El ocaso del PRD
Freddy Sánchez martes 21, Feb 2017Precios y desprecios
Freddy Sánchez
La mayoría de los pronósticos sobre el futuro del Partido de la Revolución Democrática son desalentadores para los que aún creen y apoyan estas siglas y es que la hegemonía partidista del sol azteca de varios sexenios en el poder en encumbradas posiciones de mando legislativo e institucional ahora enfrenta un futuro azaroso, no sólo con motivo de la elección del Estado de México.
De haber sido una predominante fuerza política con simpatizantes y militantes provenientes de diversos sectores sociales, no sólo el popular sino la clase media e incluso en menor medida del segmento en el que se distinguen algunos adinerados, los perredistas han pasado al peor momento de su corta, pero exitosa trayectoria electoral.
Entre ciertos analistas de la política, de hecho se les da por “muertos y sepultados” en cuanto a posibilidades de ganar al menos la subsistencia de su presencia en la entidad mexiquense, donde se calcula que el PRD quedará relegado a una cuarta o quinta fuerza electoral, una vez que se contabilicen los votos emitidos el día de la elección.
Lo que sería, ciertamente, el preludio de una mayor catástrofe perredista para cuando llegue la nominación presidencial en sustitución de Enrique Peña Nieto.
Quedar casi “borrado” del mando en la Ciudad de México por sus contrincantes de “Morena”, es lo que se piensa que sucederá en torno al partido del sol azteca en el 2018.
Por lo pronto, en el Estado de México varios hechos se conjugaron en su contra para restarle posibilidades de ser un auténtico contendiente en la elección de gobernador.
El supuesto boicot priísta para que no se aliara con el PAN y la decisión panista de ir por su cuenta y sin alianza con el perredismo en la disputa por la gubernatura pusieron en una posición desfavorable al PRD.
Y también por supuesto la campaña de desprestigio contra sus dirigentes alentada particularmente por sus antiguos correligionarios y hoy leales seguidores de Manuel López Obrador.
Así que en tales circunstancias al PRD sólo le queda recurrir a negociaciones por debajo de la mesa con alguna de las tres fuerzas políticas con opción real de asumir el mandato que dejará vacante Eruviel Ávila.
Se ha dicho que por el momento, según las encuestas de opinión entre mexiquenses, el Partido Revolucionario Institucional, Acción Nacional y Morena, prácticamente se encuentran en un empate técnico en materia de preferencias electorales.
De modo que el perredismo tendría que elegir en qué dirección le podría convenir más la inducción del voto útil del mayor porcentaje posible de sus militantes dispuestos a cerrar filas con alguno de los tres principales contendientes en la elección que se realizará en el Estado de México.
En opinión de algunos analistas, el perredismo necesariamente se irá del lado de “Morena”, ya sea porque muchos de sus militantes por cuenta propia lo decidan así o bien mediante un acuerdo de la dirigencia perredista con López Obrador, cosa que de darse pocas garantías le significará al Partido del sol azteca para gozar de posiciones importantes a futuro, ya que sin duda a “Morena” le faltarán cargos para sus más leales y directos seguidores.
En ese contexto, el perredismo tendrá la oportunidad de negociar con los panistas y priístas, y convertirse por lo mismo, en el factor determinante para decidir el futuro del Estado de México, por una minoría de votos a favor de cualquier opción partidista y de ese modo anular el vaticinio del ocaso del PRD.