El aborto y los conservadores
¬ José Antonio López Sosa jueves 9, Mar 2017Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Somos una sociedad de doble moral, así es. A pesar que en la Ciudad de México está claro el derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo, en el caso de un embarazo hasta la semana doce, en que puede optar por un aborto legal y bajo procedimientos en hospitales públicos, un amplio sector dentro y sobre todo, fuera de la capital del país no solo está contra este derecho, sino que insiste en cancelarlo.
Es tan sencillo como acudir a la vieja reflexión de: si no está de acuerdo con el aborto, no aborte, pero la realidad no para ahí, grupos de presión insisten en cancelar el derecho a las mujeres a decidir sobre su cuerpo.
En la mayoría de las entidades del país, el aborto es considerado un delito, luego entonces ¿con qué cara podemos hablar de equidad de género cuando uno de los derechos elementales de la mujer se considera una forma de delincuencia?
Estas personas consideran quizás, que promoviendo su “amor por la vida” como suelen autodenominarlo, en una grotesca concesión lingüística, pueden ser mejores seres humanos. La verdad es que no es así, bajo ninguna circunstancia.
Es un derecho también estar a favor o contra el aborto, insisto, quien esté en contra sencillamente no aborte -en el caso de las mujeres-o no embarace a una mujer -en el caso de los hombres-, pero hasta ahí concluye su derecho a expresar sus ideas, lo demás obedece a una doble moral digna del siglo XVII.
Los conservadores en este país son los principales promotores de la doble moral, de difundir supuestos valores que ni lo son, ni los cumplen. Así de infame es este gran sector.
Mientras por un lado, hablan del día de la mujer, de la equidad de género y del respeto por el sexo femenino, por el otro insisten en que prohibir el aborto es directamente proporcional a defender la vida, aunque no haya prueba alguna de ello, más allá de las religiosas que recurren a actos de fe.
Si toda esa gente que promueve “la vida” desde una percepción de prohibición al aborto, generara cosas positivas para esta sociedad, nuestra realidad sería otra.
Ahí están, como en el siglo XVII buscando condenas contra las mujeres que osen decidir sobre su cuerpo, ahí están como parásitos frenando el progreso de una sociedad de equidad y derechos, ahí están como un ente plagado de ignorancia sintiéndose iluminados.
Por lo general son los que ayer amanecieron con la insistencia de: felicitemos a las mujeres en su día. ¡Absurdo!
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