Trump, dinero para la guerra
Francisco Rodríguez viernes 3, Mar 2017Índice político
Francisco Rodríguez
Una de las leyes antiquísimas de El Kybalión, “como es arriba, es abajo”, se aplica más veces de lo que quisiéramos en el análisis de las traicioneras políticas. Del otro lado del Bravo —“arriba”— y acá —“abajo”—, son recurrentes las mentiras y los embustes que utilizan unos y otros empoderados para posicionar sus dislates y zarandajas, que tienen cansados a los pueblos. La guerra y la estanflación equiparan a los desiguales.
El gobierno mexicano acaba de dar a conocer en un boletín encriptado por Meade que, gracias al endeudamiento de los cuatro años, por primera vez se acudirá a pedir prestado para pagar los intereses de la deuda que, a estas alturas, ya catastrófica, y sin algo qué vender, pues Pemex y CFE están quebradas. De algún lado deben salir los gastos, ¿usted sabe, no?
En el lenguaje de siempre, los financieros de marras dicen que “el aumento estimado en el saldo de la deuda pública, necesario para el financiamiento del déficit presupuestal…” y en ese momento, el lector habitual del periódico se levanta y prende la televisión para ver alguna parodia vulgar que lo saque del aburrimiento.
¡Pamplinas! Lo que quiere decir la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, es que los 5 billones de pesos que pidió de presupuesto federal, y le aprobaron en la Cámara de Diputados que coordina Humberto Castillejos Cervantes —no César Camacho— no alcanza ni para un viernes de despilfarro.
Por eso, la necesidad de los financieros de pedir a principios de año el medio billón de pesos que boletinaron, y después ocultaron, debido a las presiones sociales que provocaron los insensatos gasolinazos de enero. Por eso, boletinan hoy que ni eso alcanza, que deben endeudarse más, por medio billón de pesos más que los anteriores…… para cubrir el gasto del aparato gubernamental y seguir sirviendo desinteresadamente al país, usted sabe. En términos reales, el 20% del Producto Interno Bruto, es decir la suma de nuestro trabajo, las utilidades de la economía nacional, se destinará al pago de los intereses y el poquito capital que eso alcance a cubrir, que es demasiado poco.
Así es que si usted pregunta de dónde va a salir el financiamiento para construir el muro fronterizo y para contratar los 15 mil agentes de la migra que vejen y torturen a nuestros paisanos desplazados, no deberá ir lejos por la respuesta. Los financieros neoyorquinos son hábiles en eso de sacar de un bolsillo para meterlo al otro. Lo pagaremos los mexicanos. Los funcionarios, insaciables en el derroche, están absolutamente a merced de los prestamistas neoyorquinos, quienes cada día están más contentos con Videgaray y Carstens, acreditados en el rancho grande, por su puntualidad para seguir pidiendo prestado y pagar los intereses de lo que ya pidieron prestado. Así, cualquiera es financiero, ¿no cree usted?
El veinte por ciento de lo que pidan prestado, se destinará a cubrir “los costos financieros de Pemex y la CFE”. Más claro ni el agua. Apenas habían boletinado que las dos empresas alcanzaron números negros, gracias a las gestiones de los austeros próceres González Anaya y Jaime Hernández (?) y… ¡otra vez, a las andadas!
Y todavía mandan reproducir en todas las columnas de los textoservidores que se están enfrentando al chimoltrufio anaranjado, al que así como dice una cosa, dice otra. Los de aquí desmienten de la noche a la mañana todas sus ocurrencias, con una ventaja: los que están en la puja de la soñada candidatura presidencial, sostienen lo contrario de los antes mencionados, siempre.
Y Trump dice que EU tiene que ganar guerras ¿otra vez?
Pero “como es arriba es abajo”, la jalada que acaba de darse Trump frente a la clase política estadunidense reunida en pleno en el Capitolio es de antología. Se reproduce en los periódicos más serios del mundo que pedirá un presupuesto de cerca de un billón de millones de dólares para dedicarlos a fortalecer las posiciones bélicas de su aparato.
Dice ese energúmeno que esa cantidad de dinero es la que necesita porque “tenemos que ganar guerras de nuevo”. Que se sepa, en los 240 años de ese país, sólo han ganado las guerras de intervención en México, en países latinoamericanos y musulmanes…y en Granada, un país de 110 mil habitantes, donde los marines se vieron comprometidos a tomar una escuela primaria para pertrecharse. Lo de las guerras mundiales, es otro cantar, también de vergüenza.
Trump pide casi el equivalente de lo que cuesta la deuda externa estadunidense, en poder de los japoneses, para hacer la guerra. De paso, “quien quite”, si sus portaviones en los mares del sur encuentran los aliados propiciatorios para enfocar sus misiles a los chivos del sacrificio bélico.
Las otras historias, que no sean las de imponer caprichatos para colocar dictadores sangrientos, las debe haber platicado Clint Eastwood, su admirador en campaña, a Trump. No creo que haya sido alguien más, porque Mel Gibson y todos los directores y productores de la Academia de Hollywood jalaron con los demócratas.
