Lloramos en el norte y pegamos en el sur
¬ José Antonio López Sosa jueves 23, Mar 2017Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Sí, en la frontera norte nuestros connacionales están sujetos a todo tipo de abusos y vejaciones, no sólo en esta era Trump, desde hace décadas como parte de la política estadounidense de protección fronteriza.
Cada que alguien trata de cruzar la frontera por tierra o por aire, es en principio un terrorista o delincuente hasta que convenza al oficial del CBP de lo contrario.
Miles de quejas, cientos de injusticias y un gobierno tibio a lo largo de los años que no ha sabido fijar con dignidad una postura ante tales abusos.
Ahora bien, si miramos al sur, hacemos lo mismo y peores cosas con los migrantes que tratan de ingresar a nuestro país, buscando lo mismo que los nuestros: llegar a los Estados Unidos.
Retenes, violaciones, extorsiones, entrega de migrantes a bandas delincuencias por parte de agentes migratorios, en fin, todo un listado de abusos se cometen a diario en el sur del país, de ello poco sabe la sociedad mexicana o, sí lo sabe y pareciéramos no verlo con claridad.
Le hemos hecho el juego sucio a los Estados Unidos desde hace muchos años, cuidamos las fronteras sur como una protección extraterritorial de la Unión Americana, para que no lleguen hasta el otro lado del río Bravo y, ¿qué ganamos nosotros?, además de estar catalogado como uno de los países que peor trata a los migrantes.
Lloramos en el norte y pegamos en el sur, esa es la definición del estado mexicano en materia migratoria. Arrojamos la piedra y escondemos la mano, exigimos y no cumplimos.
Estamos en una coyuntura donde se puede cambiar esa terrible política, donde debemos ser coherentes entre el discurso y la realidad, entre lo que nos hacen y lo que hacemos.
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