Las amenazas de Norcorea
Luis Muñoz lunes 3, Abr 2017Segunda vuelta
Luis Muñoz
Nada parece detener los ensayos balísticos del régimen norcoreano, a pesar de la condena expresada por la comunidad internacional y la reprobación de gobiernos como el de los Estados Unidos, por el riesgo que implica para la paz mundial.
Su más reciente ensayo lo llevó a cabo en febrero de este año, lo que significó para Piongyang una gran satisfacción por el éxito de esta “prueba de fuerza para evaluar la firmeza del gobierno de Washington”.
El ensayo coincidió con el encuentro entre el presidente Donald Trump y su homólogo japonés Shinzo Abe.
Pyongyang se ha mantenido firme y no parecer ceder “ni un milímetro” en su carrera hacia la destrucción si se ve amenazada.
¿Qué hacer frente a este escenario?
El Tratado de No Proliferación Nuclear (NPT, Nuclear Non-Proliferation Treaty, en inglés) es un tratado abierto que restringe la posesión de armas nucleares que no todos acatan.
Aunque la gran mayoría de los Estados soberanos forman parte del tratado, sólo a cinco se les permite en el tratado la posesión de armas nucleares: Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia y República Popular de China (1992).
A su vez, cinco estados: India, Pakistán, Israel, Sudán del Sur y Corea del Norte se encuentran fuera del tratado, los tres primeros nunca lo han firmado, mientras que Corea del Norte renunció en 2003.
India y Pakistán poseen armas nucleares y de acceder al tratado deberán hacerlo como los Estados No Nuclearmente Armados y, en consecuencia, desmantelar sus arsenales.
Estos países argumentan que el Tratado de No Proliferación crea de hecho un club de países “nuclearmente ricos” y un gran grupo de países “nuclearmente pobres” mediante la prohibición de la posesión legal de armas nucleares a aquellos países que las habían probado antes de 1967, pero que el tratado no explica sobre qué fundamentos éticos es válida esta distinción.
En el caso de Israel, su gobierno no afirma ni niega la posesión de armamento nuclear, pero de acceder a la firma y ratificación del tratado, éste debería permitir la entrada de observadores y reguladores de Naciones Unidas.
En este contexto, Corea del Norte continúa con sus ensayos, elevando con ello la tensión con Occidente. El régimen de Piongyang no ha dejado de advertir que si Washington persiste en su intención de asfixiar económicamente al país, se desencadenaría la “tercera guerra mundial”.
EL TRATADO DE TLATELOLCO
Nadie puede negar que mantener la paz en el mundo es tarea de todos.
México ha expresado también su interés y preocupación por los riesgos frente a acciones belicosas, vengan de donde vengan.
Durante la reciente Sesión de la Conferencia General de la OPANAL, que conmemoró el 50 aniversario del Tratado de Tlatelolco, el secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, destacó la importancia del tratado como “un aporte invaluable de América Latina y el Caribe a la paz y la seguridad global”.
El funcionario destacó que “el Tratado de Tlatelolco nos enorgullece como mexicanos y sobre todo como latinoamericanos y es en ese orgullo donde encontramos una inspiración conjunta, con un apego indeclinable en nuestras convicciones para seguir adelante como región enfrentando los retos complejos del mundo”. Hoy, la preocupación está en Asia.
¿DEJÓ SU CARGO FUNCIONARIA?
La exigencia de trabajadores de la Asamblea Legislativa de destituir a la directora de Recursos Humanos, Magnolia Flores, por ineficiente, puso al descubierto que detrás de ella está Héctor Serrano, el poderoso secretario de Movilidad del gobierno de la ciudad, señalado como “padrino” de la funcionaria.
Pero la protesta no fue en vano. Todo parece indicar que la funcionaria dejó su cargo por las presiones de los empleados que se quejaron de continuas vejaciones y violación a sus derechos sindicales.
El presidente de la Comisión de Gobierno de la ALDF, Leonel Luna Estrada, hizo lo que debía y asunto arreglado.