Decisión de juez levanta sospechas en trabajo del Poder Judicial
¬ Mario San Martí viernes 31, Mar 2017Consensos y disensos
Mario San Martí
- En redes sociales identifican al juzgador como “el quinto Porky”
- Suspensión no es suficiente como castigo: Vox pópuli
La decisión de un representante de la justicia en el sentido de amparar a uno de los jóvenes involucraos en el caso denominado “Los Porkys”, puso al poder judicial en el ojo del huracán de la opinión pública y con su acción contribuye a deteriorar la imagen que ya de por sí tienen los jueces y magistrados del poder judicial, porque si algo se dice de ellos en los medios tradicionales de información, el internet y las redes sociales es que se despachan con la cuchara grande en materia de salarios y prestaciones sociales que tienen, eso sin contar los cuestionamientos a su trabajo, ya que una y otra vez, emiten sentencias alejadas de la realidad, tendenciosa y muchas veces dan idea que es la corrupción la que habla y manda en sus veredictos.
El juez que amparó a Diego Cruz Alonso, uno de los jóvenes acusados de violar a la menor Daphne en 2015, levantó más de una sospecha al ponerse del lado de uno de los infractores y según se supo esta se da a partir de una relación con la familia del inculpado, lo que indignó no solo a los familiares de la menor agraviada sino en general a una sociedad que sigue con lujo de detalle el penoso asunto y pide castigo ejemplar para todos los involucrados en el delito.
En su resolución el juzgador señaló que, a pesar de que hubo tocamientos en los senos y genitales de la menor, eso no representa un argumento suficiente para demostrar que existió pederastia.
El Juez Tercero de Distrito de Veracruz, Anuar González Hemadi, añadió en su sentencia para conceder el amparo a Diego Cruz, radica en que éste no tuvo la intención de llegar a la cópula con la joven y por lo tanto no hubo lascividad.
Después de conocer el amparo obsequiado al joven infractor, acción que lo pone a un paso de la libertad, el rechazo fue unánime no solo de los familiares de Daphne, la joven agredida, sino de la opinión pública en general, pues ello da pauta para la sospecha en cuanto a la honorabilidad que supuestamente debe tener el trabajo de los jueces.
Y aunque el Consejo de la Judicatura Federal ha informado su decisión de suspender al juez Anuar González Hemadi, con el propósito de iniciar una investigación administrativa por el amparo que otorgó a Diego Gabriel Cruz Alonso, el asunto sienta un precedente peligroso para otros casos de abuso sexual contra menores, por lo que así como en ocasiones nos pronunciamos contra la delincuencia y pedimos castigo ejemplar para los infractores, el caso bien vale la pena tomarlo en cuenta para que sea evaluado el desempeño de los juzgadores y si se les comprueba colusión o conflicto de intereses en sus resoluciones pues que se les castigue con la misma vara que ellos miden la justicia.
El caso de los “Porkys” no es el primero que deja mucho que desear en el trabajo de los jueces, una y otra vez, la opinión pública da cuenta de sonados casos en los que por malas decisiones de los integrantes del poder judicial los infractores son dejados en libertad, aún cuando los elementos disponibles vaticinan cárcel y penas largas para los delincuentes. Tampoco es la primera vez que una decisión judicial levanta ámpula entre la ciudadanía y en ese contexto surge una pregunta
¿Quién vigila el actuar de los jueces?
No hay duda, el caso merece una revisión a detalle del proceso que derivó en un amparo a favor de uno de los “Porkys”, ya que los argumentos del juez son insostenibles e injustificables, como inadmisible es la violencia contra las mujeres en cualquiera de sus modalidades.
Y en esta reflexión muchos se preguntan, cuántos delincuentes que en su momento han sido puestos tras las ventanillas judiciales por el Ministerio Público hoy gozan de la libertad por un mal procedimiento o interpretación a modo de la ley de parte del poder judicial, por corrupción o por complicidad, y en ese mismo contexto ¿cuántos están en prisión por las mismas causas, siendo inocentes? Ese es el punto.
En palabras del padre e Daphne Fernández, según una carta que es del conocimiento público, en enero de 2015 la joven fue “subida a un auto en contra de su voluntad, fue privada de su libertad, fue incomunicada, fue vejada, fue sometida, fue abusada sexualmente y fue violada.
En este aberrante suceso participaron 4 individuos mayores de edad: Enrique Capitaine Marín, Jorge Cotaita Cabrales, Diego Cruz Alonso y Gerardo Rodríguez Acosta“.
Eso es lo que en su valoración el juzgador no vio, no quiso verlos así o por algún interés se puso del lado de los infractores.
No hay duda, hay un viejo refrán que dice que con la vara que midas serás medido.
Ojalá que esa máxima popular también aplique para el juez, que por cierto ya fue bautizado como el quinto “Porky” por la vox populi y ésta opina que la medida de suspenderlo no es suficiente, aunque, claro, habrá quien diga que una rayita más al tigre no se nota. Eso creen, porque la raya se ve a kilómetros de distancia.