Franeleros
¬ José Antonio López Sosa jueves 21, Oct 2010Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Un problema que crece exponencialmente en la capital del país, así como en otros rincones de la República, es sin lugar a dudas el relativo a los llamados franeleros.
Individuos que aparecen de la nada y se adueñan de nuestras calles parece ser una cuestión de usos y costumbres, un mal más de los muchos que aquilatamos ante la imposibilidad de hacer respetar la ley. Para muchos resulta una opción sana para una fracción de la población evitando así que se dediquen a delinquir, para otros nos resulta un verdadero cáncer social que avanza en forma desmedida.
Debemos partir del punto en que la actividad de estas personas es una falta administrativa, es decir, casi un delito, pero en términos mucho más suaves. Las autoridades en la ciudad de México y la zona metropolitana lejos de erradicarlo se han sumado a la cadena de corrupción, cada uno de estos franeleros deben pagar una cuota a la policía o las autoridades correspondientes para poder trabajar.
Ahora bien, debemos también destacar la enorme irresponsabilidad de muchos ciudadanos al protegerlos, me ha tocado ver cómo vecinos de una calle protegen al franelero por diversas circunstancias, es decir, promueven también la ilegalidad.
Hace un par de días un franelero asesinó a una persona, también recientemente otro golpeó y asaltó a una persona, en lo personal hace poco más de un mes en la calle de Schiller un franelero agredió físicamente mi automóvil ante mi negativa a pagarle por usar un lugar en plena calle. El problema -insisto- crece exponencialmente y puede traer mucho más consecuencias que las que imaginamos.
Se requiere urgentemente de mano dura, se necesitan adecuar los mecanismos legales para que estos individuos puedan ser remitidos y en caso de reincidir, tengan que pagar penas corporales y económicas que los obliguen a no volver al franelero tras estar detenidos unas horas. Hoy día para que la policía remita a un franelero en el Distrito Federal, es necesario que un ciudadano levante un acta en el Ministerio Público o en el Juzgado Cívico, depende de la naturaleza de la acusación, en síntesis se deberán perder muchas horas para obtener pocos frutos pues seguramente, el franelero en unos días estará de vuelta en las calles trabajando con nuestros espacios públicos.
Que exista crisis económica y desempleo no es justificación para dejar que una camarilla de abusadores se adueñen de nuestras calles, las autoridades capitalinas -incluido el Poder Legislativo en la ALDF- deben tomar con seriedad el tema y dar una solución urgente, lo mismo en los gobiernos estatales y municipales donde se padece el problema.
¿Hasta cuándo este creciente grupo de personas tendrán secuestradas nuestras calles?, ¿hasta cuándo las autoridades renunciarán a esos ingresos producto de la corrupción y defenderán el derecho de las mayorías hablando de las calles y banquetas?, ¿cuántas tragedias más a manos de estos delincuentes tendremos que soportar los ciudadanos para que nuestros gobernantes actúen?
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me llamo la atencion su articulo porque precisamente el dia de ayer me vi en la necesidad de acudir a la Clinica 072 del IMSS ubicada en avenida Guztavo Baz, esquina con calle Filiberto Gomez en Tlalnepantla debida a una urgencia medica de un familiar y para poderme estacionar en las cercanias del Hospital se me exhigio una cuota de veinte pesos, por adelantado y solo en caso de que no tardara, porque en tal caso la cuota era mas alta.
es sorprendente y de verdad indignante la forma en que estas personas se adueñan de las calles, con la complacencia de las autoridades, ya que el ciudadano no tiene porque estar peleando con ellos, sino debiera ser la autoridad quien les prohiba y sancione estas conductas a todas luces ilegales y que son reflejo de la impunidad que se vive en las calles