaderos padrinos del Cártel Nueva Generación jalisciense, de los competidores del cártel de Sinaloa, de los favorecidos por el de Juárez, por el del Golfo, por Los Zetas, que finalmente son los mismos. El propio Diablo Veytia se encargará de reforzar las acusaciones de El Chapo, incluso contra él mismo y sus compinches.
Moreira, Duarte, et al, ¿llamados por el fiscal de Brooklyn?
Estamos atrapados en un círculo cuadrado, porque antes de que el INE tenga el morro de atraer la elección mexiquense, los mapaches electorales y trasegadores priístas, como Moreira, Duarte, Rosas Aispuro, Malova y Sandoval, pueden ser atraídos por el fiscal de cargos para declarar ante el juez de Brooklyn, operador de las mafias dueñas y señoras del trasiego mexicano. ¿Qué cree usted que pase primero?
Tanto tiempo resistiéndose a aceptar las masacres cometidas para ocultar el trasiego de la carísima amapola negra. Tanto misterio alrededor de la participación de las fuerzas armadas en el encubrimiento y caravanas de los capos del narcotráfico. Tantos pruritos para soslayar la complicidad con la delincuencia organizada, han acabado por destapar las miserias de instituciones y hombres complicitados en las labores de la zapa y la traición a la patria.
Cuando hacen decir a Alfredo del Mazo, que “en las elecciones del Estado de México se juegan la vida”, hay que creerles. Nunca ha sido fácil que reconozcan su culpabilidad. Casi ninguno se había quitado la capucha antes de cortar la cabeza de un ciudadano.
Subyacía en ellos el temor de que la cabeza del ajusticiado, rodando encima del templete jubilatorio, alcanzara a mentarles la madre antes del último estertor, del último hálito de resuello. Aquí de nada sirve. Se las han recordado demasiado, y ni eso les importa. Están blindados ante el agravio, los denuestos, los recordatorios familiares. Ellos llegaron para enriquecerse vilmente, lo demás es lo de menos.
La aprobación del uno por ciento de los privilegiados hacia su desgobierno, es real. Las leyes vigentes no son leídas ni interpretadas moralmente por los gobernantes tolucos y pachuquitas, como recomiendan las mejores plumas del constitucionalismo social. Sólo los mueve la envidia para desprestigiar a todo el que no se pliegue.
Han convertido a la democracia, de un sistema de vida para el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo, en un aparato de ajusticiamiento y cobro de vendettas a cargo de insaciables y descastados, entreguistas y lacayos del poder extranjero. Ni para dónde hacerse, sólo recurrir a los extremos de la justicia popular, que clama a lo largo y ancho del territorio por el castigo ejemplar.
¿Quién sigue? clama el pueblo, entre gritos de rabia y resentimiento
Paradójicamente, en estos momentos de desesperación ciudadana, El Chapo Guzmán, el temido narcotraficante, el sanguinario más buscado, el enemigo número uno, tiene en sus manos la posibilidad del ajusticiamiento real, en su carácter de fiscal de la corrupción mexicana. Puede ser la última ratio de la dignidad perdida. Parece mentira, pero la fantasía ha desbordado nuevamente a la realidad.
¿Quién sigue? clama el populacho, entre gritos de rabia, resentimiento y revancha. Llegó la hora de la justicia de la guerra sucia, del terror encima de los terroristas, del mundo al revés. ¿Usted qué haría?
Índice Flamígero: Sobre Javier Duarte escribe, breve y lapidario, don Rubén Mújica Vélez: “¡Salve oh ratero insaciable, que las rejas puedas compartirlas pronto con otros compañeros de partido y sector y de uñas idénticas!” + + + El mismo corresponsal envía “Algarabía en Atlacomulco”:
—¡Pícale Camachín, pícale, que urge dejar todo listo para el mitin de nuestro candidato!
—Alista a todas nuestras promotoras al grito de ¡Del Mazo, eres un mangazo! ¡Que sean muchas!
—¡Pero cada vez piden más lana por evento!
—¡No importa, hay que hacer mucho ruido y no olvides a los matraqueros! ¡Pero, apúrate!
—¡Y tú Monroy, jala a todas tus viejas de la OMPRI! ¡Pero, que sean un racimal! ¡Apúrate!
—¡Jackson, te ves muy lento, ya estás vetarro! ¡Aprisa!
—¿Oye Reza, todo está bien, pero porque nos apuras tanto? ¿No exageras?
—No mis chómpiras, apúrense porque está dura la detención y encarcelamientos de priístas, ¡qué tal si le toca a uno de ustedes y ya no coopera para que gane Del Mazo!
Se hizo un profundo silencio.+ + + Avisa don Alfredo Álvarez Barrón que por un tiempo breve dejará de compartir con nosotros el genio e ingenio de su creatura El Poeta del Nopal. Razones de salud, explica. Personalmente y, estoy cierto, muchísimos lectores le deseamos que la recuperación de la misma sea rápida y efectiva. Se le extrañará. Mientras, no obstante, nos deja un epigrama titulado “Una pálida sombra” y que se refiere básicamente a lo que podría ocurrir en el 2018, debido a la mala relación entre López Obrador y las fuerzas armadas. Recomienda leerlo a ritmo de endecasílabo:
Volverán las oscuras chachalacas
a ensuciar nuestras magras elecciones,
volverán los reclamos a montones
y el olor peculiar de la resaca;
volverán a parir las vacas flacas,
volverán a dolernos los motivos,
volverá a demostrar que sigue vivo
y coleando el voto de la ignorancia,
volverá a aparecer a la distancia
una pálida sombra verde olivo.
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