Piezas sacrificables
Ramón Zurita Sahagún jueves 23, Mar 2017De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Una de las principales trabas para que los ciudadanos en general crean y confíen en los políticos es el manejo indiscriminado que se tiene con los cargos públicos, sean de confianza o de elección popular.
La manera en que unos y otros son dejados de lado en aras de una mejor o menor propuesta genera desconfianza en esos personajes que actúan de esa forma.
El juego de la política es así, sacrificar a buenos servidores públicos en beneficio de intereses partidarios es algo común en la historia política de México.
Existen casos en que esos personajes saltan de un cargo hacia otro de buen nivel, en lo que se conoce como el fenómeno del chapulineo, pero en otros no hay razón para ello, más que para satisfacer la ambición de un tercero.
Los casos más recientes de ello son los de inicio de semana, cuando el titular de la Procuraduría Federal del Consumidor, Ernesto Nemer Álvarez y el ahora ex subsecretario de Economía, Enrique Jacob Rocha, los que renunciaron a sus respectivos cargos para sumarse a la campaña del aspirante priísta al gobierno del Estado de México, Alfredo del Mazo.
Ambos, Nemer y Jacob, han sido eternos aspirantes a esa nominación. Los dos cuentan con sólidas carreras tanto en el Estado de México, como en nivel federal, para haber obtenido la nominación.
Sin embargo, ahora se conforman con ser los estrategas de la campaña de Del Mazo, que enfrenta un gran reto, el de superar en la votación a sus adversarias, la candidata de Morena, Delfina Gómez Álvarez y del PAN, Josefina Vázquez Mota.
Hace seis años, Ernesto Nemer era uno de los prospectos más firmes para esa candidatura. Formaba la terna con Eruviel Ávila y Alfredo del Mazo, aunque fue el primero el que resultó candidato y ahora le tocó al segundo.
Ernesto es un personaje político que ha pasado por toda la gama de cargos en el estado, ya fue secretario de Gobierno, líder del Congreso, subsecretario en varias dependencias y en lo federal, actuó como secretario particular del director del IFE, del titular de la Profeco y del secretario de Gobernación, así como subsecretario en Sedesol y procurador del Consumidor.
En esta última posición, Nemer estaba arrojando extraordinarios resultados, por lo que se esperaba que continuara en el cargo, cuando se resolvió la candidatura priísta al Estado de México a favor de otro aspirante.
Claro que la responsabilidad de estratega que se le entrega a Nemer conlleva sacar el triunfo del abanderado de su partido, lo que podría tener como recompensa la candidatura del propio Ernesto al Senado de la República para el 2018.
El reto es grande, ya que el priísmo no vive su mejor momento y requiere de mantener la supremacía en la entidad más poblada del país, para intentar reivindicar el triunfo en la contienda presidencial del año próximo.
La tarea no es sencilla, ya que el candidato Del Mazo ha sido rodeado de personal que para nada garantizan la victoria, por lo que requiere de otros personajes con mayor contacto con la problemática de la entidad y con la propia gente.
De ahí que sin importar el papel que desarrollaba en la administración pública Nemer, fue transferido hacia otras labores.
En el caso de Enrique Jacob Rocha también conoce a fondo la situación de la entidad, donde ya fungió como alcalde de Naucalpan, secretario de Desarrollo Social, de Desarrollo Económico, director del ISSEMyM, además de subsecretario de Economía, encargado de la pequeña y mediana empresa a nivel federal y director del Instituto Nacional del Emprendedor.
Jacob Rocha fungió en el pasado como diputado local y federal por la entidad mexiquense y ahora será el jefe de la oficina del candidato priísta al gobierno estatal.
El triunfo en el Estado de México es vital para el futuro de los priístas, ya que en 2018 se renovarán los cinco estados que siguen en número de habitantes a la entidad mexiquense y en todos ellos aparenta ir en desventaja el partido tricolor.
Y es que el gobierno de la Ciudad de México lo ganó en la elección pasada el PRD y ahora se apunta para que sea Morena el triunfador.
Veracruz ya es gobernado por un militante del PAN y se advierte que seguirá por esa ruta el año próximo.
Jalisco que es actualmente gobernado por el PRI, pasará a ser, todo parece indicar, administrado por el Movimiento Ciudadano.
Guanajuato es desde hace más de veinte años reducto panistas y apunta a seguir siéndolo.
Puebla fue ganado desde la pasada administración por el PAN, la actual también lo es y se considera que en 2018 continuará por esa vía.
El Estado de México puede hacer la diferencia que proporcione el aliento necesario para que los priístas prosigan con su intentona de mantener la Presidencia de la República.
De no alcanzar la victoria el próximo cuatro de junio, de poco servirá a los priístas presentar un candidato competitivo, cuando las principales sedes de gobiernos estatales estarán en manos de sus adversarios políticos.
De ahí que para los priístas resulte de vida o muerte ganar el territorio mexiquense y en ello va su apuesta principal, aunque para ello tengan que recurrir a todo tipo de esfuerzo, sacrificando piezas clave que venían haciendo una buena labor dentro de la administración pública federal, como son los casos ya mencionados de Ernesto Nemer Álvarez, coordinador de campaña y Enrique Jacob Rocha, Jefe de la Oficina del candidato priista Alfredo del Mazo Maza.