La descuartización de México
Alberto Vieyra G. viernes 17, Mar 2017De pe a pa
Alberto Vieyra G
El 2 de febrero de 1848 a las 14:00 horas en plena sacristía y a los pies de Nuestra Señora de Guadalupe se firmarían los ignominiosos Tratados de Guadalupe-Hidalgo, con los que Estados Unidos cometía la agresión más vil y artera en contra de una nación latinoamericana, su vecino, México. Sí, el rancio conservadurismo mexicano y los voraces halcones de Washington descuartizaban a México inmisericordemente. Los gringos nos arrebataban 2 millones 547 mil 242 km2 de nuestro territorio original, es decir, el 62% de nuestro cuerno de la abundancia, se lo agandallaban los gringos en una guerra de conquista jamás vista.
“En todas las conferencias (ante) la iniquidad de la guerra, como un abuso de poder de nuestra parte”. Con esa frase Nicholas P. Trist, el negociador diplomático gringo expresaría su arrepentimiento después de la firma del “Tratado de Paz, Amistad, Límites y Arreglo Definitivo entre la República Mexicana y los Estados Unidos de América”. Sí, un mea culpa gringo después de una guerra que fue como un secuestro en casa. Haga usted de cuenta que en su casa es usted secuestrado y los secuestradores lo obligan a que les firme la cesión de su inmueble y de lo que ellos quieran.
Es más, se cuenta que durante la firma de los tratados, algunos de los conservadores panistas expresaría que por qué mejor no se anexaban todo el territorio mexicano, a lo que un sádico gringo contestó: “No, porque hay muchos indios. No, lo que nos interesan son las partes despobladas”. Sí, un atraco en despoblado. Pero, ¿Por qué hago historia?
Mire usted, 168 años después, dos mexicanos ilustres, el ex candidato a la presidencia Cuauhtémoc Cárdenas y el jurista Guillero Hamdan Castro, demandarán ante la Corte de Justicia Internacional la devolución o indemnización de los territorios que hoy conforman los estados norteamericanos de California, Nuevo México, Arizona, Nevada, Utah y parte de Colorado, Wyoming, Kansas y Oklahoma. En la exposición de motivos, el abogado Hamdan y el señor Cárdenas fundamentan que los acuerdos de Guadalupe-Hidalgo no son válidos porque EU obtuvo nuestros territorios mediante una guerra de conquista, la principal prueba que aportan los demandantes es que, en la primera oración del Tratado de Guadalupe-Hidalgo, el ejército norteamericano admite que invadió nuestro país y firmar un acuerdo en esos términos lo invalida por completo.
Cárdenas y Hamdan anuncian que acudirán a Los Pinos para que sea Enrique Peña Nieto el que presente ante la Corte de Justicia Internacional dicha demanda, en la que pedirán que la indemnización a México sea en oro y con los réditos históricos. El asunto dará mucho de qué hablar, será un agrio debate.
Pero la pregunta es: ¿Peña Nieto querrá vestirse de patriota presentando una demanda ante la Corte de Justicia Internacional por el despojo de más de la mitad del territorio mexicano?