La prostitución del activismo
¬ José Antonio López Sosa jueves 16, Feb 2017Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Estoy indeciso, ignoro a ciencia cierta si lo que la señora Lillian Tintori, esposa del preso político Leopoldo López en Venezuela es activismo u oportunismo.
Suponiendo sin conceder, dando una amplia concesión lingüística, fuese activismo, este lo ha prostituido de una forma colosal.
Leopoldo López es un preso político, detenido injustamente por el gobierno autoritario de Nicolás Maduro, es cierto, sin embargo ello no da derecho alguno a Tintori para ir por el mundo exigiendo a los países ponerse contra el régimen de Maduro, cuando la solución de los problemas de un país radica precisamente, dentro y no fuera. Ya estamos lejos del siglo XIX.
Tintori reclamó al presidente Peña Nieto no haberla recibido para condenar públicamente a Nicolás Maduro.
Así ha ido por el mundo, gobernantes ingenuos o con algún interés particular contra Maduro la han recibido y le han dado foro, ahí es donde este activismo comienza a prostituirse, como si la libertad de Leopoldo López cambiara de inmediato la crisis en Venezuela.
Creímos ver el extremo cuando la Asamblea Nacional en manos de la oposición, por exigencia de Tintori, asumió como prioridad la libertad de los presos políticos por encima incluso de la emergencia económica del país.
No es restarle importancia al caso de Leopoldo López, pero por prioridad nacional estaban los millones de venezolanos con desabasto e inseguridad.
Ayer se rebasó toda expectativa, Tintori apareció en una fotografía con el presidente Donald Trump, el vicepresidente Pence y el senador Marco Rubio.
Tuvo una reunión con ellos y en uno de sus característicos mensajes en twitter, el presidente Trump subió la foto exigiendo la inmediata liberación de Leopoldo López, a unas horas de la detención ilegal del mexicano Daniel Ramírez Medina (para ponerle contexto a la situación actual).
Supongo que, Tintori se habrá sentido cobijada y empoderada junto al presidente Trump, cuyas ideas políticas están tan cerca del fascismo como las de Maduro, en diferente país, contexto y economía, pero con un común denominador: la intolerancia y el autoritarismo.
Así como Nicolás Maduro es una vergüenza para el pueblo venezolano, también lo es Lilián Tintori desde la profunda prostitución de su activismo. ¡Pobre Venezuela!
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