El afán armamentista de la Casa Blanca, se centra en la adquisición y mantenimiento de lujosos portaviones que patrullan los mares del sur, en busca de ejes del mal, y en los monumentales dispendios en armas de dirección satelital que engordan los bolsillos de los generales del Pentágono, además de saciar los morbos de la basura blanca, una casta guerrera acojonada.
Todo, para construir “un mundo seguro”, a la medida de sus corporaciones, con la complicidad de los contratistas domésticos, una cruzada contra una conspiración internacional comunista que, en realidad, diabólica o no, sólo existió en las mentes de los enajenados wasp estadunidenses. Sin embargo, por acción o complicidad manifiesta, los dos presupuestos, las dos cuentas nacionales, las de Estados Unidos y México, son pilares económicos para economías de guerra.
Los gabachos, invocando a los fantasmas de la basura blanca, promoviendo conspiraciones para fortalecer a los mandos del Pentágono. Los funcionarios, por seguir endeudándose al infinito para prolongar la agonía de esta estanflación (inflación, devaluación y recesión), que todos consideran es igual de desastrosa que una economía de guerra.
Guerras satelitales, misiles teledirigidos, porque lo que es cuerpo a cuerpo, los pelotones de avanzada siempre han estado engordados por migrantes de todas procedencias que se juegan la vida, en espera de las ansiadas ciudadanías y a la esperanza de educación y beneficios para sus familias. Eso lo vemos hasta en las películas, y a confesión de parte, relevo de pruebas.
Larga cadena de derrotas bélicas estadounidenses
Un breve recorrido por las aventuras bélicas de Washington, nos indica que los logros guerreros que presume Trump son inexistentes. Dos siglos de invasiones malditas, es lo único que aparece en su pedigrí bélico. Los últimos 80 años son de absoluta vergüenza sus fracasos frente a Mao, por defender a Chiang Kai-shek, sus tropiezos contra el comunismo italiano, la izquierda griega antimonárquica, los bravos filipinos…
… las fenomenales derrotas en Corea del Norte, en Albania, frente al Pol Pot camboyano, ante los nacionalistas indonesios, el revire del Congo, el fracaso en Brasil, la República Dominicana, y ni qué decir del “oso” de la Operación Mangosta kennediana en Bahía de Cochinos, el fracaso pinochetista en Chile, la vergüenza en Nicaragua, el genocidio maquinado en Los Balcanes. ¡Uff!
Y todavía faltaba la joya de esa corona de lástima: la decisión unilateral de masacrar Mesopotamia, en esa búsqueda desaforada del petróleo y el gas natural con que colaboraba Irak al mercado mundial (3.5 millones de barriles diarios de crudo que quiso apropiarse Halliburton, la empresa de Chenney, vicepresidente del genocida George W. Bush, y que simplemente desaparecieron). Todo se acabó, lo único que queda es la historia de esa infamia.
El viejo proyecto de la gasocracia texana, hacer realidad el oleoducto mar Caspio-Pakistán-India se fue al hoyo, por las ambiciones desmedidas de los jefes guerreros del Pentágono, hasta eso. Estas acciones guerreras fueron consideradas por los líderes de opinión más importantes del planeta como un delito de lesa humanidad.
Y todavía el mismo perpetrador, George W. Bush tiene el cinismo de horrorizarse por los proyectos bélicos del presupuesto de Trump, para acabar de arrasar a los enemigos musulmanes, a quienes, para empezar, ha vetado la posibilidad de que sus desplazados migrantes puedan viajar a los Estados Unidos.
Y los agachones senadores confirman que estamos solos
Ante la crisis humanitaria de los migrantes, el agachismo de los senadores mexicanos es lamentable. Dejan decir a Videgaray enfrente de sus narices que “no confunde las buenas formas de la democracia y la diplomacia con falta de firmeza”. Nadie le reviró. Así no se puede. Los de a pie sí estamos solos. ¿Usted qué hubiera hecho?
Índice Flamígero: El desmadre que traen en el PRI es fiel reflejo de su estrepitosa caída en las preferencias electorales, gracias a la actuación de Enrique Peña Nieto como “primer priísta del país”. Durante dos semanas placearon al oaxaqueño José Murat como “el bueno” para encabezar lo poco que queda de la CNOP, y en un par de horas llevaron a ese cargo al jalisciense Arturo Zamora. Murat va a la presidencia de la Fundación Colosio. + + + Escribe don Alfredo Álvarez Barrón: “El académico Ernesto Villanueva informó que el ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte, fue propuesto para obtener el Récord Guinness al político más corrupto del mundo, título que disputará con el ex presidente de Senegal y el primer ministro de Congo, que en asuntos de corrupción resultan vulgares aprendices de países tercermundistas. El resultado será dado a conocer en marzo…” A lo que El Poeta del Nopal sentencia:
Es, de los tres finalistas,
un claro punto y aparte,
el vencedor será Duarte
¡ingenuos tercermundistas!
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