Fumar causa impotencia
¬ Salvador Estrada martes 21, Mar 2017Folclor urbano
Salvador Estrada
Los “machos” mexicanos, esos que presumen de que tienen viejas de a montón y que las controlan sexualmente, ya no van a ser muchos, porque del 55 por ciento que llegaron a los 40 años se verán afectados por el síndrome “del ya no paraguas”.
Este síndrome que científicamente se conoce como disfunción eréctil lo causa la adición al cigarro y, quién lo creyera, la educación no frenó al machismo sino el vicio de fumar, el ansía de echar humo, “darse las tres” y ”darle el golpe”.
Según el jefe de Urología del Hospital Juárez, Jesús Torres Aguilar, al menos la mitad de varones que sobrepasan los 40 años se ven afectados por la impotencia sexual, lo cual baja su autoestima, y con ello ¡ya no son tan machos! por el “pinche cigarro”.
Este trastorno sexual no se considera una enfermedad o una condición de riesgo para la salud del varón, pero sí una patología preocupante al llevar al hombre a una sensación de ansiedad. Muchos machos se resisten a reconocerlo. Y las mujeres cuando se topan con un “macho así” lo consideran castigo de los dioses. “Se lo merecen por abusivos”, dirán algunas y otras “la vida les cobró la factura”.
Pero los mexicanos no son los únicos que viven esa situación. En el mundo hay alrededor de 152 millones de hombres, machos, varones masculinos, que padecen disfunción eréctil y si siguen “echando humo”, como chimeneas, van a llegar a 322 millones en el año 2025.
El tabaquismo, la mala alimentación y “entrarle al trago y que siga el vacilón”, deja a los hombres cuarentones “con las ganas”, al querer ejercer y ya no poder y les deja la duda de que “den el cambiazo” porque van a cumplir con el fatídico “41”, el número marcado para identificar a los hombres que cambian de sexo.
Dejar de fumar es muy difícil, es una adicción muy fuerte, pero con el conocimiento de lo que puede pasar si no paras de fumar cuando llegas a los cuarenta, entonces debes de responder y dejar el cigarro y repudiarlo, declararle la guerra, arrojar la cajetilla al suelo, pisotearlo, y si aprecias la información ¡prefiere la cama a las volutas de humo!
Pero si ya estás afectado por la disfunción eréctil y quieres seguir gozando, hay diversos tratamientos, como inyecciones, pastillas, “bombas de vacío” para los casos leves de impotencia sexual, y para los graves “de ya no paraguas y nada de nada” una cirugía de “implante peneano” .
Los machos casados que presumen de tener “amiguitas, novias y amantes y segundos frentes” tienen que ser honestos con sus esposas y decirle la verdad, aunque les duela el alma, y pedirle el divorcio porque ya no pueden cumplir con “el gasto”. Se acabó el amor, la pasión, el deseo.
“Compréndeme, mi amor, es culpa del cigarro, del maldito vicio”. Y lo que antes nos unía, hoy “nos se para”.