¿Sinceridad o ilusión?
Ramón Zurita Sahagún miércoles 8, Mar 2017De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
La arenga presidencial expresada el pasado sábado en el 88 aniversario de la fundación del PRI penetró en el decaído ánimo priísta que ve como su partido se desmorona.
Sin embargo, las palabras del presidente Enrique Peña Nieto calaron en el espíritu de una militancia y dirigencia que siente que el poder se les escapa de las manos.
Los priístas saben que el Estado de México representa para ellos el hundimiento total, si lo pierden, o mantenerse en la línea de flotación, si lo retienen.
De ahí que las palabras expresadas por Peña Nieto les devuelven el alma al cuerpo, porque saben que se hará hasta lo imposible por ganar los tres estados en que habrá comicios para gobernador y hasta las municipales de Veracruz.
Por el momento, los pronósticos no son muy halagüeños para los tricolores, pues se le anticipan derrotas en Nayarit y Coahuila, mientras que Edomex se advierte peleado en tercios y en Veracruz, los principales ayuntamientos se antojan para los opositores al tricolor.
El panorama es complicado para unos priístas envalentonados por las palabras presidenciales, pero que tendrán que hace mucho para convertirlas en realidad.
No es lo mismo que el Presidente de la República anticipe al victoria de su partidos en los cuatros estados a que la maquinaria la lleve al terreno de los hechos.
Y es que en el Estado de México, donde el PRI apuesta su resto, las cosas se complicaron con la nominación de Josefina Vázquez Mota, por parte del PAN, aunque les queda el consuelo de que la elección se vaya a tercios y le abra la gran oportunidad de ganar al PRI.
Los priístas respiraron aliviados cuando PAN y PRD no lograron concretar la anhelada alianza y hoy los panistas se ven sólidos con la nominación de la ex candidata presidencial, aunque habrá que esperar la reacción de quienes no comulgan con ella.
Pero si los panistas consiguieron que fuese su abanderada Josefina, sin alianza, los perredistas andan perdidos en Edomex, donde llegaron a ganar la elección estatal con su candidato presidencial en 2006 y su presencia se reforzó en el oriente de la entidad con triunfos en las alcaldías de Nezahualcóyotl, Texcoco, Los Reyes y otros más.
Hoy el PRD se ve sin rumbo ni pretensiones en la entidad y ni siquiera llega a un acuerdo para designar a su candidato.
Por eso, la disputa por la victoria se dará entre los tres aventajados candidatos, el priísta Alfredo del Mazo Maza; la panista, Josefina Vázquez Mota y la morena, Delfina Gómez Álvarez.
Delfina partió con gran ventaja, su candidatura fue bien recibida, luego de una buena gestión como alcaldesa y su presencia en el oriente de la entidad le restará muchos simpatizantes al PRD en esa zona.
Josefina fue, finalmente, la candidata del PAN, luego de fuertes negociaciones, donde Ulises Ramírez y José Luis Durán no querían soltar la nominación que ellos querían y menos a Josefina, a quien le restaban méritos por el pobre papel desarrollado como candidata presidencial del PAN, donde quedó relegada hasta el tercer lugar.
Alfredo del Mazo consiguió la candidatura en forma tersa, después de que los otros seis aspirantes declinaron a su favor, como ocurre en la tradición del Grupo Atlacomulco.
Contrario a lo que sucede en otras entidades, la administración del gobernador se encuentra bien calificada y sus aspiraciones presidenciales con un buen síntoma para esperar un resultado favorable para los priístas.
No sucede lo mismo en Coahuila y Nayarit, entidades en las que los gobernadores Rubén Moreira y Roberto Sandoval, no cuentan con el aval ciudadano y sus administraciones son sumamente criticadas y hasta acusadas de grandes índices de corrupción.
Moreira ha tenido que navegar con el descrédito del apellido que alguna vez les dio lustre y hoy es señalado como parte de la gran corrupción política. Sandoval es un desastre como gobernante, mientras los nayaritas consideran como un gran error el haber votado a su favor.
En Coahuila el PAN va con todo y repite como candidato Guillermo Anaya, el tristemente célebre compadre de Felipe Calderón, quien hace seis años se quedó lejano del triunfo y ahora se le asoma una luz de esperanza por el deterioro del partido tricolor y de la imagen de Rubén Moreira.
Los priístas compiten con Miguel Ángel Riquelme, alcalde con licencia de Torreón, quien es considerado como un simple alfil del gobernador y quien enfrenta el descontento de los priístas de las zonas centro y norte, por ser representan de la zona lagunera.
Es cierto que existen otros candidatos, pero la disputa principal será entre priístas y panistas. Coahuila es uno de los pocos estados en los que no ha gobernado nadie ajeno al PRI.
Caso contrario es Nayarit, ya que tuvo una administración surgida de la alianza PAN-PRD y hoy es el hijo de aquel gobernante quien pretende hacer lo propio. Antonio Echevarría Domínguez, ex priísta lo consiguió y ahora su hijo, Antonio Echevarría García quiere hacer lo propio.
Los priístas van con el senador Manuel Humberto Cota e intentarán retener la plaza, con todo y los desfiguros del gobernador Roberto Sandoval.
Veracruz es casi una misión imposible para los priístas, con todo y que hay 212 ayuntamientos a repartir.
Y es que los principales como Xalapa, Coatzacoalcos, Minatitlán y Poza Rica, parecen enfocarse hacia el voto por Morena y otros como Veracruz, Boca del Río, Tuxpan, Orizaba y Córdoba, apuestan por la alianza PAN-PRD.
De esa forma quedarían los municipios pequeños a disputar entre las tres fuerzas principales.
El cuatro de junio por la noche se sabrá si las palabras del Presidente fueron de aliento o encerraban la realidad.