¿Está en riesgo la viabilidad del PRD?
Roberto Vizcaíno viernes 3, Mar 2017Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
No son pocas las voces que colocan al PRD en su última fase de disolución.
Advierten que la ola de pronunciamientos y deslindes de otros dirigentes perredistas provocada por el apoyo abierto del coordinador de los senadores del sol azteca Miguel Babosa a la candidatura de Andrés Manuel López Obrador, fue la gota que derramó el vaso de la desaparición del PRD.
El pronunciamiento de Barbosa en favor de AMLO lo autoexcluye de continuar no sólo dentro del PRD, sino como coordinador de la bancada de este partido en el Senado.
No se trata de que la dirigencia nacional y los órganos internos lo echen fuera. Él se echó fuera de este partido con su chaquetazo.
Lo grave ahora es que a Barbosa lo hayan seguido en su apoyo a la candidatura presidencial de AMLO otros dirigentes de corrientes perredistas.
Eso mete en un verdadero conflicto a la débil dirigencia que encabeza la senadora con licencia Alejandra Barrales.
Porque, ¿a poco van a proceder a expulsar también al histórico Pablo Gómez y a los líderes de las corrientes UDENA, Patria Digna y Unidad Nacional de Izquierdas quienes como Barbosa ya también se pronunciaron en favor de la candidatura presidencial de López Obrador?
Todos ellos, como consecuencia del apoyo de Barbosa al tabasqueño, dieron el paso al frente para decir que López Obrador “es el líder más importante de la oposición al régimen neoliberal”, y por lo tanto el candidato al que este sector debe apoyar en la contienda presidencial de junio de 2018.
Mire Usted, el PRD vive hoy como nunca su propio designio. Nació de un frente de corrientes y personajes y esos personajes y corrientes lo están ahogando.
Como personaje dominante del último decenio dentro del PRD, Andrés Manuel López Obrador es y ha sido el principal elemento de disolución y conflicto entre los perredistas.
Quienes hoy comienzan a definirse dentro del PRD en favor de la candidatura presidencial del tabasqueño, lo hacen no por ideología o afinidad de proyectos o políticas, sino por el interés de que la ola que despierta su atracción electoral, les reditúe en posiciones políticas.
Posiciones políticas que se convierten en manejo de enormes recursos económicos y de poder a través de la operación de presupuestos y obras.
Saben que, si van con AMLO, como ya lo hicieron en 2006 y 2012, podrán colocarse como diputados federales o locales y como alcaldes de ciudades importantes. Perredistas han sido ya presidentes municipales de, por ejemplo, Acapulco o Cancún.
Ahora ven de nuevo esa ola y comienzan a montarse en ella, como experimentados surfistas políticos.
Mire Usted, el senador Barbosa hace hoy el paso de la muerte y cambia de caballo electoral y político, porque quiere que AMLO lo designe a fines de este año o principios de 2018 candidato de Morena a Puebla.
Barbosa llegó al Senado en 2012 gracias a la ola lopezobradorista de esa campaña electoral.
Y, gracias a su corriente, la de Los Chuchos o Nueva Izquierda, como Usted quiera llamarla, se apoderó de la coordinación de entonces 22 senadores del PRD para recibir ese inicio una partida de unos 10.5 millones de pesos ¡mensuales! de apoyo parlamentario.
Barbosa aprovechó la decisión política de las dirigencias y coordinaciones del PRI y PAN, que son las mayoritarias y dominantes en el Senado, de sacar adelante todos los productos legislativos por consenso y no por mayorías, para colarse en cargos que no le correspondían.
Así llegó a la Presidencia del Senado y así está hoy como presidente del Instituto Belisario Dominguez, una copia de los Tink-tanks norteamericanos que se supone debe servir para proporcionar apoyo de análisis y otros trabajos a todas las fracciones parlamentarias.
De ahí Barbosa recibe y opera otros varios millones de pesos.
Con el reparto conveniente que da todo eso, es que ha creado su soporte político que hoy lo mantiene como coordinador de una fracción en la que la mitad de los senadores ya no es militante del PRD.
En ese contexto su chaquetazo en favor de la candidatura presidencial de López Obrador no es asumida por él como algo inmoral o no ético. Ahí nadie puede reclamar congruencia.
En la cueva de Ali-Babá todos son ladrones, no hay sorpresas.
BARBOSA ACAPARA CARGOS
Sin el menor pudor, Barbosa continúa apoderándose de posiciones dentro del Senado, y ayer logró que lo designaran presidente de la Comisión Especial de Zonas Marginadas, como suplente del perredista Luis Humberto Fernández Fuentes.
LOS QUE SE QUEDAN
En medio de este lodazal y manejo absolutamente ilícito de grandes bolsas de dineros públicos, las otras corrientes perredistas suman fuerzas y se preparan para lanzar fuera del sol azteca a Barbosa.
Como sea, hoy se quedan dentro del PRD las siguientes corrientes: Nueva Izquierda encabezada por Jesús Ortega, Jesús Zambrano y Carlos Navarrete; Alternativa Democrática Nacional, dirigida por Miguel Bautista; Izquierda Democrática Nacional encabezada por el muy cuestionado René Bejarano y su esposa, la senadora Dolores Padierna; Movimiento Progresista, que queda en manos de los ex colaboradores de Marcelo Ebrard, como el senador Mario Delgado; Foro Nuevo Sol, creado y dirigido por Amalia García.
Están también Los Galileos, dirigidos por el diputado Guadalupe Acosta Naranjo; Red de Izquierdas Revolucionaria, de Camilo Valenzuela y otros como Grupo de Acción Política, Democracia Social y Movimiento por la Democracia.
Las proyecciones de todos ellos advierten lo que todos saben: que AMLO y Morena les van a restar muchos votos en las elecciones de 2018, pero no los suficientes como para exponer a este partido a su desaparición.
Consideran que su votación histórica oscila entre el 14 y 18 por ciento y que en el peor de los escenarios podrían estar en el término bajo.
Creen que a su vez AMLO y Morena van a llegar a su punto máximo, que no le dará para obtener la Presidencia tan deseada por él, y a partir de ahí irá a la baja no sólo por la saturación de su movimiento, sino por los cambios que están ocurriendo en México y por la edad de López Obrador.
El tabasqueño habrá entrado en plena vejez y difícilmente podrá seguir conectando con las mayorías nacionales que estarán predominantemente en una edad menor a los 35 años de edad.
Corrientes como Nueva Izquierda buscarán ir a un nuevo proyecto ideológico, y a una nueva propuesta nacional, más acorde con movimientos internacionales que necesariamente se reflejarán en la sociedad mexicana.
Está por ejemplo, dicen el creciente uso de robots y procesos digitales en tareas masivas de producción agroindustrial, industriales, de salud, financieras, etc que impactarán sustancialmente en las organizaciones gremiales y en las carreras universitarias y de alta educación técnica.
Movimientos que necesariamente tendrán un efecto directo en nuevos comportamientos sociales de los grandes segmentos nacionales.
Todo ello requerirá de nuevas propuestas y nuevas acciones de partidos políticos, de legisladores y demás gobernantes.
Es decir, las corrientes del PRD que no apostarán por AMLO en 2018, van por otro partido sin contar ya con el tabasqueño para los siguientes años.
No tardará mucho para ver si les alcanza lo que les dejará AMLO para continuar o no adelante.
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