Impartir justicia es una gran responsabilidad: Rojo González
* Especiales, Cd. de México miércoles 27, Oct 2010
El titular del Juzgado 48 Civil del DF, afirma que nadie debe hacer justicia por sue propia mano, por ello, existen los tribunales para que ahí se apliquen las leyes vigentes
Gloria Carpio
Con una trayectoria de 36 años ininterrumpidos laborando dentro del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal (TSJDF) y 17 como juez, el licenciado Roberto Rojo González, titular del Juzgado 48 de lo Civil de Primera Instancia, comparte en entrevista para Diario Imagen su pasión sobre la administración de justicia.
Es el primer abogado de su familia y ejemplo de su hermano y de dos hijas que eligieron su misma profesión.
Rojo González es prototipo para los servidores públicos por una impresionante trayectoria dentro de la vida de los tribunales; durante su paso por los juzgados civiles se desempeñó durante cinco años como actuario, 14 años como secretario de Acuerdos, entre otros cargos que le valieron ser hoy presidente de la Mesa Directiva del Colegio de Jueces del Fuero Común del Distrito Federal, A.C. “Es una asociación de todos los jueces con la que buscamos dignificar la figura del juzgador y que la conozca la sociedad”.
Motivado desde estudiante por impartir justicia igual y pareja para todos, Roberto Rojo se ha dedicado a profundizar en el conocimiento con una serie importante de conferencias y diplomados para profundizar en los conocimientos técnicos y aplicarlos a la experiencia, al conocimiento humano.
“Considero que para que la gente recupere la confianza en sus instituciones impartidoras de justicia, lo primero es hacerla clara y transparente. La figura del juez debe ser ante la sociedad mediante su dignidad, honestidad, honorabilidad, responsabilidad y sapiencia, demostrando así a los justiciables que tienen buenos jueces y que puedan confiar en ellos y que actualmente las puertas de los juzgados se encuentran abiertas para recibir a la gente que tienen conflictos judiciales”.
En tan sólo un año el Juzgado 48 Civil del DF atiende mil 500 asuntos, más los ya iniciados del pasado da un total de más de 5 mil juicios.
En cuanto Roberto Rojo González pone un pie dentro del Juzgado 48 Civil del DF, inicia su labor como juez, y eso es todos los días en punto de las 8:00 a.m., labor que concluye a las 8:00 p.m., incluyendo en la mayoría de las veces fines de semanas y parte de vacaciones, porque “impartir justicia es una gran responsabilidad que desecha la palabra burocracia en su forma peyorativa, trabajamos por mantener la paz y certeza jurídica en el Distrito Federal”, afirma el titular del Juzgado 48 Civil del DF.
Los juzgados del Distrito Federal son los que más carga de trabajo tienen, principalmente por la cantidad de habitantes y de la calidad de justicia que se imparte. “El Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal es el más grande de toda Latinoamérica. Tenemos 9 millones de habitantes, sumándole los asuntos del interior de la República, es decir, aquí se concentra la mayor parte de los asuntos”, explica el juez.
Rojo González reconoce que las reformas en las leyes impulsadas por el presidente magistrado Edgar Elías Azar, junto con la implementación de los juicios orales cambiará la imagen ante la sociedad, pues los juicios serán más claros y sencillos para el justiciable. “Considero que es una buena forma de acelerar los procedimientos, dictar fallos con todos los elementos que marca la ley y además porque los jueces tienen el conocimiento de los asuntos, pues al estar presente los percibe con mayor claridad”.
Postulado a la Medalla al Mérito Judicial, el juez Roberto Rojo afirma que quien obtenga tan distinguido reconocimiento será porque se lo merezca y debe ser por sus servicios de administrador de justicia.
Rojo González ha entregado toda una vida para trabajar en pro de la paz y tranquilidad en la vida social de la capital mexicana y de su Juzgado 48 Civil del DF, donde ha tenido la satisfacción de que al momento de otorgar una resolución ser testigo de cómo llega la paz y afirma que ese es el mejor reconocimiento que puede tener.
“Es uno de los mejores premios para el juez sentir que ha impartido la justicia a las personas que tienen derecho de sus pretensiones y me siento orgulloso de que al resolver conflictos se logra la paz en la sociedad y como lo estipula el artículo 17 constitucional, nadie debe hacer justicia por su propia mano, se debe acudir a los tribunales para que se apliquen las leyes vigentes”.
Luchando por escalar y beneficiar a más gente, reconoce que todos los jueces desean llegar a ser magistrados, pues es la meta última para los impartidores de justicia.
“El pináculo es ser magistrado, pero son tan pocos los lugares, es una aspiración legítima de todos los jueces, es la cumbre y además tratamos de obtener esa transparencia de los juzgadores a través del Colegio de Jueces del Fuero Común en el Distrito Federal, A.C. del cual soy presidente”.
Docente desde hace ocho años en el Instituto de Estudios Jurídicos del TSJDF, ha preparado abogados para ocupar distintos cargos, desde actuarios y secretarios de acuerdos.
Ha sido ratificado dos veces en el cargo y con impartidores de justicia así se cuenta con la certidumbre entre los justiciables de que sus derechos serán vigilados y resguardados con procesos transparentes y por profesionales del ejercicio judicial.
“Invito a la sociedad para que corrobore la imparcialidad, honestidad y responsabilidad de los jueces a través de sus resoluciones, que estén tranquilos y puedan acceder con los jueces con la confianza de que éstos, amén, de ser profesionales del derecho, aplican al cien por ciento las leyes, jurisprudencia y los principios fundamentales del derecho”.
Su trayectoria en el TSJDF
Meritorio, Juzgado Décimo Primero Penal (1971-1974). Comisario, Juzgado Familiar del Partido Judicial de Coyoacán (1974). Secretario “H” (1974-1978) y Secretario “I” (1978-1981), Juzgado Vigésimo Tercero Civil. Primer Secretario de Acuerdos (1981-1983) y Secretario de Acuerdos “I” (1981-1983), Juzgado Décimo Tercero Civil. Secretario “G” (Actuario), Juzgado Primero Civil, posteriormente, Primero del Arrendamiento Inmobiliario y de la Oficina Central de Ejecutores (1983-1986). Notificador Ejecutor (Actuario), oficina 31 de la Central de Notificadores y Ejecutores (1986-1988). Secretario de Acuerdos, Juzgado Décimo Noveno Civil (1988-1993). Juez (ML), Juzgado Décimo Noveno Civil (1993). Juez Trigésimo Octavo Civil (julio 1993-enero 2005), Trigésimo Civil y, actualmente, Cuadragésimo Octavo Civil.