¿El último coletazo?
Ramón Zurita Sahagún lunes 17, Abr 2017De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Se considera como el posible último coletazo de un dinosaurio herido, la detención de dos ex gobernadores priístas, prófugos de la justicia mexicana, en un intento de reivindicación del priísmo hacia los ciudadanos.
Huidos por delitos que mostraron su desapego de las cuestiones de gobierno y dejaron en claro su vileza, al tener como fin sus funciones de gobierno para acumular poder y fortuna, Tomás Yarrington y Javier Duarte, se espera, pasarán muchos años en prisión.
Por ese lado, es buena la acción de la justicia, que habrá de juzgarlos y determinar su responsabilidad en el cúmulo de delitos que se le imputan a uno y otro.
Sin embargo, el daño ya está hecho y en el caso del ex gobernador de Tamaulipas, hay acciones que todavía son consecuencia de su mal actuar como gobernante, como es el hecho del dominio de los grupos delincuenciales en la entidad y la constante matazón que sufre el estado desde que, supuestamente, pactó con la delincuencia organizada.
Los miles de asesinatos sucedidos desde que asumió el poder en 1998, le serán imputables a Tomás Yarrington o solamente el dejar actuar a esos grupos que hoy dominan el escenario tamaulipeco y han dado paso al mote de “mataulipas” a la entidad.
En el caso de Veracruz, acaso Javier Duarte será juzgado por las omisiones en diversos asuntos sucedidos durante su administración, como el apoderamiento de los grupos del crimen organizado del estado y el asesinato de 19 periodistas, entre otros casos.
De la búsqueda de Tomás Yarrington transcurrieron cinco años desde que se emitió la orden de aprehensión, hasta que esta ocurrió. En el de Javier Duarte fueron solamente seis meses los que evadió a la justicia.
Los dos, Yarrington y Duarte fueron de las jóvenes promesas del PRI que consiguieron gobernar sus respectivas entidades. Tomás, de 41 años, logró ser gobernador, luego de pasar por una diputación federal y la presidencia municipal de Matamoros. Javier fue gobernador antes, con 37 años de edad y solamente un paso efímero por la Secretaría de Finanzas del gobierno de Veracruz y una veloz e inconclusa diputación federal alcanzó el gobierno estatal.
En el caso de Duarte de Ochoa fueron muchos los avisos sobre el saqueo que se hacía de las finanzas estatales, el favorecer a los amigos del gobernador con los principales contratos, la creación de empresas fantasma para beneficio de unos cuantos, el no pago a proveedores, el gran endeudamiento de las finanzas estatales, la violencia e inseguridad que permeaban en la entidad y muchos otros temas que desde el gobierno federal no se atendieron.
Los principales delitos por los que es requerido son su probable responsabilidad en delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita, pero hay otros más.
Sabedores de ello, los principales colaboradores de Duarte de Ochoa decidieron vacunarse y buscar una curul que les proporcionara la impunidad e inmunidad necesaria para el momento del término del gobierno estatal.
Alberto Silva Ramos, Jorge Carvallo Delfín, Edgar Spinoso, Antonio Tarek Abdala y otros más se sumaron al Congreso de la Unión, mientras que Juan Manuel del Castillo y Vicente Benítez González se cobijaron bajo el fuero del Congreso local.
Ahora, con la detención de Duarte de Ochoa se espera que tanto ellos como Karime Macías Tubilla, esposa de Javier, y otros personajes que han sido señalados de complicidad se enfrenten a la acción de la justicia.
El hoyo financiero en Veracruz es impresionante y sin importar quien se adjudica la detención de Duarte de Ochoa, debe servir como un referente para actuar en consecuencia en contra de otros personajes que cometen delitos similares y de otro tipo y mantenerse atentos sobre las denuncias que se realizan y no actuar a toro pasado como hasta la fecha.
Miguel Ángel Yunes Linares, gobernador de Veracruz, se declaró satisfecho al haber cumplido con su palabra de actuar en contra de quienes saquearon el estado.
Yunes Linares recordó que actualmente se encuentran presos varios funcionarios de la administración de Javier Duarte, como son el ex secretario de Finanzas, el ex secretario de Infraestructura, el ex secretario de Seguridad Pública y el ex gobernador interino.
Le reconoció al gobierno de Enrique Peña Nieto su actuación en este caso, con el que algunos creen ver un intento del priísmo para limpiar culpas y poder revertir un voto electoral que se antoja contrario a las siglas del partido tricolor.
En los tres estados con comicios para gobernador en este año (4 de junio), Coahuila, Estado de México y Nayarit, los números no responden a favor del PRI y con excepción del último de los estados, donde se aprecia una ventaja para el PAN, los momios se mantienen sumamente cerrados.
Para el Estado de México se aprecia una competencia sumamente cerrada entre el priísta Alfredo del Mazo y Delfina Gómez, de Morena, mientras que Josefina Vázquez, del PAN, insiste en hacer una competencia de tercios. De seguir en esa tónica, el perredista Juan Zepeda podría ser el fiel de la balanza que defina el triunfo de alguno de los candidatos.
En Coahuila, el priísta Miguel Ángel Riquelme y el panista Guillermo Anaya, se encuentran empatados técnicamente, según encuestas, por lo que el abanderado de Morena, Armando Guadiana y el independiente Javier Guerrero podrían inclinar la balanza a favor de uno u otro.
Por lo pronto, la detención de estos dos ex gobernadores surgidos del PRI, puede ser la tumba para el priísmo o el coletazo que le permita reivindicarse ante los electores dudosos.